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La volatilidad cambiaria, los recortes presupuestales y el aumento en el precio de las gasolinas fueron algunos factores que impactaron en el ánimo de las familias mexicanas, cuya perspectiva sobre su situación económica y del país disminuyó durante julio.

El Índice de Confianza del Consumidor, que miden conjuntamente el Banco de México y el Inegi, acumuló seis meses a la baja en su comparativo anual y se ubicó en su menor nivel desde febrero de 2014.

Al séptimo mes del año, el indicador llegó a 88.97 puntos con base en cifras ajustadas por estacionalidad, un retroceso de 1.8% respecto al mes anterior y de 3% con relación a igual periodo del año anterior. Es el valor del índice más bajo en 29 meses.

De acuerdo con resultados de julio, sobre los componentes que integran el índice, hoy los mexicanos perciben que la situación económica de sus hogares respecto a la de hace un año y a la prevista en los próximos 12 meses no es mejor que la de 2015.

Tampoco son más optimistas sobre la situación económica actual del país, con relación a la de hace un año ni tampoco respecto a la esperada en los próximos 12 meses.

Adicional a estos resultados, los indicadores complementarios revelan que los entrevistados son más pesimistas sobre sus condiciones para ahorrar en el futuro, sobre el comportamiento de los precios, de la situación del empleo, de comprar, construir o remodelar una casa y hasta las posibilidades de adquirir un auto.

“De este índice continúan destacando las caídas en las perspectivas económicas del país; sin embargo, las expectativas familiares también se ven afectadas en menor proporción.

“El puntaje asociado a las expectativas de los hogares también ha sufrido un deterioro, signo de que las familias observan un traslado del comportamiento macroeconómico a la situación de su economía”, comentó Pamela Díaz, analista económica de grupo financiero Ve por Más.

Puso de ejemplo la depreciación del peso frente al dólar, como uno de los principales elementos de deterioro en la confianza de los consumidores, dado que el encarecimiento de la divisa suele ser el prólogo de incrementos.

Pese al deterioro de la confianza de los hogares, el consumo privado ha venido creciendo en el presente año. Las ventas a junio de las cadenas afiliadas a la ANTAD reportaron un incremento nominal anual de 6.8% en el primer semestre del año.

Sin embargo, los resultados complementarios del índice de confianza revelan que este dinamismo del consumo no será sostenible. Parte importante del consumo actual es temporal, advirtió la especialista.

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