Los países de la Eurozona avanzan con muchas dificultades en su recuperación económica. Para 2016 se espera un crecimiento de 1.5%, tasa ligeramente inferior a la reportada en 2015, pero la posible salida de Reino Unido pondría más tensa la situación económica de la región y del mundo.

La Eurozona apenas está recuperando el nivel que tenía previo a la crisis de 2008-2009, las políticas expansivas que está implementando el Banco Central Europeo (BCE) no han terminado todavía de aplanar el camino para impulsar el crecimiento, siguen estando muy moderado hasta la primera mitad de 2017, comentó James Salazar, analista económico de CI Banco.

Si a esto se agrega la problemática con Inglaterra, el escenario se complica más. Primero en la parte de los mercados financieros, a través de un reacomodo en los flujos de inversión, y en la parte real en los procesos de comercio en la región.

Si fuera a salir tendría un efecto negativo muy importante sobre el euro y la libra esterlina, pero positivo sobre el dólar, que sería el ganador de esta eventualidad, opinó Jorge Mariscal, jefe para inversión en mercados emergentes de UBS.

La posible salida del Reino Unido va a generar una gran volatilidad y a sentar un precedente para otros movimientos separatistas como España o Escocia. Los mercados hasta ahora no le han dado gran importancia de riesgo, los bonos de Italia, de Francia y de España, principalmente, siguen dando tasas de interés bajas, lo cual indica que el mercado no está tan preocupado, agregó.

El escenario es complicado, el BCE está utilizando todas las herramientas para estimular por la parte de un euro mucho más competitivo, a tratar de depreciarlo aunque no ha funcionado del todo, advirtió.

Por otra parte, hay otros factores de riesgo en la región. El rescate financiero de Grecia tiene pendientes, hay varios tramos que aún no se liberan, lo que genera inestabilidad en los mercados financieros.

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