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En 2018 deben quedar listas las obras de infraestructura de la primera fase del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), pero no significa que opere ese año, dijo Raúl González, director corporativo de Infraestructura de Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), organismo encargado del proyecto.

De acuerdo con el representante del grupo, la considerada obra más importante de este sexenio tiene un avance de 3% en su primera etapa.

La nueva terminal aérea, dijo, va a requerir al menos dos años más para pruebas, para que en 2020 empiece a mover 68 millones de pasajeros.

En ese año, según el calendario de obras, tienen que estar terminadas tres pistas paralelas para despegues y aterrizajes simultáneos, 94 puestos de estacionamiento de aeronaves de contacto, 42 para aeronaves remotas, lo cual va a permitir realizar 550 mil operaciones por año.

En su tercera fase, cuyo horizonte es hacia 2060, el NAICM debe realizar un millón de operaciones al año para desplazar 120 millones de pasajeros.

Para ello, debe de tener seis pistas con operación triple simultánea, 150 puestos de estacionamiento de aeronaves de contacto y 51 puestos para aeronaves remotas.

Sn embargo, González aclaró que para esa posible expansión “hay que ver cómo evoluciona la aviación”.

Durante un recorrido por la zona en donde se construye la futura terminal aérea, el funcionario dijo que este año deben de concluirse obras como el campamento del GACM, los caminos de acceso provisionales, el drenaje pluvial temporal y el retiro de los materiales de escombro de estas primeras obras.

En el caso del campamento, que va a desaparecer una vez que entre en operación el aeropuerto, va a estar listo en mayo de este año, y va a albergar 22 oficinas, 112 puestos de trabajo de apoyo, 16 oficinas de empresas de apoyo, cocina, comedor para 180 personas y dormitorio para 60 personas, entre otros servicios.

Los caminos provisionales van a cubrir 48.3 kilómetros y son la vía de acceso a la obras de la nueva terminal.

Del drenaje pluvial provisional cuya longitud es de 19 kilómetros, indicaron que sirve para desalojar el agua por la próxima temporada de lluvias.

Para las tareas de carga y acarreo de materiales, la limpieza de la zona implican el movimiento de 2.4 millones de metros cúbicos.

Adelantaron que se está trabajando en un convenio con Ferrovalle, una de las empresas ferroviarias concesionarias, para el desalojo de este cascajo, además de utilizar 500 camiones.

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