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La historia de Antonio Suárez (seudónimo solicitado para evitar represalias), quien fue víctima de fraude por una empresa fantasma, no terminó con una sentencia contra los presuntos delincuentes, sino con la exigencia de perdón por parte de los detenidos, quienes consiguieron los datos del afectado y llamaban por teléfono a su domicilio para intimidarlo.

El 10 de marzo de 2015, Antonio interpuso su denuncia ante la Agencia Investigadora del Ministerio Público CUH-2 de la Fiscalía Desconcentrada en Investigación en Cuauhtémoc por el presunto fraude cometido en noviembre del año previo.

En meses, las autoridades no habían dado respuesta a la denuncia y tras la publicación en EL UNIVERSAL del reportaje “” en junio de 2015, los supuestos delincuentes fueron capturados y trasladados al Juzgado 24 penal, ubicado en el Reclusorio Oriente.

Los hechos denunciados consistían en una falsa promesa de trabajo con un sueldo superior a los 12 mil pesos mensuales, por la que el afectado había pagado credenciales, publicidad y otras pruebas para obtener el empleo. El lugar de reclutamiento estaba en Puente de Alvarado #42, segundo piso, despacho 205, colonia Tabacalera, en la Delegación Cuauhtémoc.

“Enviamos inspectores al lugar, tuvimos una negativa de la inspección, entonces procedimos a realizarla de manera sigilosa y pedimos a varias personas que hicieran su denuncia ante la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) y fueron detenidas cinco personas en el mes de junio”, recuerda Rogelio Figueroa, director general de inspección federal del trabajo de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS).

El día de la detención, relata Antonio Suárez, “hubo varios policías que intervinieron, se les fugó uno de los delincuentes y decían que se había llevado el dinero, pero varias personas interpusieron su denuncia”.

EL UNIVERSAL también constató en una visita a las oficinas de otra empresa de este tipo, llamada Grupo Maquilero MC, ubicada en avenida Chapultepec #473 de la colonia Juárez, donde cientos de personas acudían en busca de un empleo bien remunerado y eran víctimas de fraude.

“Tuvimos otras quejas y hubo otra detención, tengo entendido que en Avenida Chapultepec; el modus operandi era el mismo. Si sacas cuenta de las personas que llegaban a estos salones a diario, la ganancia que se obtenía era significativa. Entonces iniciamos el trabajo de inspección y se dieron a la fuga”, comentó.

La STPS inició un proceso administrativo sancionador para el establecimiento de Avenida Chapultepec y constató que los presuntos delincuentes habían rentado el lugar con una identificación falsa, mientras que los escritorios y otros bienes estaban en pésimas condiciones.

Duda razonable. El año pasado, la STPS aseguró que iniciaba un operativo para detectar cuántas empresas fantasma existían en el país y presentar las denuncias correspondientes, por lo que anticipó que para finales de 2015 tendría resultados.

Al iniciar 2016, la STPS todavía no cuenta con las estimaciones y asegura que el operativo realizado el año pasado consistió en ubicar a cuatro empresas, pese a los cientos de denuncias que existen en internet.

“La estimación es difícil hacerla, hasta ahora tenemos cuatro (empresas). No hay estadística ni el conocimiento, pero lo que creo es que sí hay un número que puede ser considerable de sujetos o supuestas empresas que se dedican a esto. Hago la invitación para que la gente se acerque a nosotros”, dice Figueroa Velázquez.

La STPS analiza integrar la investigación contra empresas fantasma en su Programa sobre Administración e Inspección de Trabajo 2016.

Para Juan Arancibia, experto laboral del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, las causas del surgimiento de empresas fantasma radican en las pocas oportunidades laborales que hay en el país.

“No me parece extraño que haya una proliferación de este tipo de empresas porque la economía formal, estable y segura es muy estrecha; con esto no justifico, sino que trato de dar una explicación a este tema. Por ejemplo, la gente también recurre al narcotráfico como alternativa de trabajo”, explicó el especialista.

“El MP dio mi teléfono”. Tras la detención de los presuntos delincuentes en Puente de Alvarado, Antonio Suárez se sintió satisfecho por verlos encarcelados, pero esa tranquilidad duró poco. A finales de 2015 recibió una llamada por parte de los acusados, quienes le pedían desistir de las acusaciones y otorgar el perdón. Incluso, acusa que el MP abogó por los detenidos.

“Me contactaron, el MP les dio mi teléfono, querían devolverme el dinero y me dijeron que varias personas ya se habían desistido, porque los fueron a contactar cinco o seis veces, y muchos estaban dando el perdón. Que si yo quería esto iba a ser interminable, me llamaban por teléfono y hasta unos que según eso eran víctimas me llamaban abogando por ellos”, dice.

“El que más abogó para que firmara el perdón fue el MP, no recuerdo su nombre, pero trabaja en el Juzgado 24 del Reclusorio Oriente; fue como una especie de abogado del diablo y me decía ‘otorgue el perdón y ya no se comprometa más’. Cuando pasó todo esto pensé en que me metería en más problemas y firmé el desistimiento”.

Para Graciela Bensusán, del Sistema Nacional de Investigadores y catedrática de la Universidad Autónoma Metropolitana, los empleos precarios están remplazando a los de mejores ingresos y buenas condiciones.

Criticó que la política laboral en México no le da importancia al dinamismo del mercado y así otorgar un beneficio tangible a las familias.

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