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Ante el problema de la evasión de impuestos que padece América Latina y que en algunos países llega a niveles de 50%, se debe tomar en cuenta no sólo la eficiencia en la administración tributaria y mejorar la base de datos, sino regresar a como se hacía en el pasado: hacer visitas domiciliarias, estableció el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Esta estrategia puede ser más efectiva que el envío de una carta o correo electrónico, a pesar de que resulte más cara la movilización de inspectores para convencer al contribuyente de la importancia de cumplir con sus obligaciones, afirmó.

El economista del Departamento de Investigaciones del BID, Carlos Scartascini, realizó un estudio de campo para demostrar en el caso del cobro de impuestos, lo que expertos han sospechado durante mucho tiempo: la importancia del medio que se utiliza para entregar el mensaje.

“El medio puede ser tan importante como el mensaje”, aseguró.

Se trata de hacer visitas selectivas personales, tanto a personas físicas como empresas, lo que resulta rentable en lugares en donde la mano de obra es barata.

Scartascini, realizó su experimento en Colombia a un costo de sólo ocho dólares por visita, en mientras que la Agencia Tributaria recaudó más de 2 mil dólares.

Entre las personas contactadas por la Agencia Tributaria, la probabilidad de hacer algún pago sobre la deuda pendiente era 8% mayor respecto a los que sólo recibieron una carta; 17% más alto para los que se les envió un correo electrónico y 88% más alto para aquellos a los que el fisco acudió a su domicilio.

“Los que recibieron una visita personal eran mucho más propensos a pagar su deuda completa y otros tipos de deudas también”, comprobó.

Refirió que existen estudios que analizan las campañas para la “obtención del voto” (get out the vote), en los que se demuestra que la prospección personal y las visitas de los candidatos logran mejores resultados que los métodos más impersonales.

“La interacción social directa parece hacer una gran diferencia para estimular a la gente a tomar decisiones y cambiar su comportamiento; este también parece ser el caso en la recaudación de impuestos”, consideró Scartascini.

Según el especialista, la intención no es sugerir que las oficinas recaudadoras de impuestos organicen visitas personales por cada delincuente fiscal.

Expuso que si bien los causantes que reciben visitas probablemente intuían que debido a que la administración tributaria estaba dispuesta a invertir tiempo y dinero en la búsqueda de personal para hacer la verificación, también era más probable que terminaran procesándolos por falta de pago.

Sin embargo, estimó que ese efecto disminuye si las visitas fiscales se hacen de forma universal, y luego, debido a recursos limitados, los organismos fiscales fueran incapaces de llevar a los evasores fiscales ante los tribunales.

También reconoció que con una eficiente administración tributaria y mejorar el padrón para la localización de contribuyentes, los ingresos globales subirían.

Pero, sobre todo, Scartascini aseguró que los ingresos fiscales podrían aumentar más todavía si los contribuyentes tienen la confianza de que sus impuestos, que pagan con tanto esfuerzo, se utilizarán para hacer frente a las necesidades urgentes, de manera eficiente y de que no serán malgastados en corrupción.

De acuerdo con el investigador, América Latina ha padecido por años por el inmenso y crónico problema de la evasión, que limita la capacidad de los gobiernos para realizar las inversiones en necesidades básicas como en escuelas, hospitales y otras.

El problema no sólo es por lo difícil que es dar con los evasores fiscales, sino concientizarlos de la obligación moral de pagar sus impuestos y que de no hacerlo serán sujetos a sanciones, matizó.

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