Los altos precios de salida de la licitación de los nueve ingenios que licitó el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE) fueron una de las razones por las que quedaron desiertos tres paquetes, que incluían cinco ingenios, y solamente se vendieron dos que contenían a las cuatro plantas más productivas, por los que el gobierno recibirá poco más de 3 mil 282 millones de pesos.

A pesar de que en un principio 22 empresas compraron las bases de la licitación que se emitieron el 26 de marzo, sólo dos firmas presentaron ofertas económicas: Beta San Miguel e Impulsora Azucarera del Noroeste (Zucarmex).

El paquete con mayor rentabilidad, con los ingenios Casasano y Zapata, lo adquirirá Beta San Miguel, empresa que tiene hasta el 24 de julio para liquidar los mil 308 millones de pesos que ofreció en pago por dichas instalaciones, que tuvieron un precio de salida 108 millones de pesos inferior, es decir mil 200 millones de pesos.

A Zucarmex lo declararon ganador de la licitación de los ingenios de Atencingo y San Cristóbal, pues dicha firma azucarera ofreció mil 974 millones 303 mil 324 pesos, apenas 17.3 millones por arriba del precio base de mil 957 millones de pesos.

Con ello se quedaron tres paquetes desiertos, que son los que contienen los ingenios menos productivos: El Potrero y San Miguel; Modelo y Providencia, y Plan de San Luis.

Previamente a la conclusión del proceso, algunos empresarios aseguraron que los precios base que impuso el gobierno federal eran altos, por lo que, a pesar de que compraron las bases, muchos de ellos dudaban en participar.

“Sí va a haber postores, pero no creo que muchos. En el camino hay empresas que han abandonado la licitación porque el precio es alto”, aseguró el director de Sucroliq, Enrique Bojórquez, unos días antes de que se abrieran los paquetes, cuyo precio base de salida fue de un total de 8 mil 148 millones de pesos.

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