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La historia muestra que México apostó totalmente a la apertura económica, pero no se complementó con políticas públicas que impulsaran el valor agregado, la innovación, desarrollo e impulso a la industria, destacó el Centro de Estudios de la Industria de la Concamin.

Detalló que los países con mayor crecimiento y participación en el mercado global fueron aquellos en donde el Estado impulsó modelos heterodoxos, basados en las realidades de cada nación en la que se apoyó a la industria, la innovación, el desarrollo, las inversiones y los encadenamientos productivos, a diferencia de naciones como México, donde se aplicaron modelos económicos con total ortodoxia.

En el texto Manufacturas en México ¿y el valor agregado?, el centro expuso que el economista turco y profesor de la Universidad de Harvard, Dani Rodrik, durante su visita a México dijo que, sin excepciones, en los últimos años los países en desarrollo que aplicaron las recomendaciones de política económica ortodoxa son los que menos han crecido.

Para el centro, las lecciones vistas en el mundo muestran que “México debe reconstruir su modelo exportador: en 1991 China tenía 2.6% del valor agregado de la manufactura global, México, 1.3%; para 2015 el país asiático concentró 24% y México 1.8%. Vender más al exterior no se traduce en crecimiento económico cuando se hace con una base maquiladora y en función de la ruptura de las cadenas productivas”

En los países asiáticos, al sistema productivo se le acompañó con una política de Estado, se propició un bienestar en función de un sistema productivo privado de visión global.

En países europeos con mayor crecimiento, como Alemania, fue posible porque se dio la intervención del Estado en la innovación y desarrollo.

Los beneficios que obtuvieron los países cuyo Estado invirtió en innovación y desarrollo fueron inversiones y empleo.

Eso significa que se invirtió para crecer, se apostó a exportar más de lo que se importa, se fortalecieron los encadenamientos productivos internos y se ayudó a la creación de empresas que pueden integrarse como proveedoras de trasnacionales que generan las cadenas globales de valor.

Lo anterior se complementó con apoyos para que las pequeñas y medianas empresas fueran más competitivas, innovadoras y que generaran alto valor agregado.

“Los mejores registros de crecimiento económico son alcanzados por países innovadores que generan valor agregado, el comercio es sólo la parte final. La mejor forma de proteger al consumidor es creando empleo formal productivo, para que tenga un ingreso económico”, agregó el centro de Concamin.

Además de que en clara alusión al documento que recientemente publicó la Cofece en el que sugiere disminuir aranceles y eliminar mecanismos de protección a la industria nacional para que se puedan importar a mejor precio.

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