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Sería una “tontería” pensar en alejarse, socavar o terminar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) sobre todo por la gran integración que existe entre los tres países que conforman el acuerdo, dijo el Premio Nobel de Economía 2001, Joseph Stiglitz.

El economista afirmó que cuando se negoció el TLCAN no se engañó a nadie, todos sabían lo que firmaban y negociaban, por lo que es “un poco loco decir que nos engañaron”, como dice el presidente estadounidense, Donald Trump.

Las declaraciones hechas en campaña por el ahora presidente de esa nación fue una “fea retórica”, expuso Stiglitz.

El también investigador de la Universidad de Colombia aseguró que disminuyó la preocupación de que se termine con el tratado comercial en estos primeros meses de la nueva administración de Estados Unidos, con respecto a lo que Trump dijo durante su campaña.

Ahora, explicó, hay muchos sectores que ven lo importante que es el acuerdo trilateral entre Canadá, Estados Unidos y México.

Existe una percepción más generalizada de que se requiere fortalecer a la región de Norteamérica, porque hay una gran interdependencia entre los tres países, y fue una gran tontería el pensar salirse del tratado o socavarlo, añadió.

En breve entrevista al término del evento Fracturas en la globalización e implicaciones en las economías emergentes, que organizaron el CIDE, el Consejo Mexicano de Negocios y el World Congress de la IEA, Joseph Stiglitz dijo: “Hay una interdependecia entre México y Estados Unidos muy grande y sería extraordinariamente tonto, por parte de la administración de Trump pensar en alejarse o socavar el TLCAN”.

También se refirió al tema de la desigualdad mundial, el cual se ha acentuado por el capitalismo.

La falta de igualdad tiene que ver con un aumento de las rentas de los grupos de poder.

Esto es resultado de que en el capitalismo se reescribieron las reglas de la economía de los mercados, expuso el economista.

Si bien se pretende que se rijan los mercados por las leyes de la bancarrota, de la competencia y de todo el esquema legal, lo cierto es que hubo reestructuras a las que en muchos países, como Estados Unidos y Reino Unido, le llamaron “reformas estructurales”, pero en realidad esos cambios redujeron la eficiencia de la economía y crearon mayores riesgos, más desigualdad y le dieron más poder al mercado, aseguró.

Por ello, para el futuro deben de hacerse cambios que distribuyan mejor las rentas de la economía, porque a pesar de que la productividad subió en las últimas décadas, los salarios de los trabajadores se estancaron.

El Producto Interno Bruto (PIB) ha ido subiendo; sin embargo, no se ha compartido, puntualizó el Premio Nobel de Economía.

“Hay una enfermedad que se llama desesperación y tiene que resolverse. El segundo es el problema de la falta de trabajo, hay temor de no tener empleo y hay que tener un mejor diagnóstico de por qué no se ha compartido la prosperidad”, enfatizó Joseph Stiglitz.

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