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Los gobiernos de México y Estados Unidos viven un nuevo round en materia comercial: el conflicto por el acero. Ante la posibilidad de que el gobierno de Donald Trump cierre la puerta a las importaciones de siderúrgicas por cuestiones de “seguridad nacional”, la autoridad mexicana advirtió que las exportaciones del producto no son riesgosas, inseguras y no amenazan a la planta productiva de su principal socio comercial.

El problema comenzó en abril pasado cuando el presidente de EU emitió un memorándum ejecutivo en el que pidió al Departamento de Comercio iniciar una investigación para determinar si las importaciones de acero vulneran la seguridad nacional de ese país, al ser un producto “crítico tanto para la economía como para el aparato militar”, porque según su consideración, no se puede depender de las importaciones.

De acuerdo con la sección 232 de la Ley de Expansión Comercial, se pueden frenar las importaciones de acero de los países que son proveedores de EU, incluso de México, si se decide que afecta la seguridad nacional. Fuentes del sector señalan que la decisión puede conocerse en los próximos días.

Hace unos días, la Secretaría de Economía pidió al gobierno de Trump, mediante una misiva, realizar una investigación cuidadosa y objetiva que determine de manera directa la liga que tienen las importaciones de acero con amenaza a la seguridad de Estados Unidos.

Le pide México a EU no bloquear acero nacional
Le pide México a EU no bloquear acero nacional

En la carta que obtuvo EL UNIVERSAL, la dependencia mexicana expone al Departamento de Comercio, a cargo de Wilbur Ross, que el sector acerero de América del Norte es una historia de éxito porque alcanzó un nivel de integración que provee a los distintos sectores de los diversos tipos de acero que se requieren, incluso para seguridad nacional.

“Los países del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) deben construir sobre esta fortaleza, en lugar de involucrarse en un proceso que disminuya el flujo comercial a través de la región, que socave la integración y que provoque que el suministro de acero sea menos confiable para todos”, detalló en la parte final de la misiva.

La Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero de México también envió argumentos para la defensa de la industria nacional hace unos días. Afirmó que el sector siderúrgico es fuente de fortaleza y seguridad y no de debilidad ni de amenaza.

De acuerdo con las cifras, Estados Unidos registra desde 2012 un superávit comercial de productos terminados de acero con México, de un millón de toneladas y la tendencia es que se mantendrá así para 2017.

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