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Mientras se concreta la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), México y la Unión Europea avanzan en la definición de plazos de hasta siete años en que se eliminarán los aranceles a productos agropecuarios e industriales que no se incluyeron en el acuerdo firmado en el 2000.

Las partes analizan el planteamiento de que 14% de los productos que se comercializan será de corte sensible, sobre todo del sector agrícola, que tendrá un trato diferenciado.

En la tercera ronda de negociaciones que se realizó hace unas semanas se acordó que los aranceles o impuestos a la importación con que se gravan los bienes que se intercambian deberán eliminarse en plazos de cero, tres, cinco o siete años.

La propuesta de ambas partes es que 86% de las fracciones deberá sujetarse a un periodo de desgravación, aunque 45% de ese total debió quedar libre de aranceles de manera inmediata a la entrada en vigor del tratado.

El mayor interés de México es lograr apertura en el sector agropecuario, porque la Unión Europea tiene pendiente liberalizar productos mexicanos que se agrupan en 902 fracciones arancelarias, mientras que el gobierno mexicano solamente debe eliminar aranceles a agroproductos clasificados en 382 fracciones arancelarias.

El subsecretario de Comercio Exterior, Juan Carlos Baker Pineda, e industriales encabezados por el presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), Manuel Herrera, se reunieron a unos días de que se concluyó la tercera ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio Unión Europea-México, conocido como TLCUEM.

En dicha ronda, el sector privado envió a Eugenio Salinas como representante del llamado Cuarto de Junto, quien también es el presidente de la Comisión de Comercio Exterior de la Concamin.

Manuel Herrera consideró que mientras se definen las condiciones de la renegociación del TLCAN, es indispensable seguir adelante con la estrategia de diversificación de mercados.

Aunque dijo que desde el 2000 se registran avances en el intercambio comercial con los países europeos, es importante concretar la “revisión y modernización” del TLCUEM.

Herrera dijo que es necesario que los cambios que se concreten en el tratado con la Unión Europea sirvan al mercado mexicano para tener otras opciones de proveeduría y abasto, así como otros mercados de exportación.

De acuerdo con Baker Pineda “durante 2016, la Unión Europea fue el segundo destino de las exportaciones mexicanas, pero también el tercer proveedor de bienes a México, esto da una idea de la importancia estratégica y el gran potencial que tiene el tratado.

“Es por ello que uno de los principales objetivos de la modernización del TLCUEM es continuar con el proceso de liberalización comercial, especialmente del sector agropecuario”, agregó Baker Pineda.

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