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La Comisión Federal de Electricidad (CFE) ve como riesgo potencial para alcanzar su viabilidad financiera en los próximos años las pérdidas de energía eléctrica, sobre todo las derivadas del robo de electricidad.

Informó que las pérdidas representan gastos relevantes para la organización y deben ser atendidas de forma prioritaria.

En su Plan de Negocios 2017-2022, la CFE argumentó que es “imperativo y estratégico reducir las pérdidas en media y baja tensión de 13.6%, nivel que se espera alcanzar en 2018 a 10.9% para 2021”.

Detalló que requerirá 24 mil millones de pesos en los próximos cinco años para ejecutar las obras necesarias para cumplir con la trayectoria de pérdidas establecida por el regulador. Esta cantidad incluye los costos que pudieran generar los principales conflictos sociales por endurecer el esquema de cobro, regularizar el suministro en asentamientos irregulares (incluso usando a las autoridades competentes) y el fortalecimiento de la infraestructura eléctrica.

Reconoció que 36.7% de las pérdidas por robo de energía eléctrica “están relacionadas con estas disputas”, sobre todo en el Valle de México.

En 2015, de acuerdo con su Informe Anual (publicación más reciente disponible), la comisión destacó que las pérdida de energía le representaron daños económicos por 42 mil 246 millones de pesos.

El valor económico de las pérdidas no técnicas, es decir, las que se presentan principalmente en la comercialización derivada de los usos ilícitos, fallas de medición y errores de facturación, se calcularon en 33 mil 318 millones de pesos, de tal suerte que poco más de 12 mil millones están ligadas a disputas sociales en asentamientos irregulares, en donde el colgado de cables a las redes de CFE es una práctica constante.

En su plan de negocios, la empresa productiva del Estado se propuso reducir costos, junto con un manejo adecuado de riesgos y el seguimiento de la estrategia de cobertura cambiaria, lo que le permitirá alcanzar un equilibrio financiero hacia 2021.

No obstante, las pérdidas de energía se encuentran catalogadas en dicho plan como uno de los “principales riesgos estratégicos” para la empresa eléctrica.

En el documento, indicó que la Empresa Productiva Subsidiaria (EPS) de Distribución ha reducido las pérdidas técnicas y no técnicas totales de 15.9% en 2011 a 12.5% a septiembre de 2016, y planea cumplir los objetivos del regulador para reducirlas al10% para fines de 2018.

Desde 2015, la comisión ha venido trabajando en una serie de acciones que le van a permitir reducir el robo de energía eléctrica y mejorar los sistemas y esquemas de facturación y cobro.

En el Programa de Ampliación y Modernización de las Redes Generales de Distribución 2015-2019 estableció varias líneas de acción como:

Mejora efectiva en la calidad de la facturación; cumplir el calendario de eventos comerciales, incluyendo corte, reconexión y retiro oportuno de suministros; la detección oportuna de las anomalías en media y alta tensión (dentro del mismo mes de facturación).

Por su parte, en las divisiones con bajos índices de pérdidas, mantener el control del indicador mediante la oportuna atención del reporte de anomalías; la detección y atención de anomalías mediante selección estadística (automatizada) de servicios a verificar; ordenar el proceso de comercialización de la energía, incluyendo los sistemas informáticos de gestión, procesos operativos, y la verificación y control de servicios en campo del Valle de México.

Además, agilizar la modernización y reubicación de medidores al límite de propiedad de los servicios susceptibles a usos ilícitos por intervención de acometida o medidor en el Valle de México.

También continuar con los programas especiales de detección de anomalías encaminados a la recuperación de energía perdida, mediante ajustes a la facturación; regularización de servicios en áreas de conflicto social con la intervención de autoridades competentes y acercamiento a la comunidad.

Además, llevar a cabo programas masivos de ahorro de energía, principalmente en sectores sociales de bajos recursos que desalienten el uso ilícito como principal método de la disminución de su facturación.

Continuar con la implementación de nuevas tecnologías de la medición, dando prioridad a la reubicación de la medición en el poste tipo AMI; reforzar la aplicación del tensión; implementar programas de acercamiento al cliente para la atención de la problemática social asociada al suministro de energía eléctrica en el Valle de México; y, la sustitución de los medidores electromecánicos por electrónicos.

El objetivo de la CFE, de acuerdo con su último informe anual, es alcanzar un nivel de pérdidas de energía eléctrica similar a la de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que es de entre 6% y 7%, para que este problema no le represente una sangría a sus finanzas.

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