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La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) advirtió que México se enfrenta a choques externos desfavorables que pueden frenar la actividad económica.

Por esa razón, la OCDE se sumó al recorte de expectativas económicas que ya hicieron el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco de México (Banxico) y el consenso de analistas reflejado en la encuesta de CitiBanamex para 2017.

En el reporte Global Economic Outlook, el organismo ajustó a 2.6% el estimado de crecimiento para la economía de México que dio a conocer en junio pasado y lo ubicó en 2.2% para el cierre de 2016; en tanto, para 2017 la colocó en 2.3%, desde el nivel de 3% del reporte anterior.

Hace un año, la OCDE estimaba que en 2016 México crecería 3.1% y 3% en 2017, pero factores externos como el ambiente político en Estados Unidos y la fuerte caída de los precios del petróleo limitan su avance, al igual que los recortes al gasto público.

“Pese a beneficiarse de una mayor demanda de importaciones en Estados Unidos, se prevé que la expansión de la economía mexicana se vea afectada por incertidumbres respecto a las políticas en Estados Unidos”, enfatizó en el reporte.

Por los mismos argumentos, la evaluación anual para México que realizó el directorio ejecutivo del FMI también incluyó una rebaja en el pronóstico para 2017 a 2.25%, desde 3% estimado en octubre pasado.

A su vez, Banxico cambió la semana pasada su estimado de expansión del PIB del próximo año de un rango que estaba entre 2% y 3%, a un intervalo de 1.5% a 2.5%.

Incertidumbre externa. En el nuevo reporte de la OCDE se advierte que la disminución en la producción de petróleo y los recortes del gasto público pesan sobre la economía.

Destacó que los riesgos asociados a estas proyecciones incluyen incertidumbres sobre las políticas externas, reducciones adicionales en la producción de petróleo y confianza empresarial e inversión privada más débiles.

Sin embargo, el organismo consideró que nuestra economía seguirá beneficiándose de un tipo de cambio competitivo, una sólida expansión del crédito y mejoras continuas en el mercado de trabajo con el apoyo de las reformas estructurales del gobierno y un entorno de baja inflación.

Por el contrario, un aumento en los precios del petróleo podría favorecer tanto el déficit de cuenta corriente como el fiscal, consideró.

En la parte interna, asentó que la plena implementación de las reformas estructurales, en especial la educativa, será clave para impulsar el crecimiento a largo plazo.

Hizo ver que si bien el gobierno está haciendo un esfuerzo por cumplir su objetivo de déficit de los requerimientos financieros del sector público (RFSP), esto refleja en gran medida la recepción del remanente de operación del banco central.

Proteccionismo. Las expectativas para la economía mundial quedaron en 2.9% para el cierre de este año, de 3.3% en 2017, y 3.6% para 2018, considerando los planes fiscales del nuevo gobierno en Estados Unidos que empujarían a su economía a lograr una expansión de 2.3%, superior al nivel de 2.1% que se estimaba.

No obstante, se reconoce que el aumentar el proteccionismo se podría correr el riesgo de deteriorar el ya débil crecimiento del comercio global.

“El proteccionismo y las inevitables represalias comerciales contrarrestarían gran parte de los efectos positivos de las iniciativas fiscales propuestas sobre el crecimiento interno y el global”, alertó la economista en jefe del organismo, Catherine L. Mann.

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