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El déficit de la cuenta corriente, es decir, la demanda de dólares del país, depende de la política fiscal que la Secretaría de Hacienda aplique en 2017, con base en el paquete económico.

La tendencia creciente de la deuda pública impacta negativamente sobre la cuenta corriente, es decir, crece la demanda de dólares, y explica parte de la depreciación del peso, coinciden integrantes del Banco de México (Banxico) y analistas privados.

Hacienda tiene hasta mañana para presentar la propuesta de paquete económico en 2017 y la atención de inversionistas y agencias calificadoras se va a centrar en el balance fiscal y el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), que se refiere a la medida más amplia de deuda pública y que el gobierno prevé en 50.5% del PIB este año, el mayor nivel en la historia.

De acuerdo con la minuta de la última reunión de política monetaria de Banxico, dos de cinco integrantes de la junta de gobierno coincidieron en que el comportamiento del peso puede asociarse a la preocupación sobre la trayectoria actual y futura de las finanzas públicas, entre otros factores internos y externos.

“Respecto a los internos, destacaron la preocupación sobre la trayectoria actual y futura de las finanzas públicas, principalmente ante la tendencia creciente del Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público, su impacto sobre la cuenta corriente, así como la situación de Pemex”, reveló la minuta.

El reciente informe trimestral de Banxico mostró que el déficit público amplió en 0.39 puntos porcentuales del PIB el saldo negativo de la cuenta corriente en 2015; se trata de la mayor contribución del gobierno a dicho deterioro en cinco años.

El banco central ajustó de 3.1% a 3.2% del PIB su previsión del déficit en cuenta corriente para el siguiente año, y si se cumple se tratará del saldo negativo más pronunciado desde 1998.

Para Luis Adrián Muñiz, subdirector de análisis de Vector, el deterioro de la cuenta corriente se debe en gran parte al aumento de deuda pública.

Opinó que es indispensable consolidar las finanzas públicas para quitar presión al déficit de cuenta corriente y así tener fundamentos económicos más sanos.

Un déficit fiscal contenido y una disminución de la deuda es lo mejor que puede hacer el gobierno para apoyar la cuenta corriente, comentó.

Enfatizó que los flujos financieros son volátiles por el complejo entorno y ante el creciente deterioro de cuenta corriente y el mayor déficit público, inversionistas pueden dejar de entrar al país o incluso retirar capitales.

En términos empíricos, el saldo negativo de la cuenta corriente es la suma del déficit público más el del sector privado.

“Es un tema de credibilidad, Hacienda ha prometido estabilizar la deuda desde hace años pero ha incumplido”, opinó Muñiz.

Comentó que lo relevante es generar un superávit primario para el siguiente año, con el objetivo de tener dinero suficiente para pagar los intereses de la deuda, pues en esa medida van a disminuir los requerimientos financieros y luego el SHRFSP.

Muñiz prevé que la deuda del sector público aumente poco en 2017, se estabilice en 2018 y baje de 50% del PIB hasta 2019, pero sólo si se logran superávit primarios a partir de 2017.

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