En lo que va de 2015, las expectativas planteadas en lo general para la economía mexicana han quedado distantes. Del optimismo relativo que generó el ahora olvidado Mexican moment, se ha pasado a la cautela. Nos acercamos ya a los meses finales del año y es prudente ubicar nuevas metas, pues el país —con todo el potencial que tiene— no puede quedar cautivo en una trampa de crecimiento limitado.

Para cualquiera de nosotros, los indicios de un año crítico han estado presentes en lo que va del segundo semestre de este 2015. Con un mercado interno debilitado, esta situación se ha prolongado de tal forma que a pesar de la expectativa de crecimiento del PIB no se transmiten con vigor los efectos de sus eventuales beneficios a todos los actores económicos del país.

Al reflexionar sobre la forma en que se saldrá de esta situación crítica, debemos aceptar que ésta no es tan rápida como cualquiera de nosotros lo deseamos.

Es un proceso tan lento que a veces está sujeto a la funcionalidad de ciertos ajustes y precisiones en materia de política económica o inclusive de la situación internacional.

De entrada, el gobierno federal ya manda señales de austeridad para 2016 y debemos encontrar la manera de fortalecernos en nuestras empresas y familias.

Con estos parámetros, una vez más debemos dar rumbo a nuestras actividades en el camino de la optimización, el ahorro y cautela en las finanzas pues las circunstancias están algo complejas.

Basta con revisar el principal pronóstico de crecimiento de la economía nacional para 2015.

Banxico estima que al final del año, después de varios ajustes por parte del gobierno federal, el PIB de México podría estar apenas por arriba de 2%. Esto es insuficiente para las necesidades nacionales y a pesar del gran potencial productivo con el que se cuenta.

En materia de inversión extranjera el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados reportó que entre enero y junio ingresaron al país más de 13 mil millones de dólares, más de la mitad consideradas reinversiones. El tipo de cambio, depreciado en más de 20% en lo que va del año, supera los 17 pesos por dólar. Estos factores, llevan a colocar nuestras expectativas de mejora, una vez más, hacia otro momento. La recuperación del vigor en la economía nacional no termina de consolidarse de manera plena porque se depende tanto de los mercados internacionales, de las decisiones financieras de otros gobiernos y también de la dinámica del mercado nacional.

Esta situación nos impacta de diversas maneras. Se presenta tanto en la reducción de los gastos, el rediseño de proyectos, el aplazamiento de expectativas, y en lo general, en un estado de incertidumbre.

Por lo pronto, un eventual escenario de mejora tardará en llegar y se requiere de nueva cuenta de nuestros esfuerzos.

El aprendizaje que ha quedado de la experiencia de los últimos meses, es decir, un giro radical en las expectativas, ha llevado a que entre la sociedad, gobierno y empresas se reitere nuestra insistencia en temas como el ahorro de recursos, la mejor planeación y ejecución de proyectos y también prepararse a fondo para mejores momentos.

En lo que resta de 2015, la cautela financiera, el llevar adelante nuestras mejores prácticas y fomentar la competitividad deben estar entre los elementos más importantes para tener un buen desempeño en nuestros respectivos entornos.

A todos nos agradaría que la recuperación de la economía se apalanque de manera definitiva y nos traiga de regreso la tranquilidad que hemos disfrutado en otros momentos.

Los tiempos de crisis, —a pesar de las circunstancias— son también de oportunidades, de forjar la creatividad, de crecimiento, de inspirar el cambio para ser mejores. En nuestras vidas, todos nos hemos caído alguna vez, pero nunca nos hemos quedado en el suelo. Nos hemos levantado y también hemos dado los siguientes pasos para seguir nuestro camino, para seguir adelante.

Esto debe ponernos a pensar que una vez que, en el mediano plazo, logremos la estabilidad y recuperación plena, tenemos que ser más competitivos y enfrentar nuevas condiciones que no sólo han cambiado el entorno nacional sino también el global.

*Académico de la Universidad del Valle de México

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