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Si se modifica la edad de retiro en el sistema de pensiones de Petróleos Mexicanos (Pemex), el grueso de los trabajadores, entre empleados de confianza y sindicalizados, poco más de 132 mil 123, tendrán que esperar entre 15 y 40 años para jubilarse si deciden acogerse al parámetro de edad máxima para dejar de trabajar.

De estos, 22 mil 461 son mujeres que laboran en diferentes áreas de la empresa productiva del Estado.

Mañana vence la prórroga que empresa y sindicato petróleo acordaron para finiquitar las negociaciones contractuales para el periodo 2015-2017 y, según fuentes cercanas a las pláticas, es un hecho que aumente de 55 a 65 años la edad para que un trabajador o empleado petrolero se jubile.

Otra cláusula que también puede sufrir modificaciones, según las fuentes, es el requisito de 25 de antigüedad para optar por la jubilación.

Con este parámetro, los trabajadores que tuvieron la oportunidad de ingresar a la entonces paraestatal cuando tenían 18 años podían jubilarse a temprana edad (43 años) y ocuparse en otro empleo, con su respectivo salario, más su pensión mensual.

En el más reciente Informe de sustentabilidad 2013, último dato disponible, Pemex asegura que “el promedio de antigüedad es de 19.1 años para la planta de operación”.

Esto significa que de seguir el actual esquema pensionario en la empresa petrolera para 2021 prácticamente toda la plantilla laboral de Pemex estará en condiciones de retirarse.

Hasta hoy, según información de la Dirección Corporativa de Administración de Pemex, 18 mil trabajadores siguen laborando en la empresa a pesar de haber cumplido 55 años o más de edad, rango etario que el actual Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) y el Reglamento de Trabajo del Personal de Confianza de Petróleos Mexicanos y Organismos Subsidiarios (RTPC) marcan como opción para el retiro.

De ellos, 2 mil 103 pueden retirarse con el nuevo esquema, pues superan los 65 de edad; otros 4 mil 358 tienen edades entre 62 y 66 años.

Para Pemex, según el Informe de resultados del pasivo laboral de Pemex realizado por la Auditoría Superior de la Federación, el problema de las pensiones radica en parte en la insuficiencia de recursos para pagarlas.

Entre 2003 y 2014, el plan de pensiones “no estuvo fondeado, ya que el saldo de los activos del Fondo Laboral de Pemex (Folape) y el Fideicomiso de Cobertura Laboral y de la Vivienda (Ficolavi) se redujo considerablemente” al pasar de 13 mil 88 millones de pesos a sólo 665 millones, en tanto que las obligaciones por beneficio definido aumentaron de 312 mil 919 millones a un billón 474 mil millones de pesos en el mismo periodo, lo que generó un déficit actuarial que creció en la misma proporción en que aumentaron las obligaciones pensionarias; en consecuencia, no se cumplió con el objetivo establecido en los fondos de maximizar los recursos destinados a solventar las obligaciones que Pemex tiene con sus trabajadores respecto del pago de beneficios al retiro consignados en el CCT y en el RTPC.

Adicional a la insuficiencia de recursos que registraron dichos fondos, en el lapso referido se incrementó el número de personas que pueden recibir pensión, ya que la cifra de pensionados creció 55.1% por la implementación de programas de retiro anticipado y la plantilla de trabajadores activos se incrementó 9.7%, por lo que se registró un crecimiento poblacional total de 26.3%.

Esta situación agravó aun más el problema de financiamiento, pues mientras en 2003 Pemex había asumido la responsabilidad de otorgar pensiones a 184 mil 716 trabajadores en activo y pensionados, para 2014 debía ya otorgar pensiones a 233 mil 364 empleados, sin contar con una reserva para afrontar tales obligaciones.

Así pues, según las fuentes consultadas, “son necesarios cambios de fondo en esta revisión contractual para evitar un problema mayúsculo que ponga en riesgo la viabilidad de la empresa productiva del Estado”.

jram

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