En las últimas semanas, el panorama económico internacional ha mostrado un comportamiento muy volátil en torno a varios sucesos muy significativos entre los que destacan las complicaciones de la crisis griega luego del referendo. Es importante en este contexto estar pendientes de las reacciones de los mercados de divisas y capitales luego del acuerdo logrado con la Troika, que si bien significa el rescate esperado por los acreedores implica condiciones de severa frugalidad para la economía helena. Un segundo episodio se refiere al comportamiento de la economía china, cuya desaceleración, que se ha está registrando en los últimos meses, se reflejó en un episodio de incertidumbre que llevó a la caída de las bolsas de valores chinas, infladas originalmente por el proceso de compra de acciones a crédito. La situación está gestando un tipo de burbuja especulativa que si no se aprovisiona bien podría afectar a otras economías, principalmente las que son grandes proveedoras de materias primas. Para México podría ser una oportunidad más que de amenaza debido a que podrían generarse oportunidades en el mercado estadounidense, dada una baja en la producción china.

El entorno internacional está siendo propicio para el fortaleciendo del dólar y está motivando una mayor aversión al riesgo en las monedas de economías emergentes, en un contexto de retroceso en precios de materias primas y commodities. Ante esta situación, anticipamos que el dólar seguirá fortaleciéndose frente al peso por unas semanas más y que podrá llegar a circundar los 16 pesos por dólar en las operaciones al mayoreo. En este contexto, los mecanismos de estabilización que tiene el Banco de México, como la subasta diaria de 52 millones de dólares y la oferta de 200 millones adicionales en caso de un deslizamiento diario superior al 1.5 %, son un contrapeso ante la volatilidad; sin embargo, podrían no ser suficientes, una agudización del entorno especulativo como lo puede ser  una fuga de capitales,  que se refleje en una suerte de ataque contra nuestra moneda, tendría consecuencias indeseables para la estabilidad de precios de que actualmente gozamos.

Por otro lado, aún siguen latentes los riesgos asociados al comportamiento de la Fed, cuyos directivos han señalado en el último reporte que se están previendo un ajuste a la alza en las tasas de referencia, si las condiciones de la economía norteamericana muestran una mejoría más solida. El incremento podría darse en octubre, aunque las condiciones de la crisis griega y la situación china podrían diferir esta decisión, lo que le agrega más incertidumbre a la situación mexicana.

De igual forma, los precios del petróleo siguen con tendencia a la baja y crecen las expectativas negativas para el futuro inmediato. Se prevé una reducción en la demanda mundial del hidrocarburo, derivado de factores climáticos como el efecto del verano en Europa, pero fundamentalmente de factores económicos, como la crisis griega, y el menor crecimiento chino, los que determinarán la baja en la demanda. Por el lado de la oferta, se prevé que se le permita a Irán la producción de más petróleo si libra las presiones por su programa nuclear. En el caso de México, el precio de la mezcla de exportación sigue a la baja y ya rebasó el piso de 50 dólares por barril, lo que implica que el ajuste en las finanzas públicas para 2016 se pueda agudizar.

Por el lado del mercado interno, destacan condiciones que podría favorecer al crecimiento como lo son el desempeño del empleo formal, la entrada de mayores remesas familiares y aumentos en la inversión.

Durante los cinco primeros meses del año, el empleo formal creció 4.2%, comparado con un crecimiento de 3% durante el mismo periodo del 2014. Entre los sectores económicos en los que se observaron los mayores crecimientos destacan los transportes y comunicaciones y la construcción.  De hecho, el crecimiento del empleo se dio no solo en el sector formal, sino en los ocupados totales de la economía. Durante el mismo periodo,  la tasa de desempleo de la economía pasó de 4.86% en 2014 a 4.29% en 2015.

Por su parte, durante el primer trimestre las remesas familiares procedentes de trabajadores mexicanos en Estados Unidos crecieron 4.9%, con lo que mantuvieron su dinamismo a pesar de la contracción registrada en Estados Unidos en el mismo periodo. Para 2015, esperamos un crecimiento de la economía estadounidense de alrededor de 2.7% y 3.1% y, con ello, que se mantengan los flujos positivos de remesas hacia nuestro país.

Dadas las mejoras en el mercado laboral y mayores ingresos procedentes de remesas, durante los cuatro primeros meses del año las ventas en establecimientos comerciales crecieron a su mayor tasa desde 2012.

*Presidente de Consultores Internacionales, S.C.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses