El 70% del déficit comercial que tiene América Latina con China se explica por el creciente saldo negativo de México con ese país asiático, dijo la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Esto significó que de los 88 mil 28 millones de dólares de déficit que la región tuvo en 2014 con China, 60 mil 276 millones correspondieron a la economía mexicana.

Ello se debe a que menos de 2% de las exportaciones mexicanas al mundo van al mercado chino, en tanto que 17% del valor de las importaciones que realiza México provienen de dicho país.

El déficit se repite en casi todos los países de la región, aunque el monto es distinto. “En todos los casos, estos superávit se generan gracias a las ventas de un número reducido de productos primarios; solamente hay tres países que registran superávit y son Chile, Brasil y Bolivia”, indicó.

La Cepal aseguró que la desaceleración de la economía china trajo consecuencias negativas para la región, sobre todo para los países sudamericanos que exportan más a ese país asiático.

En 2014, el valor del comercio de bienes entre China y América Latina y el Caribe se contrajo 2% con respecto al año previo, lo que fue la primera caída desde 2009. De un máximo histórico de 274 mil millones de dólares se redujo a 269 mil millones de dólares, explicó la Cepal en el documento América Latina y el Caribe y China. Hacia una nueva era de cooperación económica.

A la par de la caída de las exportaciones latinoamericanas a oriente, la desaceleración económica de China provocó la caída de precios de diversos productos básicos exportados por América Latina y el Caribe. “La situación ha sido interpretada como el fin del “superciclo” de altos precios de dichos productos que prevaleció en la mayor parte del periodo 2003 a 2011.

Con excepción de México, en la gran mayoría de los países de la región hay una preocupante re-primarización exportadora, es decir, la mayor parte de los productos que se envían a oriente son materia prima e insumos sin valor agregado. Por ello, es fundamental lograr avances en productividad, innovación, infraestructura, formación y capacitación, a fin de tener intercambios con mayor igualdad, sobre todo en momentos de cambios tecnológicos.

“Desde la perspectiva latinoamericana, la diversificación exportadora y el aumento en productividad son las principales asignaturas pendientes: tan solo cinco productos, todos primarios, representaron 75% del valor de los envíos regionales a China en 2013. La inversión china en la región refuerza este patrón, ya que entre 2010 y 2013 casi 90% de ella se dirigió a actividades extractivas, particularmente minería e hidrocarburos”, dijo la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena.

Es el momento propicio "para dar un salto de calidad en la relación entre América Latina y el Caribe con China”, aseveró la funcionaria.

Una manera de hacerlo es lograr que los flujos de inversión china aumenten y se diversifiquen lo que además de promover la integración productiva al interior de la propia región pudiera redefinir drásticamente la relación económica-comercial, concluyó.

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