El pasado 21 de mayo, el Senador Germán Martínez presentó una renuncia al cargo de Director General del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que fue muy visceral, según Alcocer Valera, Secretario de Salud, que movió las aguas –superficialmente- de la política que se desarrolla, casi toda, alrededor de las mañaneras del Presidente de la República. Después de leerla cuidadosamente la calificó de patética, en la segunda acepción del diccionario de la Real Academia Española: penosa, lamentable o ridícula. Dejo al lector que determine cuál calificativo es más preciso. Me explico.

CONTEXTO:

La renuncia cae en un momento esperado por la oposición partidista, que necesitaba el abandono del barco de la 4T de un miembro del gabinete ampliado para recuperar un poco de aire después del desinflamiento que sufrió en las elecciones. En ese sentido, no es extraño que la prensa se llene de apoyos a las extravagancias de la misiva, sin que se haga una lectura minuciosa de la misma. Lo que importa es la deserción.

También, Germán Martínez hace su rabieta en un momento en que las presiones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y la Secretaría de la Función Pública (SFP) aumentaron para que haya recortes sustanciales en el gasto del gobierno federal –según el memorándum de austeridad del Presidente para fortalecer a PEMEX- que no tienen pies, ni cabeza aparente. Esto ha generado incomodidad en muchos colaboradores del gobierno por la disminución radical de recursos para llevar a cabo las funciones de las instituciones. Uno de los sectores más afectados y sensibles es la Salud, cuyos efectos ya se ven en las calles con las protestas de médicos residentes, pasantes de medicina, enfermeras y pacientes afectados por falta de medicamentos.

Por otro lado, el nuevo gobierno se ha dedicado sistemáticamente a atacar a todos –no deja títere con cabeza- como sucede con El Quijote que, en su demencial idealismo por salvar a su Dulcinea, destruye un teatro ambulante, que después su fiel escudero Sancho debe pagarle al dueño, que era un fugado que conocía de la manía del caballero andante y se aprovechó de la situación para cobrar en demasía el valor de lo destruido.

Los grupos de poder y económicos desplazados, acusados arteramente en las mañaneras del Presidente, echando fuego a la hoguera de los pleitos internos del gobierno, que son cotidianos por la falta de línea clara y congruente, que provoca que las dependencias y entidades estén permanentemente inventado programas a partir de ocurrencias o creando organismos dentro o paralelos a los existentes como el nuevo Instituto para devolverle al pueblo lo robado, cuyo director será el actual del Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE).

Un gobierno desorganizado y sin objetivos concretos, guiado por una ideología personalista, conformado por grupos y personas de gran diversidad ideológica que se disemina entre dos extremos radicales, el seudo-populismo de derecha representado por Tatiana Clouthier y el renunciante y el marxismo trotskista condensado en Ackerman y su mujer Eréndira Sandoval, que la convierte en una coalición de gobierno inestable y se refleja en la falta de coordinación entre las dependencias y entidades.

PERSONAJE:

Un auténtico tránsfuga. Es una persona que pasa de una ideología o colectividad a otra por ambiciones personales. Hay que recordar que Germán Martínez fue el representante del PAN ante el Instituto Nacional Electoral (INE) en la elección de Calderón contra López Obrador y lo calumnió hasta el cansancio y luego fue presidente de ese partido político. Además, sus columnas periodísticas y actividad política lo identifican públicamente con la democracia cristiana –una de las fuentes ideológicas del PAN- que abandonó claramente como Senador de Morena y apoyo abierto a la campaña de la 4T.

Su carrera administrativa ha sido corta y utilizada para acceder a otros cargos. Su paso por la SFP fue gris y sólo un escalón para llegar a la Presidencia del PAN que dejó por los malos resultados electorales del 2009.

Su conocimiento en seguridad social era limitado y su compromiso con el IMSS y los derechohabientes era bajo. Lo demostró en sus intervenciones en medios cuando ofrecía con el recurso proveniente de cuotas obrero patronales la atención a grupos que corresponden atender a la población abierta en el sentido que expresó el Secretario de Salud ante su renuncia “el ahora ex director del IMSS estaba convencido de lograr la integración de todos los sistemas de salud… debió privilegiar al trabajador que cotiza al IMSS que tiene junto con sus familiares esa atención a más de la mitad de la mexicana…”(MVS, noticias, 21-05-19).

El político en su acepción de grillo desplegó banderas atractivas socialmente, a costa de los recursos de los aportantes al IMSS para pavimentar el camino a la candidatura a gobernador por su natal Michoacán, pero se topó con el hecho que las finanzas en el Instituto son revisadas por órganos tripartitas, en el que el gobierno es uno de los aportantes y vigila su destino a través de la SHCP.

El contenido de la carta patética lo abordaré en la siguiente entrega.

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