Es célebre la forma en que se grabó la voz de David Bowie en “Heroes” (1977). Escúchenla de nuevo, por favor: en las primeras estrofas, Bowie canta con la frialdad y tersura habituales. Suave, familiar. Sin darnos realmente cuenta, va subiendo el volumen, la intensidad y el desgarro en la garganta hasta que las líneas nos las grita (qué cosa tan impactante) en la cara y al mismo tiempo, como si se encontrara en el fondo de una caverna enorme. ¿Cómo se logró eso, técnicamente? Con las famosas ‘compuertas sonoras’.​ En el estudio berlinés, frente a Bowie, se colocaron en fila varios micrófonos a muchos metros separados. En el momento en que la voz cruzaba el límite de ciertos decibeles, se ‘activaba’ o se abría un micrófono que estaba más allá, y así sucesivamente hasta lograr el efecto de un tren sonoro desbocado, disparado hacia el infinito.

Audi RS7 performance: orquesta biturbo
Audi RS7 performance: orquesta biturbo
Audi RS7 performance: orquesta biturbo
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Coherencia plena. No podemos decir que este sea un sedán de doble personalidad, como se suele describir: cómodo y lujoso a ratos. Brutal y dinámico, en otros. Su personalidad, más bien, está completamente integrada, nada de bipolaridad. Jamás se olvida que es un auto hecho para jugar, con esa suspensión rígida (que jamás arruina la calidad de marcha, aunque el tamaño entre ejes seguramente es la clave en este aspecto) y la dirección con un grado de asistencia que parece mágico, pues no refleja el tremendo peso (2,040 kg) y sí transmite agilidad. Lo dicho: un alarde de electrónica y dominio de la física.

Audi RS7 performance: orquesta biturbo
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