Un paseo por Salamanca para conocer el Mazda 3

El sedán compacto de la marca japonesa fue lanzado oficialmente como año modelo 2017, el cual presume de ligeros cambios estéticos. Al exterior destaca la parrilla con mayor profundidad, nuevo diseño de carcasas de espejos laterales, rines, fascias  delantera y trasera, faros bi-xenón y LED según la versión. Los trazos en la carrocería también fueron modificados para tener un sentido horizontal que le da mayor fluidez a la imagen del modelo. Por dentro, los cambios están en la pantalla táctil sobre el tablero, display a color, volante inspirado en la CX-9, freno de estacionamiento con accionamiento eléctrico y modo de manejo Sport, entre otros cambios discretos.  En la parte de motorizaciones, dispondrá del motor  2.0 litros de 155 hp y 148 lb-pie solo para la variante de entrada, mientras que para el resto de la gama se hace uso del 2.5 litros con 188 hp y 184 lb-pie. Ambos motores estarán asociados a una transmisión automática o manual de seis velocidades. Los precios del modelo inician en 265 mil 900 pesos y terminan en 349 mil 900 pesos.

Como parte del lanzamiento del nuevo Mazda3 2017, la marca japonesa abrió las puertas de su complejo de manufactura en Salamanca, Guanajuato, donde se produce este  sedán compacto, además del Mazda2 y el Toyota Yaris R con el que comparten elementos.
Durante el recorrido, tuvimos la oportunidad de observar los procesos de producción en la planta de motores, misma que tiene capacidad de fabricar alrededor de mil unidades al día; siendo el 1.5 litros el de mayor volumen, además de la línea principal de ensamble de donde salen de igual forma, alrededor de mil unidades entre los cuatro modelos que se construyen en ese complejo, las cuales son destinadas para el mercado domestico, así como la exportación a  Nortemérica, Latinoamérica y Europa.

Cabe señalar que esta planta destaca por el  nivel de participación de personal mexicano, desde los puestos de armado hasta directivos, esto obedeciendo al plan de nacionalización de Mazda que comprende aumentar los puestos  de trabajo con gente de la región y disminuir las plazas extranjeras con el fin de dejar la operatividad de la planta en manos mexicanas, mismas que han sido plenamente capacitadas en los Dojos de pintura, ensamble final y motores dentro del complejo, así como los que han sido  preparados en Japón para pulir sus habilidades en el ámbito de la producción.