En Veracruz nunca sonó el nombre de Javier Nava Soria, y en realidad, si efectuó las tareas por las cuales se le acusa, habría sido un grave error de Duarte ubicarlo a su lado. Su tarea (si es que la hizo) debió efectuarla de manera subterránea.

A lo largo del proceso contra Javier Duarte han brotado nombres totalmente desconocidos, o bien, poco mencionados para los veracruzanos durante los casi seis años que gobernó el cordobés, entre ellos, dos mujeres ya presas por haber confesado participar en las presuntas empresas fantasma, las hermanas Natividad y Mercedes Torres Ricarte.

Los que trabajaron con Javier Duarte en Veracruz, en las áreas de Finanzas o Contraloría, niegan haber escuchado alguna vez el nombre de Javier Nava, y bueno, aunque fuera lo contrario, difícilmente lo aceptarían ahora.

“El Nava” que nadie conoce en Veracruz es el mismo que según la PGR, ayudó a Duarte a diseñar y operar el esquema financiero de las empresas “fachada”. Y en realidad, si Nava Soria hizo lo que dicen que hizo, no tendría razón para ser ubicado por varios ex duartistas, aunque habrá otros que sin duda supieron de su existencia.

“El contador de Javier Duarte”, “el que está en España”, “el que burló la extradición de la PGR”, ese mismo que según su abogado en aquel país “nunca conoció físicamente al ex gobernador, no sabía la procedencia ni destino de los recursos que contaba”, es, me dicen fuentes federales (y con papeles en mano), la pieza que faltaba para robustecer el caso de lavado de dinero contra el oriundo de Córdoba.

Después de lo inseguros que se vieron los fiscales en la última audiencia de Javier Duarte, donde el equipo del abogado Marco Del Toro los superó de manera evidente, la PGR necesitará lanzar al ruedo la “caballería pesada”, como cuando el propio especialista de la Seido, en su momento, explicó al juez la forma en que presuntamente el veracruzano lideró el desfalco a su estado. Ahí es donde entra el factor “Nava Soria”.

PGR necesita acreditar y sustentar las formas en que Duarte desvió dinero público, y ahí no le sirven del todo José Janeiro o Alfredo Ortega, quienes pactaron con la autoridad inmunidad a cambio de información valiosa. Para buscar “amarrar” la fraudulenta triangulación financiera les hacía falta el “cerebro” de los números, Nava Soria, quien a decir de ellos, contaba los billetes “sucios”.

Y como en este país ya nos acostumbramos a las “coincidencias”, Nava Soria fue ubicado en el mismo penal donde está su presunto ex jefe: el Reclusorio Norte. Si de verdad el recién llegado de España no conocía físicamente a su cliente, quizá ahora tengan oportunidad, aunque sea de “pasadita”, por pura “casualidad”, de saludarse a la distancia.

Se especula que Nava Soria buscará negociar con la PGR ser testigo contra Javier Duarte, a cambio de un “arreglo” similar al que tienen Janeiro y Ortega. Veremos si se lo conceden. Larga historia aún por contar.

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