En las décadas de los años 30 y 40 inició la popularización del bolillo y la telera; sin embargo, ante la falta de regulación, el abuso de los panaderos no se hizo esperar y buscaban darlo a mayor precio y menor tamaño, o bien, condicionaban su venta a la compra de pan de dulce que tenía un mayor precio. Entonces se establecieron multas, clausuras y hasta arrestos para quienes no acataran lo establecido