Una candidatura ciudadana, libre de la influencia del inoperante mandatario mexiquense, hubiera gozado de mayor libertad para realizar una campaña frontal de confrontación, cosa que no sucedió con Del Moral.

Tras la muerte de Octavio Paz, Marie José se enfrentó a la gestión del legado del Nobel mexicano. Si bien ella no dejó testamento, su silencio podría significar un mensaje más claro del que se pensaba.

En mi trato personal con Marie José, ella me narró una anécdota en la que Elena Paz Garro entró furtivamente (con detalle me contó que se brincó una cerca) a la casa en Denver para encararla.