El 31 de diciembre del 2020 se publicó en el Diario Oficial de la Federación (D.O.F.) el Decreto presidencial que busca eliminar progresivamente el uso de glifosato hasta enero de 2024, así como el maíz genéticamente modificado en la alimentación, sin permitir su siembra en México.

Esto ha desencadenado una respuesta bastante negativa por parte de la agroindustria, la cual ha interpuesto una serie de amparos contra el Decreto presidencial para evadirlo, es decir, estas empresas buscan a través de juicios de amparo que el Decreto no pueda ser utilizado como fundamento para revocar permisos que ya tenían para la importación de glifosato y maíz transgénico, ni como herramienta de análisis en caso de nuevas solicitudes.

Si bien, los juzgados ya negaron la suspensión definitiva a tales amparos -lo que significa que el Decreto se sigue aplicando en todos sus términos hasta el momento- las quejosas Bayer-Monsanto, Agricultura Nacional, Velsimex, Unificación Nacional Porcina, Unión Nacional de Avicultores, entre otras más, insisten y pretenden ahora con recursos de revisión, que se les otorgue la suspensión definitiva, por lo que el Decreto aún está en riesgo.

Dichos recursos son resueltos por los Tribunales Colegiados, por lo que solicitamos a dichas instancias que confirmen la negativa a las solicitudes pues de otorgarles la suspensión definitiva se estaría afectando el interés general, los derechos humanos de la población mexicana a un ambiente sano, a la biodiversidad, a la salud y a una alimentación adecuada, y se estaría privilegiando los intereses particulares de las corporaciones, en particular de Bayer-Monsanto principal corporación comercializadora del herbicida glifosato.

Cabe recordar que la Relatora de la ONU sobre el derecho a una alimentación adecuada indicó que para tener una alimentación adecuada nuestro alimentos deben estar libres de agrotóxicos. En este tenor, debe recordarse que en 2015, el glifosato fue clasificado como “probablemente cancerígeno” por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC por sus siglas en inglés), de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Es inadmisible que sigamos consumiendo alimentos contaminados con agrotóxicos. Nuestro sistema agroalimentario y nutricional necesita una transformación que vaya en armonía con los ciclos de la naturaleza, que respete el medio ambiente, los derechos humanos y nos brinde soberanía alimentaria. Necesitamos una agricultura sin agrotóxicos y sin transgénicos, la solución es transitar hacia la agroecología.

Actualmente existen miles de experiencias exitosas que demuestran que es posible y urgente avanzar en ese camino hacia una alimentación y un ambiente más sanos para combatir los efectos de las crisis climática y sanitaria en curso.

Es momento de cambiar y sustituir el uso de estas tecnologías transgénicas y de su paquete tecnológico, que incluye al glifosato, que son tan dañinas para el medio ambiente y la salud humana; que además están asociadas a la pérdida de soberanía y autosuficiencia alimentaria, debido a que la venta de semillas y agrotóxicos está controlada por unas cuantas empresas que son las que toman las decisiones de qué comemos y cómo se produce.

Defendamos la milpa, el maíz y los alimentos nutritivos libres de plaguicidas.

Para solicitar a los Tribunales Colegiados que confirmen la negativa de otorgar la suspensión definitiva, para que las empresas agroindustriales no puedan evadir el Decreto, toda persona puede sumarse a la siguiente petición: https://www.usatupoder.org/petitions/solicitamos-que-se-mantenga-la-suspension-definitiva-a-agricultura-nacional-y-velsimex.

*Viridiana Lázaro es Especialista en agricultura y cambio climático en Greenpeace México.

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