Ayer se conmemoró el Día del Maestro. Desde hace más de 100 años, en México se celebra el 15 de mayo a los maestros del país. Los días conmemorativos sirven de poco, pero si en algo pueden ayudar es en visibilizar las condiciones en las que trabajan las personas de la profesión celebrada. La profesión docente es quizás la más importante de todas, sin ella, sería infinitamente más difícil el desarrollo de cualquier otra. Los maestros cambian vidas. Un buen maestro puede ayudar a descubrir talentos, a salir de momentos difíciles y a potenciar una carrera profesional.

De acuerdo con el , en México hay poco más de dos millones de docentes para enseñar a 33 millones de alumnos desde educación inicial hasta superior. Más de la mitad de ellos se concentran en educación básica. En México hay menos profesores que en los países miembros de la OCDE, lo que se refleja en grupos más grandes y dificulta los procesos de enseñanza en ciertos entornos.

Es una profesión, quizás aquí sí habría que hablar de vocación más bien, que requiere dedicación. Desde luego que las horas en las aulas no son las únicas que los docentes dedican a su trabajo. Hay largas horas destinadas a preparar los cursos, a la evaluación y cada vez más a las tareas administrativas. El trabajo mencionado del IMCO señala que, según la OCDE, los maestros en México destinan más de mil horas al año a su trabajo, mientras que los profesores de los países miembros dedican en promedio 700.

Además, es un empleo mal pagado. Las maestras y maestros en México ganan, en promedio, 10 mil 650 pesos mensuales, un ingreso en sí mismo bajo, pero además es 17% inferior a lo que ganan otros profesionistas. Por increíble que parezca, a pesar de ser una profesión en la que es común encontrar más mujeres, ese promedio oculta la brecha de género que también existe en la docencia. Las maestras ganan menos que los maestros: por cada 100 pesos que ganan ellos, ellas perciben 83.

Se ha vuelto un círculo vicioso. ¿Qué causa qué? ¿Los salarios bajos no atraen a los mejores perfiles para ser maestro? Para ser un buen maestro, ¿es necesario tener vocación? Parecería que no únicamente vocación, sino también espíritu de sacrificio para dejar ir otras opciones salariales mejores. Si los salarios son tan bajos, ¿qué otros beneficios puede brindar la profesión —aparte de la mera satisfacción personal— para atraer a quienes tienen a su cargo la educación de los niños y jóvenes?

¿Será esa la razón por la que los maestros han sido históricamente un botín político? Es pregunta.

El presidente anunció un incremento de 8.2% al salario de los profesores. Según él, no habrá ningún maestro que gane menos de 16 mil pesos al mes. Los números no dan, pero podría ser un avance. Sin embargo, es probable que más bien sea una jugada meramente política. El sector privado podría dar los primeros pasos y traducir esos incrementos anuales en las colegiaturas a los salarios de sus docentes. Todos sabemos que es necesario.

La docencia es una profesión típicamente bien ponderada. Existe un respeto social hacia quienes se dedican a la enseñanza. Ojalá ese respeto se traduzca en mejores condiciones para los maestros, empezando por las maestras para cerrar la brecha existente.

@ValeriaMoy