Los primeros sorprendidos con el desplante del presidente, cuando decidió amenazar al gobierno de Estados Unidos de “no asistir personalmente” a la Cumbre de las Américas y de mandar a un representante como Marcelo Ebrard si no invitaban a todos los países del continente, fueron precisamente los que trabajan en la Secretaría de Relaciones Exteriores. Lo inesperado del arranque presidencial, con el que López Obrador pasó de mandar a Ebrard a la Casa Blanca a preparar los temas de la Cumbre, a encabezar una suerte de boicot concertado de países izquierdistas de América Latina, hizo que, dentro del mismo gobierno, hubiera quienes cuestionaran esa postura tan inoportuna y dudosa.

Se especula, dentro del mismo gabinete presidencial, que AMLO lanzó la bomba mediática del condicionamiento de su participación en la Cumbre de las Américas, para tratar de quitarle los reflectores a Claudia Sheinbaum, que en ese momento traía encima todas las miradas y las críticas por la crisis del Tercer Informe de la Línea 12 en el que ella misma se metió la semana pasada, luego de esconder primero el tercer reporte que le entregó la empresa DNV en octubre pasado y luego, cuando supo que se filtró a los medios de comunicación, apresurarse a descalificarlo y a amenazar incluso con demandas a la empresa noruego-alemana que ella misma contrató, y todo porque, ahora se sabe, se atrevió a mencionar como una “causa-raíz” de la tragedia, la falta de mantenimiento y supervisión de daños en el tramo colapsado.

Y es que la Jefa de Gobierno empezaba a dar trompicones y parecía ir en caída libre, por sus contradicciones evidentes al ensalzar primero a la empresa consultora, cuando decía en sus primeros dos informes que todo se debió a las causas de fallas de origen en la construcción y a una deficiente supervisión de los materiales destinados a los puentes elevados, y a descalificarla y amedrentarla después cuando dijo que una tercera causa del colapso había sido el descuido en las labores de mantenimiento y supervisión de daños en la estructura colapsada. Fue justo en ese momento cuando, desde su conferencia mañanera en Palacio Nacional, el presidente salió al quite de la doctora Sheinbaum cuando le preguntaron por el berenjenal en que se había metido su pupila.

“Pues hay que esperar a que ella informe. Yo lo único que les puedo decir es que le tengo confianza, que es una mujer recta, honesta”, dijo el presidente la semana pasada, metiendo todo el cuerpo por la gobernante capitalina, aunque de inmediato trató de matizar su apoyo: “Como también le tengo confianza, para que no vayan a estar interpretando, al secretario de Gobernación… que me ha ayudado mucho. El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, me ayuda muchísimo”.

Pero, aunque el presidente quisiera minimizar la importancia de su respaldo a Claudia Sheinbaum , la misma Presidencia envió vínculos de internet para que se difundiera en la conferencia de prensa de la CDMX. Era evidente el interés que había en Palacio Nacional porque se difundiera el pronunciamiento presidencial y se tratara, de esa manera, de frenar la caída y los cuestionamientos que estaba enfrentando la jefa de Gobierno en ese momento.

Fue como si se repitiera lo mismo que hizo López Obrador después de las elecciones del 6 de junio de 2021, cuando tras la debacle electoral y la desastrosa jornada donde se perdió más de la mitad de la Ciudad de México, bastión histórico de Morena , el presidente salió de inmediato a defender a Claudia Sheinbaum y a intentar salvarla del desgaste y la etiqueta de “perdedora” en la misma ciudad que gobierna.

Este segundo “salvamento” llegaba en momentos en que las encuestas de calificación de los gobernadores y gobernadoras del país, colocaban a la jefa de Gobierno capitalina a media tabla, con un 50% de calificación, muy distante de los mandatarios estatales mejor calificados con 62 y 61% (el yucateco Mauricio Vila y el sinaloense Rubén Rocha Moya, respectivamente).

Y por si hubiera dudas de que el presidente intenta rescatar a Sheinbaum, a la jefa de Gobierno la recibieron ayer en la Refinería de Dos Bocas, Rocío Nahle y Adán Augusto López, mientras que el presidente le encargó “supervisar” la terminación del proyecto del Tren de Toluca, obra de Peña Nieto que sigue inconclusa, y también ayer se le vio como “invitada de honor” del presidente a los festejos del Día del Maestro, donde apareció a la derecha de López Obrador —a la izquierda estaba Defina Gómez , titular de la SEP— y otra vez la misma Presidencia de la República circuló y compartió fotos donde se veía juntos a AMLO y a Claudia.

Es decir, no hay duda de que López Obrador está dispuesto a sacrificarse una y otra vez por salvar a la que fue su primera corcholata, antes de que decidiera ampliar la lista a un triunvirato e incluir a Ebrard y a Adán Augusto . La pregunta es qué tantos costos más está dispuesto a pagar el presidente con tal de evitar que le raspen o aplasten a una de sus corcholatas. Por ejemplo, ¿se va a proceder contra DNV una empresa que es contratista actual de Pemex y de otras instancias del gobierno federal, sólo porque las descalificaron y amenazaron desde el Palacio del Ayuntamiento?

Veremos cuánto más aguanta el presidente teniendo que estar poniendo la cara para proteger y mantener a una candidata que, lejos de crecerle se le está volviendo cada vez una carga más pesada y que no logra construir otro discurso o propuesta propia, más allá de su cercanía con el presidente.

NOTAS INDISCRETAS

… Por cierto que ayer en el mencionado festejo del Día del Maestro en el edificio de la SEP, en el que también le dio un “espaldarazo” a la delincuente electoral sentenciada, Delfina Gómez, a quien al más puro estilo de su antecesor Peña Nieto la apapachó con un simbólico “no te preocupes Delfina”, el dirigente nacional del SNTE, el profesor Alfonso Cepeda , le reconoció al presidente el apoyo que ha dado a los maestros del país con aumentos salariales por arriba de la inflación, como el anunciado ayer por 7.5% a la mayoría de los mentores, además de reconocerles su papel en la educación, al anular la reforma educativa del sexenio peñista. Pero ya entrado en elogios y reconocimientos, el profesor Cepeda aprovechó el foro para soltarle al presidente “que desaparezcan las cuentas individuales para los trabajadores de la Educación, y que regresemos al famoso transitorio 10 de la Ley vigente de nuestro Instituto de Seguridad Social”. El líder del SNTE recordó que fue en 2007 cuando se realizó una reforma “neoliberal y desventajosa” para los trabajadores, de la citada ley del ISSSTE, con la que a los maestros que entraban a laborar en la SEP a partir de ese año, ya no recibirían sus pensiones de la manera tradicional, sino que entraban al esquema de cuentas individuales, un sistema que ya en varios países que exploraron ese esquema han dado marcha atrás. Y pidió a López Obrador que se modifique esa reforma para que a los maestros se les devuelva al esquema anterior y que, al igual que hoy ocurre con los trabajadores del IMSS a los que se les permite llegar a obtener pensiones equivalentes hasta 25 UMAS, a los de la educación también se les permita aumentar una UMA por año en sus pensiones, “para que no nos hagan sentir inferiores al personal que está contemplado en el IMSS”. Según el maestro Cepeda Salas esa reforma “es posible presupuestalmente” y para ello en el SNTE ya entregaron a la SEP corridas financieras y proyecciones de cómo se puede financiar el cambio en las pensiones del magisterio. ¿Será que ahora que se ha alejado de la CNTE, su aliada histórica que se ha dedicado a hacerle paros y bloqueos a pesar del trato que les dio, López Obrador escucha y apoya más a la representación sindical nacional y mayoritaria del magisterio con la demanda de revisar sus pensiones?... Aunque es facultad legal de la Secretaría de Salud, en la UNAM no dejó de molestar y de sorprender el anuncio de la salida del rector Enrique Graue de su asiento como integrante del Consejo Asesor Externo del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”. Más que el movimiento, del cual no se explican los motivos a menos que se trate de un castigo al rector de la UNAM por sus críticas a los recortes presupuestales a los institutos de Salud, en especial a Nutrición, lo que más incomodó y causó extrañeza en la torre de Rectoría de CU fueron las formas y la falta total de civilidad política al no haber anticipado la decisión al propio rector, que tuvo que enterarse por los medios de su expulsión del Consejo de una institución de salud a la que siempre ha apoyado la Universidad Nacional. Y para que no haya dudas de que lo que se busca y valora en este gobierno es la “sumisión y la incondicionalidad” por encima de cualquier tipo de crítica, el asiento que dejó vacío la UNAM ahora lo ocupa el rector del IPN, órgano dependiente y controlado por la SEP… Los dados mandan Escalera. La semana pinta bien.

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