La Secretaría de Hacienda ha propuesto al Congreso de la Unión el paquete económico para el ejercicio fiscal 2024.

Así lo mandata nuestra Constitución Política, como también dispone que sea la Cámara de Diputados quien apruebe el endeudamiento público externo.

El proyecto de Decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el próximo año privilegia avanzar en la construcción de las obras, de inversión física robusta, para concluir con el tren maya, la refinería de dos bocas y también, apoyar a Pemex en su inmenso boquete de deuda.

Llama la atención que los ramos presupuestarios dedicados a la prestación de servicios de salud en realidad no decrecen, dado que pasarán sus médicos y enfermeras al IMSS Bienestar, para hacer universal y gratuita la atención a la salud de las y los mexicanos, con afiliación o no al IMSS.

SEDENA mantiene incrementos dada su responsabilidad en AIFA, Tren Maya y otros proyectos estratégicos que debe atender; mientras en el caso de la Guardia Nacional, se prevé su cobijo bajo la esfera del presupuesto y potestad de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.

El ramo educativo, pilar indiscutible para el desarrollo, no se ve beneficiado con mayores recursos.

Los programas sociales buscan ser blindados y se observa con claridad un déficit público en crecimiento con una consecuente reducción sustancial de la recaudación fiscal.

Así, los ingresos fiscales, que son los más sanos, serán insuficientes para sostener el tamaño del gasto público; diferencia que habrá de financiarse con deuda.

El presupuesto federal presentado por el Secretario de Hacienda actualiza la polarización de poderes federales, entre el Ejecutivo y el Judicial.

Consideramos que la propuesta de ministros elegibles por votación popular es deseable.

En cuanto a los sueldos y prestaciones de servidores públicos y jueces de la Judicatura, en realidad debe ser fortalecida.

El que deban resolver asuntos que incluso pueden implicar resoluciones de varios miles de millones de pesos, dicta la experiencia internacional, implica que deben tener ingresos modestos pero acorde a su función de Estado.

Así, a pesar de los actuales indicadores favorables en crecimiento económico anual, remesas, expansión del consumo y consolidación del mercado interno, la próxima administración sexenal enfrentará desde el primer minuto de su gestión presiones de gasto público para financiar el servicio de la deuda.

La futura Presidenta -quien sea que resulte triunfadora de los comicios-, habrá de recibir una hacienda pública muy presionada en compromisos de nuevo orden, con escaso margen de maniobra, por lo que acaso tendrá que concertar de inmediato una reforma fiscal que implique elevar los ingresos tributarios.

En la comparecencia del Doctor Rogelio Ramírez de la O ante la Cámara de los Diputados, no se observó un debate de altura, mostrándose que lamentablemente la casa de las leyes sigue siendo un espacio de antipolítica, en el que no se respetan las propias investiduras y la de Palacio Nacional, y se confirma como un escenario de encuentro sórdido e impresentable.

Cajón de Sastre

UNAM/A mediados de octubre habrá un pronunciamiento institucional sobre un listado ya depurado de aspirantes a la Rectoría que continúan en la competencia.

Es un tema relevante para la gobernabilidad del país, donde se debate el futuro de la incidencia social, la productividad e innovación científica y tecnológica de la UNAM así como para la formación de nuevas generaciones de profesionistas de la era de la inteligencia artificial, del nearshoring, de la hegemonía del comercio informal, de la crisis migratoria transnacional, a más de 500 días de guerra ruso ucraniana.

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