Conforme crece la pandemia, aumentan las agresiones en contra de los trabajadores de la salud. Algunos han sido discriminados o amenazados. Hay los que han recibido gritos, empujones y rasguños de parte de familiares de enfermos o fallecidos. A otros les han lanzado agua con cloro y hasta les han escupido (un funcionario en Oaxaca actuó así contra el personal de una clínica porque no recibió atención inmediata).

Hablé con Edith Mujica, Presidenta de la Comisión Interinstitucional de Enfermeras de Jalisco. Le pedí que compartiera un mensaje a la población, en particular a aquellos que los han agredido. Sus palabras no tienen desperdicio: ”Yo les diría que la enfermería somos un gremio que pese a cualquier contingencia, estamos preparadas para servir en la sociedad. Somos esas personas de vestimenta blanca que nunca dejaremos solos a nuestros pacientes porque tenemos profesionalismo y ética. Estamos haciendo todo lo humanamente posible para desempeñar nuestro trabajo con humanismo en México y el mundo, anteponiendo incluso el bienestar de los pacientes al de nuestras propias familias. Sabemos que la situación actual es preocupante y existe mucha incertidumbre en la gente, pero es importante recordar que la labor de este gremio es cuidar y procurar el bienestar de los ciudadanos. Y en estos tiempos, les puedo asegurar que nuestras compañeras y compañeros estarán ahí para cumplir esta labor sin importar el escenario. Nuestros procedimientos están apegados a las Normas Oficiales Mexicanas. Esto significa que el personal de enfermería sabe perfectamente cómo debe portar su uniforme dentro y fuera del hospital. Nosotros nos sanitizamos, hacemos nuestro lavado de manos. El ciudadano debe tener en mente que estamos para ayudarles, no para hacerles el mal.”

Habló con una fuerza inspiradora. Le pregunté entonces sobre su cotidianidad, su familia y su sentir ante todo lo que está ocurriendo. Traté de encontrar a la mujer detrás del uniforme y del cargo. Aún con gran fuerza pero ya en otro tono, habló de sus temores. ”Nosotros somos seres humanos. En este momento de contingencia también tenemos miedo, pero no lo demostramos. Ayúdenos por favor, porque somos mamás, somos hijas, somos esposas y nosotros también tenemos esa necesidad de cuidarnos y protegernos.”

No podemos permanecer indiferentes a esa petición de ayuda. Hay trabajadores de la salud que no vuelven a sus casas por temor a contagiar a su familia. Lo hacen también para evitar que sus seres queridos sean víctimas de agresiones y discriminación. Esa tan injusta violencia no es lo único que enfrentan. Muchos tienen que trabajar sin los insumos para atender a los pacientes y sin la protección adecuada para evitar ser contagiados. Así estamos tratando a quienes dedican su vida a salvar la de los demás.

@PaolaRojas

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