Entre los objetivos de la presente administración en materia energética destaca el incremento a las inversiones en fuentes renovables, lograr eficiencia energética y luchar contra el cambio climático bajo la rectoría de la Secretaría de Energía (SE), así quedó establecido desde el 2018.

No es a través de la corrupción y el tráfico de influencias como se hizo con la Reforma Energética de 2013, cuando se entregaron los negocios de Pemex a la empresa dirigida por Larry Fink llamada BlackRock que le permitió entre 2015 y 2017 hacerse del control directo e indirecto de cinco proyectos de infraestructura energética, incluidos dos gasoductos considerados de seguridad nacional y seis bloques de exploración petrolera.

Larry Fink es considerado el mejor CEO detrás de BlackRock, el fondo de inversión más grande del mundo, que actualmente gestiona más de 5 billones de dólares en activos; sin embargo, las rondas petroleras fueron detenidas en 2018 por el presidente López Obrador, hasta en tanto no comprueben la producción de petróleo.

Por eso, para el presidente Andrés Manuel López Obrador, las inversiones de esta compañía son determinantes en México, no sólo por la creación de empleos sino también por el impulso que dará a la industria eléctrica respetando a la CFE como parte de los activos del país.

De ahí que el presidente ha sido enfático en no permitir los abusos de compañías internacionales, un ejemplo Iberdrola, a la que le canceló contratos de inversión, cuya empresa no es del todo española, detrás están los grandes fondos de inversión de Qatar Holding, BlackRock y Norges Bank Investment Management.

En este sentido el Ejecutivo es congruente con sus planes de modernizar 60 plantas hidroeléctricas en el país, a través del convenio con la empresa Hydro-Quebec que firmó en 2019, para aumentar su producción y reducir el costo del servicio en los hogares, por lo que busca evitar el retiro de las centrales termoeléctricas existentes y a su vez rehabilitarlas, repotenciarlas y adaptarlas, con el objetivo de dar salida al gas natural y al residual producto de la refinación.

No es casualidad, que el presidente López Obrador se haya reunido en tres ocasiones con Larry Fink y que él lo haya buscado cuando era candidato presidencial, porque en nuestro país existen al menos 86 centrales hidroeléctricas que tendrán que ser modernizadas y controladas por CFE para producir y entregar al consumidor por lo menos 70% de la electricidad, como quedó estipulado en la Ley Eléctrica que avaló la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

La misión más importante de la Cuarta Transformación es desterrar la corrupción por eso las autoridades ya han platicado con empresas para determinar cuales tiene inversión y se resuelva en favor de las y los mexicanos, pero no recibiendo subsidios que no recibe el consumidor doméstico porque no es justo que pague más un hogar por la luz que un centro comercial.

Dicho de otra forma, no es posible que se constituya una sociedad de autoabasto de electricidad como Iberdrola, para tener energía eléctrica y venderla a grandes empresas como Oxxo ya que la venta de la energía está prohibida y corresponde únicamente de la CFE al consumidor.

Iberdrola no seguirá perpetrando abusos para la generación de electricidad. El presidente Andrés Manuel López Obrador y el CEO de BlackRock, Larry Fink, podrían llegar a un acuerdo para invertir en México, siempre y cuando acepte los lineamientos del mandatario y respete la soberanía México, para ser generadores de verdaderas oportunidades en la producción de energía eléctrica y lo que a su alrededor implica, pero siempre bajo la rectoría de la CFE.

Activista social

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