En el informe de las finanzas públicas al cuarto trimestre de 2022, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) enfatizó que “mostraron resultados positivos a pesar de un entorno internacional complejo, con tasas de interés y precios de combustibles superiores a los anticipados originalmente en el presupuesto”. Sin embargo, los datos duros no apoyan esta afirmación si consideramos que la propia autoridad reconoce que el balance primario del sector público presentó un déficit de 151.7 mil millones de pesos (0.5% del PIB) y que el déficit público se situó en 978.5 mil millones de pesos (3.4% del PIB), cuando se había previsto un déficit de 3.1%.

Aunque los ingresos del sector público crecieron 2.5% en términos reales en 2022, respecto a los del año anterior, como resultado de que los petroleros subieron 18.7% y en contrapartida los no petroleros cayeron 1.4%, por la disminución de los de producción y servicios (-72.7%) y la de los no tributarios (-17.8%) en variación real en todos los casos; el gasto neto total subió 4.1% destacando el incremento de 10% del costo financiero como resultado del alza de las tasas de interés.

Se informa que el subsidio al precio de los combustibles ascendió a 397.3 mil millones de pesos (1.4% del PIB) y que ello afectó los ingresos presupuestarios del gobierno federal. Pero, se señala que los mayores precios del petróleo generaron ingresos petroleros superiores en 394.5 mil millones de pesos, por lo que de esta manera prácticamente se compensa el costo de los estímulos.

Evitar que el mayor incremento del precio de la gasolina disparara la inflación, si bien es comprensible, máxime por el costo político que ello implicaría para el gobierno, sobre todo ante la promesa de que no habría gasolinazos; no deja de afectar significativamente que esos recursos no se hayan utilizado para sufragar otros gastos como los de salud o de mantenimiento de Pemex.

Se presenta una retórica muy usada cuando los resultados son desfavorables. Por ejemplo cuando se menciona que el costo financiero del sector público se ubicó 23.8 mil millones de pesos por arriba de lo estimado, se hace hincapié en que “fue inferior al observado en otros episodios de endurecimiento en las condiciones financieras” y que ello se debió a la estrategia de gestión de pasivos y refinanciamiento. Sin embargo, eso está en duda porque el calendario de amortizaciones de Pemex para este 2023 está muy complicado y el propio director general de Pemex, reconoció que el gobierno federal va a absorber ese pago.

Otro caso, es el manejo de la deuda, donde se señala que en los primeros cuatro años ha crecido 9% en términos reales, pero que en los gobiernos pasados ha sido mucho más en el mismo periodo. Con Enrique Peña Nieto 44.4% y 25.8% en la administración de Felipe Calderón Hinojosa. Esto contradice el discurso oficial que reiteradamente ha señalado que el país no se ha endeudado.

Es de reconocer que la autoridad admite que el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP) fue de 49.4% por ciento del PIB, y que se mejoró el 49.8% previsto “debido a una apreciación del peso respecto al dólar y un mayor dinamismo de la economía respecto a lo esperado.”

La cautelosa política de endeudamiento ha sido aplaudida por las calificadoras de riesgo; aunque por otra parte, se le ha reprochado al gobierno federal que durante la crisis de la pandemia en 2020, los apoyos a las empresas y a los desempleados hayan sido tan reducidos que ello ocasionara la quiebra de pequeños negocios y el crecimiento del empleo informal. Así, el crecimiento de 4.7% del PIB registrado en 2021, se debió a que el sector formal sólo subió 2.7% mientras que el informal, 12.4%.

La SHCP también observa que el margen de maniobra para obtener recursos se está agotando al señalar que los aprovechamientos por recuperación de patrimonio de fideicomisos fueron inferiores a los observados el año previo.

Se destaca que “el gasto en inversión física se incrementó 25.2% en términos reales con respecto al observado en 2021 y alcanzó un nivel de 3.3% del PIB, el nivel más alto desde 2016”. Este rubro previamente había venido cayendo y se revierte esa tendencia, pero se ha concentrado en las obras prioritarias de este gobierno, cuyo efecto multiplicador está en duda, así como la rentabilidad económica (AIFA, Dos Bocas y Tren Maya) por lo que serán una carga monetaria para las finanzas públicas de los próximos años, por una deficiente planeación económica.

En el informe se destaca el desempeño de los ingresos por conceptos del ISR e IVA. En el primer caso el crecimiento de 11% real avala esta afirmación, lo que refleja una exitosa recaudación del SAT; en el segundo la variación fue de apenas 0.8% y en los últimos meses del año el desempeño fue negativo, por lo que más bien hay señales de alerta.

En conclusión, la fortaleza de las finanzas públicas se está resquebrajando, los retrasos en gasto de infraestructura, de servicios de salud evidenciados por la pandemia, los crecientes pasivos contingentes (pensiones) y las enormes presiones del gasto social obligarán a llevar a cabo una reforma fiscal progresiva, como ya se hizo en Colombia.

ADENDA

1) El Fondo Monetario Internacional al dar a conocer la Actualización de las Perspectivas Económicas matizó el escenario pesimista que presentó, su directora gerente, Kristalina Georgieva a principios de año, cuando declaró que un tercio de la economía mundial entraría en recesión. La revisión al alza de las proyecciones para 2023 obedecen a varios factores: a) El repunte esperado de la economía china al relajarse las políticas de confinamiento; b) la demanda reprimida que ayudó a que el consumo impulsara la actividad económica en 2022, todavía seguirá apoyándola este año; c) la desaceleración de la inflación permite reducir la restricción monetaria de los bancos centrales, d) la fortaleza del mercado laboral, contribuye a que el consumo privado no se caiga tan abruptamente, e) el invierno en Europa no ha sido tan cruento y las reservas de energéticos han sido suficientes.

Sin embargo, el organismo ha tenido que reconocer que los riesgos son a la baja por: i) la reactivación de los contagios en China, podría revertir la decisión de abrir las actividades económicas; ii) la agudización o prolongación de la Guerra de Rusia contra Ucrania podría reactivar el alza del precio de los alimentos y los energéticos; iii) la fragmentación geopolítica siga contribuyendo a acentuar el proteccionismo afectando el comercio mundial; iv) se presente volatilidad por la inestabilidad financiera, en parte provocada por el default de algunos países; v) el descenso de la inflación sea lento o incluso se revierta y mantenga un tiempo más prolongado elevadas las tasas de interés.

2) El nearshoring sigue alentando el crecimiento de la inversión extranjera directa en México, especialmente en la industria automotriz, una vez que se anunció que la interpretación de la aplicación de las reglas de origen en el marco del TMEC no sería con el criterio estricto que quería Estados Unidos.

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Catedrático de la EST-IPN

Email: pabloail@yahoo.com.mx

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