En este último día de 2020, que todos en el mundo quisiéramos olvidar, no podemos olvidarnos de lo que le ha faltado al deporte y de lo que necesita para 2021.

En este sentido, no puedo dejar de pensar en la gran posibilidad que tuvieron las autoridades deportivas de nuestro país para preparar desde marzo (cuando inició la parte más fuerte de esta emergencia sanitaria), un plan de trabajo para atacar la pandemia con la formación de una burbuja en alguna de las grandes instalaciones que tienen, para darle opción de entrenamiento a los deportistas con posibilidades de ir a los Juegos Olímpicos.

En el CNAR

, por ejemplo, tenemos un maravilloso lugar para el entrenamiento intenso de casi todos los deportes. Pero no pudimos concentrar ahí a los mejores 150 atletas que irán a Tokio para que trabajaran en su preparación. Lo más fácil para federativos y demás dirigentes fue cerrar sus instalaciones y que cada uno de los atletas hicieran lo que pudiera por su cuenta. Dio la impresión de que los responsables del deporte en México no quisieron correr los riesgos que siempre habrá en esta situación que vivimos, para evitar que con un posible contagio, les echaran la culpa.

En otros lados del mundo sí generaron burbujas para sus deportistas. En lo que se refiere a natación, que es de lo que escribo en esta columna, ha sido igual de complicado. Apenas hace unas semanas, nadadores con aspiraciones de Olímpicos fueron al Campeonato Nacional en Río de Janeiro y les fue bien; sin embargo, ha vuelto el calvario ante el abandono de la Federación Mexicana de Natación. Por ejemplo, en Chihuahua tienen a dos atletas con opciones de Olímpicos entrenando allá, gracias a que el gobierno del estado ha abierto una alberca para su entrenamiento. Pero no todos han tenido esas suerte.

Para los nadadores tricolores que están en Estados Unidos ha sido muy complejo, sobre todo para los que ya terminaron su escuela y ya no pueden nadar con el equipo de su universidad. Afortunadamente el COM envió una solicitud de apoyo a la universidad de Texas A&M, donde hay cuatro de estos nadadores, para ver si les permiten entrenar en sus albercas. Los demás, cada quien se rasca con sus propias uñas y siguen luchando para no dejar de trabajar.

Tan fácil que hubiera sido promover esa burbuja en el CNAR , en donde hay alojamiento, comedor, gimnasios, albercas con todo lo que se requiere bajo los protocolos adecuados. En fin, esperemos que para el año 2021 los nadadores mexicanos y todos los deportistas, tengan la posibilidad de prepararse para buscar su lugar en los olímpicos y que las autoridades les respondan como se debe.

deportes@eluniversal.com.mx

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