Hoy es poco común ver mujeres con tubos de plástico en la cabeza para rizar su cabello y es que estos objetos de belleza femenina, ya no son tan utilizados para peinarse como lo fueron en la época de nuestras abuelas.
Los nacidos en la década de los años 70 seguro recordarán ver a las mamás o abuelas despertar con estos tubos en la cabeza y tener el valor de salir a la calle con ellos tratando de cubrirlos con una mascada o pañoleta, en la mayoría de los casos con poco éxito, pues su tamaño y forma siempre los delataban.
Incluso su presencia en la televisión mexicana se hizo común en el programa de El Chavo del Ocho, donde doña Florinda nunca se los quitaba, ni para recibir a su eterno enamorado, el profesor Jirafales para tomar juntos la famosa taza de café; tampoco le restaban valor ni autoridad a la hora de discutir con Don Ramón en el patio de la vecindad y terminar propinándole una bofetada de antología.
Ramas, trapos o barro, lo importante era lograr el ondulado
Para muchos los antecesores de estos artículos surgieron en las grandes culturas antiguas como en Egipto, donde las mujeres enredaban sus cabellos en ramas que cubrían con barro, para luego secarlo al sol y lograr el tan deseado efecto ondulado.
A principios del siglo XX, la modernización de estos objetos se atribuye al invento de la máquina para hacer permanentes, en 1905, la cual lograba peinados de larga duración, a través de barras de metal en las que el pelo se enrollaba para lograr darle la forma deseada a base de calor generado por energía eléctrica.
Según el sitio All Things Hair antes de los también llamados ruleros las mujeres ondulaban sus cabellos con trapos donde enredaban mechones húmedos para irse a la cama con ellos y despertar al día siguiente con el cabello seco y rizado.
Hoy se usan más las rizadoras o cepillos especiales para ondular a base de calor, incluso delgadas pinzas metálicas que son más fáciles de colocar y retirar.
Estas técnicas y aparatos para ondular las cabelleras femeninas e incluso las masculinas, han ido mejorando siempre en búsqueda de lograr resultados efectivos en menor tiempo y sin maltratar tanto el pelo.
Los ruleros y otros productos de los años 40
En los años 30 surgieron los ruleros de goma espuma que, según el sitio All Things Hair, tenían pequeñas barreras de plástico para enredar el cabello, su función era similar a usar trapos, pero eran muy incómodos para dormir, por eso el look de la pañoleta en la cabeza se hizo popular entre las mujeres.
En los años 40 nacen los ruleros de plástico que son los más comunes y en los 50 los de velcro llegaron al mercado de la belleza. En las páginas de los 40 de este diario también es común encontrar anuncios que invitaban a la gente a probar las técnicas de belleza de moda en exclusivos salones de belleza de los Estados Unidos, a través de permanentes y peinados con rizadores.
Productos como “Superonda” garantizaban a la mujer devolver su dinero si el permanente no duraba como “otros costosos permanentes en frío”, se anunciaba como “Regio permanente. Lo usan las estrellas de Hollywood y millones de mujeres en los Estados Unidos lo prefiere… además deja a usted libre para atender los asuntos de su hogar, charlar o jugar con sus amigas, mientras su permanente se termina solo”.
Anchoas y pasadores para rizar durante la noche
Para la década siguiente, de los 50, había otras ofertas más sencillas para rizar el cabello corto: las anchoas o permanentes Ensortijillas, los tubos eran sustituidos por lo que hoy conocemos como pasadores y consistía en envolver en un papel especial la punta de una pequeña cantidad de pelo para enrollarla en círculos en forma de dona. El rizo era más apretado en cuanto más corto fuera el pelo.
Incluso en los años 60 este diario destinó el espacio especializado “El Peinado del Mundo” para dar a conocer la técnica de los peinados de vanguardia, muchas veces tomando como ejemplo a los artistas del momento. Aquí el maestro Marcelo, especialista del cabello, explicaba cómo lograrlos, así como variados consejos de otros reconocidos estilistas.
Tuvieron distintos nombres y materiales para lograr el peinado deseado
Según las décadas a estos objetos redondos de plástico se les conoció con diferentes nombres: rulos, ruleros, rizadores, rollos o tubos, pero también su forma y materiales fueron cambiando.
En los años 60 y 70, predominaron los de plástico duro en colores pastel: rosa, amarillo o azul y en distintos tamaños, según el apretado del rizo que se deseara, o bien, el largo del cabello.
Se componían de dos piezas: el tubo en sí mismo y su tapa de forma cilíndrica con una abertura a lo largo que entraba con un poco de presión para que el pelo permaneciera apretado y en su lugar.
Si se ponían en casa, sin usar el clásico secador de los salones de belleza, había que ponérselos con el pelo húmedo y esperar algunas horas para que el cabello lograra adquirir la forma esperada, pues si se retiraban antes de tiempo, el chino no se lograba, o bien, duraba poco tiempo.
Incluso muchas mujeres dormían con ellos para al siguiente día retirárselos, cepillar, acomodar y al final fijar el peinado con laca o spray, para garantizar que el cabello permaneciera en su lugar aún bajo el sol o cuando había algo de viento.
Si se acudía con los profesionales de un salón de belleza, el trato era distinto. Se colocaban los rulos y se esperaba el turno para meter la cabeza en una secadora especial para tubos que emitía mucho ruido, lo cual hacía imposible continuar cualquier plática.
A cambio, las clientas podían disfrutar de las revistas de entretenimiento que ofrecía el lugar mientras esperaban, alrededor de 45 minutos o menos según el largo del cabello, cómodamente sentadas en sillas acolchonadas. Para muchas esto era mejor que la tortura de dormir con tubos en la cabeza.
El boom de los aparatos eléctricos para el cabello
A fines de los años 70 e inicios de los 80, la oferta de los productos rizadores ya no solo era a base de tubos, iniciaba el boom de los aparatos eléctricos en la industria de la belleza que hasta hoy vemos.
En tanto que en estos años, además de los conocidos tubos de hule duro, los rulos ya se hacían de hule espuma con una liga que evitaba se cayeran y facilitando a la mayoría descansar por las noches.
También las grandes tiendas departamentales vendían juegos de rizadores en estuche: “Eléctricos, calientan por medio de vapor. De apagado automático”, rezaba la publicidad en las planas de este rotativo en 1981.
Son todo un clásico para determinados looks
Otras mujeres preferían evitar las constantes visitas al estilista y elegían la antigua técnica del peinado permanente a finales de los 70, con líquidos especializados para rizar el pelo, que tardaban en actuar según el apretado del permanente que se quisiera, aunque sin evitar ciertas quemaduras, pues con cualquier error en la concentración de estos químicos se corría el riesgo de quemar el cabello y hasta la piel, o bien, el abusar de esta técnica tendría resultados contrarios al de tener un pelo natural, suave y brilloso.
Sin embargo, los aparatos de calor acapararon el mercado y desplazaron en gran medida a los rulos de plástico.
A decir de la estilista Alicia López, quien tiene 35 ejerciendo su profesión, eran las mujeres mayores las que los pedían y más para cabello corto. Los tubos eran más de la gente de la ciudad. “A mi me tocó usar más la plancha eléctrica, tenazas, o cepillos eléctricos… se logra el mismo efecto pero más rápido”, dice.
Cuenta que aún se venden en tiendas de artículos de belleza. Una bolsa con 8 o 10 tubos de plástico tiene un costo de alrededor de 45 pesos con 8 o 10 tubos de plástico y que en los mercados ya no se venden.
En el sitio All Things Hair se afirma que los ruleros o tubos siguen siendo todo un clásico, pues no dejan de utilizarse para ciertos peinados “cuando se quiere adquirir determinado look”. Aún se recurre a ellos en las estéticas de barrio y “siguen presentes en las cabezas de aquellas mujeres que supieron llevarlos en sus años mozos”.
Si alguna vez te animas a usarlos, la página web recomienda lavar antes el cabello con shampoo para rizos, aún húmedo el pelo usar cremas peinadoras para rizos y a la hora de retirarlos aplicar en las manos un poco de aceites nutritivos para dar brillo al peinado.
- Fuentes
- Hermeroteca de EL UNIVERSAL
- Entrevista a la estilista Alicia López con 35 años de experiencia.
- https://www.allthingshair.com/es-ar/peinados-y-cortes-de-pelo/pelo-con-rulos/en-la-clase-de-historia-de-hoy-los-ruleros/