Las series japonesas que nos hicieron llorar
Las series japonesas que nos hicieron llorar

El personal creativo del TOEI Animation Studio de Tokio, Japón, posa con una efigie gigante de Candy, la heroína favorita de los televidentes de 4 a 10 años de múltiples países. Texto y Foto: Yamaguchi/Kurita/Gamma. D.R. 

Texto: Ruth Gómez y Carlos Villasana    

A pesar de que hoy sea muy común ver a los amantes de la cultura japonesa tanto en las calles de Ciudad de México como en otras partes del país, fue a partir de la década de 1960 que la llegada de lo que se conocía como “ series animadas japonesas” marcó un parteaguas en los gustos de decenas de personas.

En la televisión mexicana de los años cincuenta era costumbre ver dibujos animados -o caricaturas- realizados en Estados Unidos que tenían como eje central el humor clásico del cine mudo de aquél país y la presencia de personajes como “el gordo y el flaco” o elementos cómicos como el clásico “pastelazo”.

Por el contrario, las series animadas japonesas tenían argumentos con más profundidad en sus temáticas, aunque también hacían uso de elementos cómicos. Desde la primera animación de Astro Boy en los años sesenta, el pionero del manga y anime.

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Astro Boy fue la primera animación japonesa en los años sesenta, el pionero de la manga y anime. Crédito Tezuka Production Co. Ltd  Mushi Production Co. Ltd.

Manga ” es el término japonés utilizado para referirse a las historietas gráficas y “ anime ” a la animación de estas historietas, tanto para televisión como en el cine.

El manga contaba historias complejas y diversas , por lo que se buscaba que el anime tuviese el mismo nivel de profundidad y no encasillarse sólo en lo "cómico", como el caso de las caricaturas estadounidenses.

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Jorge Grajales, experto en cine asiático, comentó en entrevista que desde aquella época había una gran diferencia entre los dibujos animados japoneses que estaban destinados a la televisión y los que iban para el cine; primero fue la animación para televisión y después se desarrolló la animación dedicada a la industria de la pantalla grande.

“Los dibujos animados para la televisión fueron el primer intento para que el público de otros países conociera lo que se producía en Japón ”, explicó Jorge.

abril 1976.

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Recorte de la cartelera de cine publicada en EL UNIVERSAL en abril de 1976, en donde se observa la publicidad de la película Astro Boy contra el planeta del diablo”. Hemeroteca EL UNIVERSAL.

Tanto el anime como el manga siempre han contado con una segmentación muy específica, algunas historias están destinadas para que las lea el público infantil, adolescente, adolescente masculino, adolescente femenino o adultos.

La animación japonesa empezó a llamar la atención de los televidentes por la diversidad de sus historias. Grajales comenta que las primeras series vistas en México fueron adaptaciones japonesas de cuentos clásicos de Francia o Estados Unidos, por mencionar algunos, que no eran totalmente desconocidas para las personas.

Uno de estos animes fue “ Remi ”, por el cual hoy en día se sigue utilizando la expresión “ojo u ojito Remi”, ya que se hacía un acercamiento a los ojos del personaje principal cuando éste estaba a punto de llorar.

En el minuto 1:37, se puede ver a este personaje al borde del llanto.

Era un segmento que se llamaba “ Teatro de Historias del Mundo ” cuya estrategia era dejar “picada” a la audiencia porque se contaba una historia por capítulos. Hoy en día esto parece “normal” y hay una inmensa oferta de series que se cuentan a través de episodios, pero en los años sesenta no había caricaturas que ofrecieran esta modalidad.

Dicha novedad provocó que surgieran generaciones entusiastas de la animación japonesa y que se empezaran a alejar o separar del formato de las caricaturas estadounidenses.

En México, las televisoras abiertas empezaron a transmitir poco a poco ciertos animes, como Astro Boy , Grand Prix , Match Go Go Go (que era el anime original de la caricatura estadounidense “Meteoro”), Heidi , Candy Candy , entre otras.

Astro Boy, uno de los principales animes que se vieron en México y también fue el pionero de este género. 

La serie “Heidi” fue uno de los animes más famosos de los años setenta del siglo XX.   

El personaje de “ Fantasmagórico '' fue muy popular y se le consideró el primer superhéroe de la historia de la cultura popular del siglo XX. Surgió años antes que Superman en una forma de entretenimiento muy rústica de Japón, que era una especie de teatro ambulante donde un personaje iba contando historias cambiando láminas y el que lo llevaba, la hacía de narrador.

Ahí surgió ese personaje que en Japón se conoce como Ogon Batto, cuya traducción literal es “ murciélago dorado ”, y fue en la década de los setentas que se vería la adaptación a animación de ese personaje”, narró Jorge.

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Personaje animado de origen japonés, Fantasmagórico. Imagen tomada de Youtube.

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Programación del canal 8 de Televisa publicada en este diario en 1973. El canal iniciaba transmisiones a las 14 horas con la caricatura de Fantasmagórico y a las 16 horas iniciaba Señorita Cometa, ambas series duraban media hora. Hemeroteca de EL UNIVERSAL.

El experto cuenta a El Gran Diario de México que la transmisión del anime no fue sólo un hecho importante en el México de los años setenta, sino que también fue significativo en países como Alemania, España e Italia; pero, como era de esperarse, en Estados Unidos no fue tan popular ya que era una competencia para la producción del mercado interno.

Como se mencionó, algunos animes eran adaptaciones de mangas -historietas gráficas- que suelen ser en blanco y negro; entre ellos se encontraban “Astro Boy” o “ El Hombre Pa r”, que era una visión humorística al género de superhéroes. Este último fue la adaptación de un manga del mismo nombre creado por el binomio de autores Fujio Fujiko, que también son autores de “ Doraemon , el gato cósmico”.

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El sucesor de Goldorak, "El corsario Albator", siendo creado en los estudios de TOEI Animation. Texto y Foto: Yamaguchi/Kurita/Gamma. D.R.

En los animes que empezaron a transmitirse a finales de los setentas, había personajes inspirados en personas reales; por ejemplo, en “ Grand Prix ” aparecían conocidos del mundo del automovilismo.

En este tiempo también destacó “ Tritón : patrulla oceánica”, “ Banner y Flapp y”, “ La abeja maya ” o “ Gigantor ” - cuyo nombre original “Tetsujin 28-gō”, que también se conoció como “Ironman 28”-, y que llegó a México en blanco y negro; su autor, Mitsuteru Yokoyama, igual creó “ Señorita Cometa ” o “ La brujita Sally ”, uno de los primeros animes de “Niñas mágicas”.

Ve y recuerda aquí la intro del programa de “Señorita Cometa”

Debido a “Gigantor”, Mitsuteru Yokoyama fue considerado el padre del género de “los robots gigantes” y en el caso de “La Señorita Cometa” fue una de las primeras series que estaban representadas por actores.

En Japón les llaman “Tokusatsu” y en su traducción literal quiere decir “fotografía especial”, que tiene que ver con series que utilizan efectos especiales y la combinación de animación con actores; por ello, el personaje de “ Chivigon ” en la serie de “Señorita Cometa” tuvo gran impacto dentro del público mexicano.

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La actriz y cantante Yumico Kokonoe interpretó al personaje de Señorita Cometa. Tuvo una hija que también se dedica al canto y más tarde retomó su carrera. Imagen tomada de FB “Clásicos del anime y manga”.

Algunos animes fueron castigados por la sociedad mexicana porque eran “demasiado violentos ”, como “ Ultraman ” o “ Ultra Seven ”, donde los personajes principales combatían a monstruos gigantes llamados “ kaijus ” y que, como consecuencia, terminaban destruyendo toda la ciudad. Grajales comenta que a partir de ahí, el anime empezaría a ser “vigilado” en términos de sus contenidos.

Ya para la década de los ochenta, muchas de las series mencionadas empezarían a repetirse por muchos años; entre los motivos, se dice que durante el sismo de 1985 algunos capítulos se perdieron en las oficinas de quienes las importaban o las acercaban a la televisión.

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Algunos animes fueron castigados por la audiencia mexicana por considerarlos demasiado violentos como “Ultraman” o “Ultra Seven”. Aquí una imagen del personaje de Ultraman. Crédito Film Affinity.

Sin embargo, sí llegaron series como “ Sandy Bell ” o “ Las aventuras de Gigi ”, que también eran de niñas mágicas. Una de las series que causó furor o impacto fue “ Robotek ” que, a pesar de que fue hecho en Estados Unidos, logró juntar la esencia de diferentes animes japoneses.

Grajales también explica que hubo muchos animes producidos en los años setenta, pero que llegaron a México hasta los ochenta, como “ Capitan Harlok ”, “ La princesa de los mil años ” o “ El crucero espacial ”, que fueron muy populares en su momento.

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Plana de EL UNIVERSAL donde se observa un anuncio de la extinta empresa Videovisa que rentaba y vendía películas en videocassette. Aquí anunciando las películas de estreno que se podían adquirir, entre ellas la de Ultraman. Hemeroteca EL UNIVERSAL.

Eran denominados “ space operas ” porque eran historias ambientadas en el espacio o en el futuro y tenían “tintes de aventura, melodrama y consiguieron ser bastante exitosas, medio de culto. Eran producidas por una compañía llamada Tatsunoko Productions que traen ellos “ Fuerza G ” (Gatchaman) y que resultó ser bastante popular. Producían historias con tintes heroicos o súper heroicos”, dijo el experto.

En Fuerza G, hubo personajes como “ Gallactor ”, el villano principal, que fue muy confuso para los niños de la época porque tenía características de mujer, pero voz de hombre. Este tipo de personajes andróginos empezaron a ser blanco de críticas de la sociedad mexicana, ya que no estaban de acuerdo que se mostraran este tipo de mensajes en programas “para niños”.

Sobre Candy Candy , Jorge menciona que era una serie muy “telenovelera”, por lo que se adaptaba fácilmente al gusto de la audiencia en México. También explica que hubo una época en que los animes no se traducían de forma literal y en países como México o Estados Unidos, la historia era cambiada conforme al idioma .

En internet se pueden encontrar varios capítulos de la serie “Candy Candy”. 

De esta forma, el doblaje se convirtió “en algo muy de culto”, pero este fenómeno no fue sólo con la animación japonesa, sino también con la estadounidense como el caso de la caricatura de “ Don Gato ”.

Para los noventa comenzó “el boom ” organizado de la industria del cómic y el manga, a través de las primeras convenciones . En México se llevaron a cabo en la Facultad de Estudios

Superiores ( FES ) Aragón , que fueron el preámbulo de muchas otras más y del surgimiento de tiendas especializadas que sólo ofrecían comics o mangas , que hasta entonces sólo se podían conseguir en un restaurante con librería o contados puestos de periódicos.

Dentro de esta coyuntura con el surgimiento de tiendas de cómics y convenciones, el anime empezó a encontrar a un público más especializado y la llegada de “ Dragon Ball ”, “ Sailor Moon ” o “ Los Caballeros del Zodiaco ” marcaron completamente a toda una generación.

“Sailor Moon” es un anime de principios de la década de 1990.

A estas se sumaron “Sakura Card Captor” o “ Ranma ½ ” que terminaron por conformar el universo del anime en la década de los noventa.

Con las tiendas se empezaron a importar mangas desde Japón y, a través de ellas, se cimentaron las bases del “ fandom ” que empezarían a hacer uso de los términos en japonés: “anime”, “manga” u “otaku”, cuyo significado literal es alguien que gusta mucho de algo en específico -como un fan obsesivo-, pero que se empezó a usar en occidente para llamar a los admiradores del anime o manga.

Gracias a las convenciones se conocieron los largometrajes de animación, como los producidos por Studios Ghibli , “ Akira ” de Katsuhiro Otomo o el manga “ Ghost in the shell ” de Masamune Shirow.

Ahí nació el cosplay -jugar a disfrazarse- y la admiración hacia el idioma, la cultura, las costumbres y la comida japonesa.

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Osamu Tezuka fue un mangaka y pionero de la animación japonesa. Hoy se le considera el padre del manga gracias a que su obra difundió su consumo como entretenimiento popular.
Foto: Kodansha Co. 1989.

Al surgir “ Pokemon ” se integró a todo este universo de anime que se ampliaba en ese entonces y, una vez más, marcó una separación entre la animación estadounidense y la japonesa.

Los canales de cable empezaron a generar barras de contenido especializadas en anime.

A finales de los noventa, surgió el anime “ Neon Genesis Evangelion ” que se convirtió en uno de los más celebrados y difundidos por cable. Muchos años después, el Canal 22 lo transmitía por las noches.

“Tritón: patrulla oceánica” fue un anime que se transmitió en 1972.

El anime Evangelion encabezó las listas de popularidad en su momento, de igual forma que se ganó elogios de la crítica. Aborda temas como los miedos del ser humano y la escasa humanidad de la ciencia moderna. Tomado de YouTube.

Hoy en día, el anime cuenta con contenido en todas las plataformas digitales y algunos aún se repiten en la televisión abierta. También existen editoriales especializadas en la impresión, traducción y distribución de manga .

En la Ciudad de México podemos encontrar lugares especializados en el comercio de productos japoneses que abarcan desde el anime, manga o disfraces, hasta comida o dulces; o bien, productos de Corea o todo lo relacionado con los superhéroes estadounidenses, este sitio es la Friki Plaza , ubicada en Eje Central a unos pasos del Palacio de Bellas Artes.

Video: EL UNIVERSAL.

  1. Fuente:
  2. Jorge Grajales, especialista en cine asiático.