Ellas se hacían “caras nuevas” en el siglo XX
Ellas se hacían “caras nuevas” en el siglo XX

Cirugía realizada en Roseta Duncan en 1924. El golpe que daño su nariz vino de un policía que reaccionó mal a la risa de la joven bailarina. A pesar de ser una agresión injustificada, el oficial estadounidense libró rápidamente las consecuencias y no tuvo castigo. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.

Texto: Liza Luna

Todos los avances en materia científica permiten que el hombre mejore su calidad de vida. Gracias al conocimiento, la sociedad ya no solo se preocupó en no morir, sino en vivir como mejor le pareciera y así apostó por resultados cada vez más exigentes.

En los terrenos de la ciencia médica fue a inicios del siglo XX que la anestesia y otras medidas lograron disminuir los fallecimientos en quirófanos y aumentar la recuperación efectiva de los pacientes.

Fue este uno de los factores que motivó a que conceptos, para muchos sin importancia como la belleza , se pusieran en juego porque ya existían los medios para modificar a voluntad aquellos rasgos que podrían considerarse no tan atractivos.

La anestesia permitió atender la estética

La cirugía estética se establece como un procedimiento destinado a arreglar apariencias. Se distingue de la plástica que suele rectificar anormalidades congénitas o provocadas por otras causas, mientras que lo estético modifica algo que no necesita clínicamente un arreglo.

En siglos anteriores, la medicina realizó varios intentos por mejorar la vista de heridas, amputaciones, deformaciones o de simples rasgos que no eran del agrado social, pero fue hasta finales del siglo XIX y comienzos del XX que se tuvo un mayor éxito en la realización de estas cirugías.

La posibilidad de evitarle dolor al paciente gracias a la anestesia permitió que el procedimiento quirúrgico durara más tiempo y se aprovechó para atender la estética de la operación.

Ellas se hacían “caras nuevas” en el siglo XX
Ellas se hacían “caras nuevas” en el siglo XX

Los cirujanos adecuaron sobre la marcha sus métodos para no comprometer la belleza del paciente. No tenían algo establecido, por lo que practicaron con cada nuevo paciente mediante un “ensayo y error” muy aventurado.

Por ejemplo, en el caso de las extirpaciones de apéndice, la incisión dejó de efectuarse sobre el vientre para no dejar cicatriz visible, trasladándola a la ingle. Con estas acciones, los médicos apostaron también por la calidad de vida de sus pacientes en el aspecto social y no solo en el clínico.

De forma paralela crecieron los juicios sobre las características físicas, sobre todo de las mujeres que tal vez no tenían heridas de guerra o cicatrices por operaciones, pero sí algunos rasgos que a la sociedad podría no parecerle atractivos y que ya se podían cambiar.

Nariz y ojos, la belleza en el cine

La fotografía y el cine, que florecieron en esas mismas épocas, permitieron que las caras y rasgos de los artistas y retratados fueran más visibles y detallados.

Las narices aguileñas , ojos pequeños o adormilados y demás rasgos se vieron como nunca antes, y las críticas no se hicieron esperar. Los productores y encargados de los estudios de filmación de ese entonces consideraron un problema ciertas facciones en mujeres y relegaron a papeles secundarios u ocasionales a las actrices que no tenían la apariencia “perfecta”.

Dentro del artículo “Las mujeres se hacen caras nuevas”, publicado en EL UNIVERSAL el 3 de agosto de 1924, se muestra el caso de la actriz Helen Ferguson – cuya carrera no fue tan conocida, en gran parte por cuestión estética –, quien se sometió a un procedimiento quirúrgico en Estados Unidos para cambiar su nariz aguileña por una más estilizada.

La operación consistió en anestesiar localmente el área y, por el interior de las fosas nasales, raspar hueso y cartílago hasta disminuir el tamaño.

Ellas se hacían “caras nuevas” en el siglo XX
Ellas se hacían “caras nuevas” en el siglo XX

Cambio en el perfil de la actriz Helen Ferguson, quien trabajó en más de 60 títulos cinematográficos, aunque varios sin acreditación; murió en 1977.
En la imagen se observa el procedimiento para la reducción de boca, de barbilla y la eliminación de arrugas entre las cejas. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.

Ellas se hacían “caras nuevas” en el siglo XX
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Grandes éxitos, pero también fracasos

Ellas se hacían “caras nuevas” en el siglo XX
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Ellas se hacían “caras nuevas” en el siglo XX
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México y las operaciones estéticas

Ellas se hacían “caras nuevas” en el siglo XX
Ellas se hacían “caras nuevas” en el siglo XX
  1. Hemeroteca EL UNIVERSAL
  2. Revista de Salud Pública, Facultad de Ciencias Médicas, Argentina.
  3. Revista Medicina y Salud, UNAM, México.
  4. IMDb – Internet Movie Database
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