El Centro SCOP iba a ser un hospital
El Centro SCOP iba a ser un hospital

El edificio de la entonces Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas (SCOP), hoy Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), visto desde Universidad y Xola en la década de los sesenta. Colección Carlos Villasana.

Texto: Carlos Villasana S.

A unas calles del metro Xola se encuentra una zona de la ciudad de México por la que miles de personas han circulado y que, sin duda, recuerdan haberlo hecho. El antiguo Centro de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, que hasta el sismo de 2017 era la impresionante sede principal de un organismo federal que todos reconocemos hasta hoy por sus murales.

En 1958 cambió su nombre a Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) la cual, luego del sismo de 2017, continuó sus operaciones desde la torre ubicada en Insurgentes Sur 1089, por seguridad de sus trabajadores. Desde octubre de 2021 se llama Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes.

El Centro SCOP iba a ser un hospital
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El cruce de Xola y el Eje Central alrededor de 1979. Hoy aquí se encuentra la estación del Metrobús Centro SCOP; a la izquierda está el conjunto de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, que fue reducido tras los sismos de 1985 y cerró sus puertas luego del terremoto del 2017. Imagen: Colección Carlos Villasana.

Hoy te platicamos cómo surgió este conjunto arquitectónico, icónico de la zona sur de la capital, y de los murales que caracterizan este lugar, cuya protección y futuro aún no se aclara.

De centro de salud a secretaría

En entrevista para EL UNIVERSAL, Mishell Altamirano egresado de la ESIA del IPN y autor del libro Tlatelolco: ciudad dentro de la Ciudad, nos cuenta que fue un conjunto edificado por circunstancias “fortuitas”, ya que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) deseaba establecerse en ese predio.

La ubicación era muy conveniente, sobre lo que a mediados del siglo XX era el eje vial más céntrico de la ciudad -la avenida del Niño Perdido- y junto a la vialidad que se prolongó hacia la nueva zona sur de la ciudad, avenida Universidad, que como sugiere su nombre, llega hasta Ciudad Universitaria.

Agrega que a pesar de las intenciones del IMSS, al final las autoridades federales decidieron asignar el conjunto de 3 edificios, uno en forma de T, a la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, cuyas funciones crecían luego del desarrollo de obras durante el alemanismo. Entonces surgieron autopistas como las de Cuernavaca, Cuautla y Taxco; o arterias como la que hoy conocemos como Viaducto Tlalpan.

El Centro SCOP iba a ser un hospital
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El conjunto de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, ubicado en la colonia Narvarte, en una toma aérea de 1968, cuando la torre estaba recién construida. Los edificios del centro datan de 1954. Imagen: Bob Schalkwijk Photography.

Un dato curioso es que esta secretaría de gobierno presentó dificultades en su sede desde su inauguración en 1911. Según comparte Mishell, durante la época del maderismo se calificó al Palacio de Comunicaciones (actual sede del MUNAL) como “una casa lujosa infuncional”, donde no había muchos espacios, y para esos años, ya estaba saturado.

El arquitecto explica que de acuerdo con el proyecto original, el conjunto “IMSS Narvarte” se compondría de una zona hospitalaria, que debía funcionar como Centro Médico. “O sea que lo actualmente existente en la Doctores es lo que debía construirse en la Narvarte y una sección habitacional”, dice.

“La sección hospitalaria apenas comenzaba a construirse; se cuenta y no se niega que el proyecto correspondía al arquitecto Enrique Yáñez, y no se niega pues fue impulsor del diseño hospitalario ‘con planta de avión’, que permitía distribuir espacios y separar alas destinadas a diferentes especialidades en un mismo conjunto”, señala.

El Centro SCOP iba a ser un hospital
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Este complejo luce similar al Centro SCOP, y con razón: se trata del centro hospitalario La Raza, cuya construcción también corrió a cargo del arquitecto Enrique Yáñez. Imagen: Mishell Altamirano.

Solamente se dejó la estructura completada de un edificio, situado hacia el lado de avenida Universidad, y posteriormente se dio inicio a la construcción de los otros edificios, los cuales ya tendrían esta distribución, caracterizada por una planta en forma de T, como el Arq. Yañez ya lo había realizado en el hospital de La Raza y posteriormente en el Adolfo López Mateos del IMSS.

Sin embargo, en vista del cambio que hubo en el destino de las funciones de esta construcción, sólo se llegó hasta unos cuantos niveles, pues el IMSS tuvo problemas económicos.

“Si somos muy observadores, en el ala que en paralelo de avenida Xola, en la cara que da a Universidad, se ve una rampa que sube hacia un vestíbulo, donde se planeaba el ingreso de las ambulancias, mientras del lado contrario, iban a situarse la plaza cívica de acceso a pacientes y visitantes”, nos narra.

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Panorámica de la plaza del conjunto en donde se aprecian varias esculturas que flanquean la entrada principal mientras los murales enmarcan los edificios. Al frente, se ve la escultura de Cuauhtémoc realizada por Rodrigo Arenas Betancourt. Imagen: Colección Carlos Villasana.

Estos edificios se encargaron al arquitecto Carlos Lazo, ya con miras a adaptarse para una secretaría de Estado, con sus diferentes departamentos en espacios determinados, ocupando los edificios, que como hospital iban a alojar laboratorios, salas de espera y espacios administrativos, para otras funciones de la ahora secretaría, como el laboratorio de diseño de carreteras, auditorio, entre otros. Se inauguró a mediados de 1954.

El conjunto tendría otro acceso con vista hacia la Avenida Xola, y el estacionamiento de empleados se situaría con acceso desde Av. Universidad.

Mishell nos comparte una foto del Hospital de la Raza, tomada del libro de obras del arquitecto Yañez, y nos dice que se puede observar que el diseño del hospital es similar, e indica el punto de la rampa de ascenso de ambulancias hacia un vestíbulo, que fue realizado casi al mismo tiempo que el proyecto del entonces Conjunto IMSS Narvarte.

Respecto al objetivo del proyecto del IMSS Narvarte, comenta que se deseaba establecer una especie de pequeña ciudad destinada a trabajadores del Seguro Social, con un hospital donde laborarían cerca de sus nuevos hogares. Como complemento, para que no tuvieran que salir de esa supermanzana, contarían con áreas de esparcimiento y una zona comercial sobre Universidad.

Tan sólo los comercios planeados sirven para darse una idea de la magnitud del extinto proyecto, pues se hablaba de “una tienda de abarrotes (luego mudada a un terreno en contra esquina sobre el actual Eje Central), lavandería, oficina de correos y telégrafos, restaurantes, entre otros”, precisa.

La hoy “Unidad Habitacional Narvarte IMSS” se compone de 41 edificios habitacionales de 5 plantas, que alojan 491 departamentos, que se inauguraron en 1956, cuyo primer administrador fue el señor Raúl Ruiz Bautista.

El Centro SCOP iba a ser un hospital
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Del lado derecho se encuentra la Unidad Narvarte del IMSS, inaugurada en 1956. La calle es Cumbres de Acultzingo, en la colonia Narvarte, a inicios de los años setenta. A la izquierda se ve el cruce con Zempoala, y al fondo se observa la esquina con Universidad. Imagen: Colección Carlos Villasana.

“En un intento de cumplir con el anhelo de darle vivienda a los que ahí trabajaran, les asignaron algunos departamentos a empleados del nuevo centro SCOP, además de a los del IMSS”, añade.

La torre de comunicaciones hizo la función de la tan hablada “torre de babel” -pues se hablan todos los idiomas internacionales del momento-, a la que se refieren las televisoras durante las transmisiones de eventos deportivos.

Fue construida para la olimpiada de 1968 y desde los platos de microondas en la azotea, enviaban la señal hacia la central de comunicaciones en Tulancingo, donde se situarían las antenas dispuestas a enviar la señal a los satélites existentes, pues sería la primera olimpiada en ser televisada a nivel mundial.

Obras de arte sobrevivientes

Los murales del centro SCOP tuvieron diferentes autores, todos ellos artistas que conformaban el taller “movimiento de integración plástica”. A cargo del maestro José Chávez Morado trabajaban por igual muralistas, escultores y arquitectos.

De manera similar al rol que desempeñó para la realización de murales de Ciudad Universitaria, el responsable de recolectar los materiales necesarios fue Juan O ‘Gorman, para quien las piedras de colores eran una de sus especialidades.

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Ataviada con una planta de maíz y con semillas en su mano, la Madre Tierra destaca en el conjunto escultórico que lleva su nombre. Foto: Ariel Ojeda/EL UNIVERSAL.

Para este proceso, O´Gorman pintaba lienzos “mientras un grupo de mujeres se encargaba de ir pegando las piedras y dando forma y ritmo a cada mosaico que finalmente formaron los murales”, expresa Mishell.

Tres vialidades importantes de la capital pasan ante el "Centro SCOP": avenida Xola, el Eje Central (uno de sus segmentos antes llamado Niño Perdido) y la avenida Universidad. Los murales son tantos que las tres tienen vistas coloridas de las creaciones de artistas como Juan O'Gorman, José Chavez Morado, José Gordillo o Guillermo Monroy, entre otros.

Entre las obras más fáciles de identificar a simple vista, gracias a su tamaño y disposición en los muros de los altos edificios principales del conjunto, figuran Canto a la Patria, de cara a Xola; y frente al Eje Central, las dos obras más dañadas: Los Aztecas y Conquista y Libertad.

En Canto a la Patria, podemos ver un águila que lleva un chimalli (escudo azteca) mientras extiende sus alas, acompañada de Emiliano Zapata, el revolucionario del Sur, y Cuauhtémoc, el último tlatoani.

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En el mural Canto a la Patria está presente la figura de Qutzalcóatl, la Serpiente Emplumada, justo debajo de la mujer que representa a la Patria. Foto: Ariel Ojeda/EL UNIVERSAL.

Si alguna vez has visto este mural, y te preguntaste quién es la mujer que con sus manos extendidas le da un engrane a un obrero y una mazorca a un campesino, hoy te comentamos que ella es la visión de O'Gorman de la Patria.

Por otro lado, Los Aztecas y Conquista y Libertad presentan deterioro en casi la mitad de su superficie, pues los muros que les sirven de soporte se ven ya “desnudos” alrededor de los pisos más altos, de modo que contrastan de inmediato los color con el concreto.

Las figuras que aún podemos ver en Los Aztecas son cuatro guerreros con su armamento y debajo de ellos un águila que desciende de cabeza, como símbolo de la caída de Cuauhtémoc. En Conquista y Libertad aún se distinguen Miguel Hidalgo, José María Morelos, Benito Juárez y Francisco I. Madero, a la derecha de caballería española.

Así se veía el Centro SCOP, la edificación que en su momento albergó las instalaciones de la extinta Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas (SCOP), hoy Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT). Foto: Archivo
Así se veía el Centro SCOP, la edificación que en su momento albergó las instalaciones de la extinta Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas (SCOP), hoy Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT). Foto: Archivo

A simple vista y en los muros de los altos edificios del conjunto, figura Canto a la Patria, de cara a Xola. Podemos ver un águila que lleva un chimalli (escudo azteca) mientras extiende sus alas, acompañada de Emiliano Zapata, el revolucionario del Sur, y Cuauhtémoc, el último tlatoani. Colección Carlos Villasana.

Luego de los sismos una gran restauración

Durante el terremoto de 1985 la sede de la SCOP sufrió severas afectaciones, según refiere Mishell “por el tipo de estructura que tenían los edificios altos del conjunto, dado su esbeltez, sufrieron derrumbes en las partes más altas”. Refiere como fuentes de información los tres libros del arquitecto Iván Salcido, cronista de los sismos más catastróficos de la ciudad: 1957, 1985 y 2017.

Nuestro entrevistado afirma que en sus investigaciones, Salcido asegura que “en el sismógrafo situado en la torre de Telecomunicaciones, se registró la mayor aceleración del suelo en todo el Valle de México […] lo que afectó a los edificios entre sus pisos 8 y 15, algo que se sumó a la ya de por sí irregular planta en forma de letra T…”.

Tras la tragedia, se supo que de los 2000 empleados, 14 que habían registrado su entrada muy temprano aquel 19 de septiembre perdieron la vida. Por su parte, la Torre también sufrió un incendio por corto circuito, una vez que paró el movimiento telúrico.

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Vista aérea del entorno de la colonia Narvarte cerca de los años 70; se observa la "torre de Babel" en la que ocurrió un incendio por corto circuito tras el sismo de 1985. A la derecha, el cruce de Cumbres de Acultzingo, calle Correspondencia y el actual Eje Central, y al fondo se ve la colonia Álamos. Imagen: Colección Carlos Villasana.

Ante la pregunta sobre el inicio de los trabajos de restauración, Mishell dice “Salcido nos vuelve a comentar que, para reponer la enorme pérdida muralista en los bloques A y B, a cargo del arquitecto Vicente Medel, se reconstruyeron los murales dañados y se colocaron sobre bastidores metálicos”.

Como la seguridad del inmueble no podía quedar atrás, se reforzó la estructura y se recimentó con mayores pilotes, bajo la dirección del también arquitecto Ignacio Machorro; de igual forma se compensaron las inclinaciones y variaciones de altura en los bloques agregando escalones para su comunicación.

La torre de Telecomunicaciones que formaba parte del conjunto original, del lado de avenida Universidad, tuvo que demolerse en su totalidad por los daños. Cambios que sin duda afectaron la imagen urbana del centro, reconstruido entre 1986 y 1988.

Antes de aquel 1985, la SCT ya tenía oficinas alternas en una torre situada en Insurgentes Sur 1089, donde hoy se encuentra su nueva sede, pues ya los espacios perdidos con el sismo exigían ser repuestos, pero no tendrían cabida en el conjunto en donde se encontraban áreas como peaje, infraestructura carretera, o telefonía, mientras que en la torre se coordinaban los telégrafos y correos.

El Centro SCOP iba a ser un hospital
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Pese a la exitosa restauración tras los daños de 1985, el sismo de 2017 dejó en este estado una porción importante de los murales de mayor tamaño. Foto: Ariel Ojeda/EL UNIVERSAL.

Al respecto, dice Altamirano, no está de más mencionar que al momento de levantar el proyecto inicial, Carlos Lazo designó a Augusto Perez Palacios y Raul Cacho como encargados de la adaptación del conjunto, quienes ya habían participado en el diseño del Estadio Universitario. Esto es importante en retrospectiva porque Perez Palacios anotó que el predio tenía limitaciones de resistencia y no podían ser adaptadas a cargas de cierta importancia.

El edificio sigue ahí, pero…

En 2017 un nuevo sismo, también ocurrido un 19 de septiembre, sacudió a la capital mexicana y con ello los daños al ya deteriorado edificio no se hicieron esperar. El impacto del siniestro fue tal que el edificio no sólo permanece desalojado, sino que la población de la zona incluso manifiesta su preocupación por la integridad de los murales.

El Centro SCOP iba a ser un hospital
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Aunque las piezas individuales permanecen completas en su mayoría, los daños estructurales en el edificio amenazan la integridad de la obra. Foto: Ariel Ojeda/EL UNIVERSAL.

Mishell expone que los vecinos han estado muy activos e interesados de lo que pudiera ocurrirle a estas obras de arte, motivados después de que empezaron a removerlos en el 2018 y plantearon llevarlos al NAIM que debía construirse en Texcoco, alternativa que rechazaron.

Las autoridades dejaron de removerlos y se planteó instaurar en la zona un parque público donde los murales pudieran seguir siendo vistos, en bastidores colocados que envolvieran a las escaleras del conjunto.

“Incluso se formó el Colectivo en Defensa del Centro SCOP, quienes han recapitulado las obras, buscado a los autores vivos, y armando una crónica que les permita defender con fundamentos el legado de ese taller muralista que pintó lo que fuera una de las más grandes intervenciones plásticas en arquitectura del siglo XX.

  1. Fuente:
  2. Entrevista a Mishell Altamirano, egresado de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura del IPN. Autor del libro  “Tlatelolco: Ciudad dentro de la Ciudad”.
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