Texto: Carlos Villasana y Ruth Gómez
Entre finales de los siglos XIX e inicios del XX era muy común que productos como talcos, jabones o cremas se anunciaran como una herramienta con propiedades curativas y medicinales , explica el licenciado en Química Armando Mora; sin embargo, estos contenían sustancias peligrosas como ácidos, alquitranes o plomo, por mencionar algunas.
Según el especialista, los cosméticos pueden clasificarse en los que son para “ cuidado personal ”, como jabones, lociones, geles, cremas, champús, entre otros; y en “ cosméticos de color ” como labiales, sombras, esmaltes y demás variedad.
No obstante, en esos tiempos la demanda de los productos cosméticos era baja, lo que permitía que las producciones fueran al interior de las boticas o droguerías y no era obligatorio garantizar la calidad o seguridad de los productos.
En 1907, en México podíamos encontrar anuncios de cremas de belleza como “Floréine”, la cual se publicitaba como un producto para obtener un “un busto espléndido” sin acné y “lucir gallardamente un escote magnífico”; o bien, había polvos de tocador que se usaban para aliviar sarpullidos, quemaduras de sol y “todas las afecciones del cutis”.
Anuncio de 1907, de la crema “Floréine. Foto: Colección Villasana – Torres.
Polvos de tocador usados en 1907 para aliviar sarpullidos, quemaduras de sol y “todas las afecciones del cutis”. Foto: Colección Villasana - Torres.
Armando Mora colabora y es parte del comité científico de la Sociedad de Químicos Cosmetólogos de México A.C., en entrevista comenta que durante muchos años el uso de productos de higiene se asociaba con una idea de belleza , “un producto de higiene te hacía lucir más bello”, más saludable, por ejemplo, el jabón:
“En México, el jabón ha sido y sigue siendo un producto al alcance de todos y muy consumido debido a los hábitos de higiene y cuidado personal de la mayoría de la población. Estudios de mercado internacional confirman que somos de las personas que nos bañamos con mayor frecuencia”.
Sin embargo, hubo un tiempo que por lo económico del jabón para ropa o limpieza del hogar se popularizó que las personas lo utilizaran como de higiene personal y no se contemplaba el riesgo para la piel o cabello, debido a su composición química.
En este anuncio de 1907 se puede leer que la “crema rosada Adelina Patti” prometía que quien la usara podría conservar el cutis sin granos, suave y con el “brillo aterciopelado de la juventud”. Colección Villasana - Torres.
Un anuncio de Palmolive decía que el jabón estaba hecho con “los embellecedores aceites de oliva y palmas” y que podía hacer que tanto niñas como mujeres adultas pudieran ser una Reina de Belleza. Colección Villasana - Torres.
Algunas marcas solían anunciar que sus cremas o jabones eran saludables ya que ayudaban a la piel a ser más “blanca” o “nacarada”. Otro ejemplo de producto que dañaba la salud eran los “ Baños de ácido carbónico ”, que era básicamente bañarse con bicarbonato de sodio y que hoy en día se sabe que genera reacciones adversas.
En el anuncio de la leche antefélica ó Candes se decía que disipaba “pecas, lentejas, tez asoleada, arrugas precoces y sarpullidos” conservando un cutis limpio. Colección Villasana - Torres.
Maquillarse en la posguerra
En la década 1920 inició la fabricación masiva de productos cosméticos en Estados Unidos y así el desarrollo de esta industria que logró popularizarse a través de las estrellas del momento como Coco Chanel . Para 1930, comenzó la producción de sustancias sintéticas detergentes para el champú o la primera crema de protección solar.
Actrices de teatro protagonizaron un anuncio que apareció en El Mundo Ilustrado de 1907, en el que se hablaba de tónico “Vino Desiles”: “apreciado por las principales artistas de teatro” y que se vendía “en todas las boticas”. Colección Villasana - Torres.
Fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial que la industria cosmética se transformó y con ello, se modificó la forma en la que se diseñaban los productos y con esto prevenir riesgos sanitarios.
También cambió la forma de consumo, porque antes de la Guerra, las mujeres solían comprar un nuevo producto — como una barra para los labios o un barniz de uñas— hasta que se terminaran. Fue en la posguerra que las empresas fabricantes de maquillaje introdujeron el concepto de “ colores estacionarios ” o “de temporada ”.
También había productos elaborados para el hombre, como “El Vivificador”, una pastilla que devolvía al hombre “el vigor perdido”. Colección Villasana – Torres.
Hubo ciertos productos cosméticos que marcaron algunas décadas del siglo pasado; por ejemplo, en la década de los 50 se crearon los desodorantes roll-on ; para los años 60 se popularizó a nivel mundial el uso de pestañas postizas y productos para los ojos, como la máscara o las sombras.
Alrededor de 1966, Estados Unidos estableció clausulas para que el etiquetado de sus productos cosméticos no fuera engañoso y prometiera cualidades médicas que el producto no tenía. En 1973, se estableció la “ nomenclatura internacional de ingredientes cosméticos que se sigue utilizando en todo el mundo”, comentó Armando.
Si bien la globalización trajo a nuestro país las prácticas para ofrecer productos cosméticos seguros; fue en 1962 que se fundó la Sociedad de Químicos Cosmetólogos de México A.C ., presidida por el Ing. André Kuhn.
“El objetivo de fomentar el crecimiento de la Industria Cosmética Mexicana y ser líder de opinión y decisión ante dependencias gubernamentales nacionales e internacionales. Esta sociedad, que actualmente preside la Q.F.B. Eva Ramos Sánchez, ha permitido impulsar a la industria de los productos de higiene y belleza mediante actividades de capacitación, difusión y consejo por parte de los profesionales más destacados de este sector”, narró Armando.
Interior de una droguería en 1908,donde solían venderse productos cosméticos. Fotos: Colección Villasana–Torres y Archivo EL UNIVERSAL. Diseño web: Rodrigo Romano.
Hoy en día, la palabra “ salud ” no está presente en productos cosméticos como cremas, talcos o jabones ya que existen regulaciones gubernamentales que permiten diferenciar claramente a los productos con fines farmacéuticos —tratar alguna condición médica— y los cosméticos , que sólo se aplican en las partes superficiales del cuerpo y sus beneficios están ligados a la higiene y belleza, como limpiar, perfumar, proteger o modificar la apariencia.
Asimismo, México cuenta con un listado de sustancias prohibidas y restringidas para elaborar productos cosméticos y normas oficiales para su etiquetado y determinaciones microbiológicas. Armando explica que este campo se actualiza constantemente y cada mes se descubren nuevos elementos que pueden ser dañinos o benéficos para el consumidor o el medio ambiente .
Los cosméticos han acompañado a la sociedad y su uso ha ido cambiando a lo largo de los años; actualmente se han convertido en artículos que sirven tanto para el cuidado personal como para la expresión de la identidad de quienes los utilizan.
La fotografía principal muestra la droguería Grisi que estaba ubicada en el Centro Histórico alrededor de los años 20.
Colección Villasana - Torres.
Fuente:
- Armando Mora, licenciado en Química por la UNAM, miembro del comité científico de la Sociedad de Químicos Cosmetólogos de México A.C y Químico Formulador en Grisi HNOS.