Así se construyó el Gran Canal de la CDMX
Así se construyó el Gran Canal de la CDMX

El tajo de Nochistongo, antecedente inmediato a las obras del Gran Canal del Desagüe. La imagen es de finales del siglo XIX, entre 1880 y 1897.Crédito: Library of Congress, E.U.

Texto: Ruth Gómez y Carlos Villasana

A pocos meses de la inauguración de las obras en el Parque Lineal Gran Canal por parte del gobierno local, entrevistamos a Diego Rodríguez Landeros, escritor e investigador del tema, para conocer más de esta magna obra inaugurada por Porfirio Díaz en marzo de 1900.

De acuerdo con Rodríguez Landeros, apenas habían pasado 34 años de la caída de Tenochtitlán cuando se leyeron en el Ayuntamiento los primeros proyectos de desagüe para evitar inundaciones en lo que, con el paso del tiempo, sería la Ciudad de México.

“En 1607, el virrey Luis de Velasco II aprobó el proyecto de Enrico Martínez y dispuso todo lo necesario para ponerlo en marcha. Martínez diseñó un larguísimo túnel en Huehuetoca para trasvasar el lago de Zumpango y el río Cuautitlán fuera de la Cuenca de México, hacia el actual estado de Hidalgo.

“La obra fue polémica y complicada; los obreros fueron los indígenas . El Ayuntamiento debatía con el virrey si los indígenas debían trabajar gratis, como esclavos, o recibir una paga. Al final, el túnel de Enrico no evitó que la ciudad se siguiera inundando” dice nuestro entrevistado.

Pasaron los años y, a pesar de que el proyecto del desagüe del Valle de México era considerado un asunto de relevancia para los diversos gobiernos, no hubo alguno que sobreviviera ni a los cambios sociales, ni a la falta de infraestructura del país.

Compara el antes y el después deslizando la barra central (clic aquí para ver más grande)

Vista de la carretera México-Pachuca en 1930, con los restos, a los lados, de una de las compuertas del Albarradón, o Dique, de San Cristóbal en Ecatepec, Estado de México. Esta obra hidráulica probablemente fue construida hacia el siglo XIV y, en 1627, Enrico Martínez le añadió las compuertas con una pequeña capilla adosada. Hoy, como se ve en la foto actual, se encuentra bastante deteriorada. El albarradón regulaba las aguas de los lagos de Zumpango y Xaltocan para evitar inundaciones en el valle de México. Imagen: "Los caminos de México". Colección Carlos Villasana.

Porfirio Díaz apoyó su construcción

Fue el gobierno de Porfirio Díaz el que priorizó la construcción de un Gran Canal de Desagüe.

Rodríguez Landeros explicó que dicha administración tenía varios argumentos a favor del canal:

El principal era evitar las inundaciones en el distrito financiero y comercial del país. Otro era meramente higiénico ya que se tenía pensado que al drenarse los lagos, se acabarían las enfermedades que producían.

El último argumento era conectar el nuevo sistema de alcantarillado y drenaje de aguas negras de la capital al afluente del Gran Canal.

Como se mencionó, el Gran Canal tenía el objetivo de evitar que la ciudad se inundara y por ello, integrantes de la aristocracia del Porfiriato estaban interesados en encargarse de pagar los gastos de la desecación de los lagos:

“Un ejemplo paradigmático fue el de los hermanos Noriega , empresarios asturianos que en 1895 obtuvieron la concesión de miles de hectáreas en el lago de Chalco a cambio de desecarlo. El Gran Canal de Desagüe sirvió para recibir el agua de humedales como el de Chalco y expulsarla fuera de la cuenca. El plan siempre ha sido secarlo todo y “hacer negocio en corto””, narró el también escritor.

La inauguración fue en marzo de 1900

El Gran Canal de Desagüe del Valle de México se construyó de 1886 a 1900. La ceremonia inaugural fue el 17 de marzo de ese año, iniciando en el “kilómetro cero” del canal, que estaba muy cerca del Palacio Lecumberri (antigua cárcel de la época y hoy Archivo General de la Nación) y culminó en Zumpango , Estado de México.

La comitiva, encabezada por Porfirio Díaz, viajó a Zumpango ya que en ese municipio se encuentra la Caja Colectora , es decir, donde el agua del Gran Canal se introduce en un túnel de 10 kilómetros que desemboca en Hidalgo.

Según las investigaciones de Rodríguez Landeros, Ignacio Torres Adalid contribuyó en aquella inauguración al menú de la ceremonia con pulque y barbacoa.

Desde su kilómetro cero hasta la Caja Colectora, en Zumpango, el Gran Canal contaba con un total de 47.5 kilómetros: “a partir de ahí comienza el túnel de Tequixquiac , de 10 kilómetros, que desemboca en la Cuenca del Río Pánuco , cuyo delta en el mar se encuentra muy cerca de la ciudad de Tampico, en Tamaulipas”.

Así se construyó el Gran Canal de la CDMX
Así se construyó el Gran Canal de la CDMX

Aspecto de las compuertas del Gran Canal de Desagüe en San Lázaro en 1929. Colección Carlos Villasana.

En el corto plazo, el Gran Canal no evitó las inundaciones ni salvó de las epidemias a la Ciudad de México. Sin embargo, fue pieza clave en la desecación del ecosistema lacustre de la capital.

También significó la aparición de una estructura para el desalojo de aguas negras de la ciudad, en la medida que ésta fue creciendo y construyendo su sistema de alcantarillado.

El Gran Canal hoy, luego de 122 años

Hoy en día, tanto el Gran Canal como el Sistema de Drenaje Profundo son indispensables para evitar las inundaciones de la capital. El escritor menciona que sin estos dos sistemas, la ciudad podría estar, muy probablemente, sumergida en aguas negras.

El Gran Canal recorría terrenos que no sólo eran de la Ciudad de México, donde la gran parte se encuentra entubado bajo la avenida del mismo nombre y el Parque Lineal Gran Canal , en la alcaldía Venustiano Carranza.

Cuando llega al municipio de Ecatepec , en el Estado de México, deja de estar entubado y cruza el municipio mexiquense al aire libre.

“Muy cerca del Centro Comercial las Américas y del vaso del lago de Texcoco, las aguas del canal giran ligeramente hacia el noroeste. Más adelante, aún en Ecatepec, fluyen bajo el Puente de Fierro , famoso por el falso rumor de que fue construido por Gustave Eiffel. Esa parte del Gran Canal también se ha vuelto tristemente célebre porque en sus aguas se han encontrado decenas de cadáveres humanos.

“Después de ese punto, el canal sigue su rumbo hacia el Norte. Al llegar a Zumpango -pasa a un lado de la laguna del mismo nombre que es realmente hermosa, llena de aves - y llega a una compuerta provista con cuatro tajamares por la que entra, como una cascada, a la Caja Colectora”, compartió Diego.

Sin embargo, conocer la Caja Colectora no es fácil. Rodríguez Landeros comparte que hace tiempo pudo conocerla, pero que tuvo que saltar una alambrada y caminar por un laberinto de nopales. Lo primero que vio es una portada de mármol de varios metros de longitud que tiene grabado “DESAGÜE DEL VALLE”.

La describe como una construcción descendente, similar a la forma en la que está construida la Plaza de Toros México. Para llegar al centro, donde se puede observar la caída del agua, tuvo que descender escalinatas de cantera, rellanos y pasillos tipo ajedrez.

Además del olor nauseabundo, lo que recuerda con mucha claridad es el sonido de las cataratas de agua negra cayendo hacia el túnel de Tequixquiac.

Otros sistemas apoyan su funcionamiento

Debido a la excesiva explotación de pozos para satisfacer el consumo de agua, el suelo de la ciudad comenzó a hundirse de forma alarmante a mediados del siglo XX y, como consecuencia, el Gran Canal perdió la pendiente con la que se había construido de 16.2 centímetros por kilómetro para que el agua fluyera por gravedad.

En 1900, el centro de la urbe estaba cinco metros por encima del kilómetro cero del canal, a mediados del siglo XX ambas se encontraban al mismo nivel y hoy el Zócalo está varios metros por debajo. Las aguas negras que al principio corrían hacia Zumpango, comenzaron a regresar y, entre 1950 y 1951, se produjeron inundaciones que dejaron al Centro Histórico cubierto de agua por varios días.

Así se construyó el Gran Canal de la CDMX
Así se construyó el Gran Canal de la CDMX

Una toma aérea de las obras de entubado en la avenida Canal de Miramontes en los años sesenta. La vista corresponde a la curva antes de llegar a las colonias Avante y Xotepingo; abajo a la izquierda están los Estudios América, hoy Azteca Novelas, y a la derecha se ve una construcción que todavía existe en la avenida Del Parque. La zona arbolada, en el extremo superior derecho, es la Calzada de la Virgen. Colección Carlos Villasana.

Para solucionar el problema se tomaron dos soluciones, dice Rodríguez Landeros; por un lado, “se proyectó la construcción del Sistema de Drenaje Profundo , inaugurado en 1975 por Luis Echeverría y Nicolae Ceaușescu . Por el otro, se tuvieron que instalar varias plantas de bombeo a lo largo del Gran Canal para que las aguas negras fluyeran y no inundaran la ciudad. Dicha solución es muy costosa, pues el consumo energético para bombear tanto líquido es altísimo”.

En apoyo a este gran sistema se han implementado más estructuras para desalojar las aguas negras, como el Túnel Emisor Oriente (TEO) que mide más de 60 km. En la página de la UNAM acerca de un estudio de este emisor se menciona que:

"El TEO inicia en la confluencia del Gran Canal de Desagüe con el Río de los Remedios en la Alcaldía Gustavo A. Madero (límite de la Ciudad de México con el Estado de México) y descarga en el municipio de Atotonilco de Tula, Estado de Hidalgo, cerca de la salida del Túnel Emisor Central. Tiene 25 lumbreras, algunas de ellas llegan a 150 metros de profundidad, que servirán para ingresar maquinaria, material y el personal que se requiera para darle mantenimiento".

Así se construyó el Gran Canal de la CDMX
Así se construyó el Gran Canal de la CDMX

“En los años sesenta inicia el entubamiento de 20 kilómetros de la prolongación hacia el sur del Gran Canal, que lleva por nombre Canal de Miramontes. Secularmente había sido motivo de grandes problemas de insalubridad al ser un canal de aguas negras que cruzaba zonas densamente pobladas. Con su entubamiento no sólo se atendió el aspecto de higiene, sino también se logró un mejor funcionamiento hidráulico de este conducto de desagüe”. Fragmento extraído de “Colectores y redes de drenaje”, Departamento del Distrito Federal 1951 - 1964. Colección Carlos Villasana.

Ha inspirado hasta novelas y canciones

Por último, Diego menciona que El Gran Canal ha tenido cabida, de manera explícita, en la historia y cultura del país. Por ejemplo, en la novela Ojerosa y pintada. La vida en la Ciudad de México , publicada en 1960 por Agustín Yáñez . En la historia, un ruletero se encuentra con todo tipo de personajes a bordo de su automóvil.

“Mi parte favorita es en la que habla el “ Filósofo del Desagüe ”, un sujeto medio loco y medio sabio que dedica sus días a observar el cauce contaminado del Gran Canal y a sacar de su corriente reflexiones existenciales. El filósofo comienza su rollazo recordando el asesinato de Madero y Pino Suárez el 22 de febrero de 1913 a unos cuantos pasos del Gran Canal, y termina, lúcido alucinado, desentrañando con prosa poética el destino último del ser humano y el universo. Mi amigo Mariano Cueto me puso sobre la pista de la novela Aquí descansa Nevares , de 1967, del catalán Pere Calders, cuya trama se desencadena a raíz de un ataque de pirañas en el Gran Canal”.

Así se construyó el Gran Canal de la CDMX
Así se construyó el Gran Canal de la CDMX

Toma aérea de la primera sección del Parque Lineal Gran Canal, en la Alcaldía Venustiano Carranza. Crédito: páginas de Facebook del Gobierno de la Ciudad de México.

Asimismo, recomienda la canción de Polo Pepo “San Felipe es Punk de 1988, en la que describe la vida en la colonia San Felipe de Jesús, célebre por tener el tianguis más grande del mundo. El coro de la canción dice: “Si nos quieres conocer, no te vayas a perder. Solo tienes que seguir las aguas del Gran Canal ¡Las aguas del Gran Canal!”

En su novela titulada Desagüe publicada por el Fondo de Cultura Económica en 2019, el Gran Canal es el protagonista que transmite la enfermedad del suicidio , por medio de los malos olores. Para el escritor, lo importante de acercarse a la historia del agua es que:

“Funciona, siempre, como espejo. Conocerla es conocerse a uno mismo. Necesitamos reflejarnos en la historia del agua para descubrir que somos horrendos. Solo así podremos, quizá, intentar cambiar”.

  1. Fuentes:
  2. Diego Rodríguez Landeros. Ensayista y narrador mexicano. Estudió Letras Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México unam. Autor de dos libros, obra suya forma parte de dos antologías. Fue becario de la Fundación para las Letras Mexicanas flm (2015-2017) y del Programa Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes fonca (2017-2018). Textos suyos han aparecido en Este País, Punto de Partida y Revista de la Universidad de México.
  3. http://www.ii.unam.mx/es-mx/Investigacion/Proyecto/Paginas/TunelEmisorOriente.aspx
  4. https://www.eluniversal.com.mx/metropoli/cdmx/inaugura-sheinbaum-segunda-etapa-del-parque-lineal-gran-canal?fbclid=IwAR1tOjqaMA9S_V5ACTge58Fwb4WvDpXCIzn5x0iHQB0NWdlLHm_BOBJJB7c
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