El día de mañana 20 de abril se cumplen 30 años de la muerte de Mario Moreno, “Cantinflas”. La vida de Mario Moreno es una de las grandes historias de superación personal y de convicciones definidas. Nació en 1911 en Santa María la Redonda, muy cerca de Tepito, lo que se distinguió siempre en la entonación de su voz. Su padre fue cartero y su madre dedicó su vida a concebir 14 hijos, de los cuales sobrevivieron ocho. En la búsqueda de trabajo fue mesero, boxeador, soldado y bailarín, donde aprendió a bailar danzón “en un ladrillo y me sobra espacio”, decía sonriendo. La vida lo llevó a aparecer en escena en el Teatro Garibaldi y en carpa.

Su imagen desaliñada, con un bigote minúsculo en las comisuras de los labios, un deteriorado sombrero de lado, del que asomaba una cabellera rebelde, la camiseta rota acompañada de un hilacho que según él era su “gabardina” y el emblemático pantalón abajo de la cadera que a cada paso desafiaba la ley de gravedad.

Su característico personaje, insubordinado, justiciero y dispuesto a ganar toda discusión con una interminable verborrea incongruente y florido vocabulario fueron las características que en 1936 le abrieron las puertas del cine como protagonista en la película “No te engañes corazón”. Fue con la película “Ahí está el detalle” que se consagró su personaje. La transición del blanco y negro a las películas de color también sufrió una evolución de su personaje; las lecciones de vida que proyectaban sus argumentos coincidían en la preocupación permanente a favor de la justicia y la dignidad de la persona sin distinción de su nivel social. El decidió que no usaría corbata a menos que el personaje así lo requiriera.

Reservado en su trato personal y apasionado de los toros compartía con amigos y en familia sus momentos íntimos. Su único matrimonio fue con Valentina Ivanova que murió de cáncer en 1966.

Filmó más de cincuenta películas. Recibió un Oscar y un Globo de Oro por “La vuelta al mundo en 80 días”. “Ser cómico es cosa seria” comentaba, y estudiaba con magistral cuidado el comportamiento de la sociedad a la que iba a representar. En mi familia disfrutamos con emoción “Abajo el telón”. Quizá su única actividad de corte político la desempeñó como fundador y después titular de la Asociación Nacional de Actores (ANDA) y primer Secretario General del Sindicato de Trabajadores de Producción Cinematográfica de la República Mexicana.

Cantinflas es hasta ahora el único personaje de las artes escénicas de habla hispana que tiene un vocablo reconocido por la Real Academia de la Lengua, que define el verbo “cantinflear” como el acto de “Hablar de manera incongruente y disparatada, sin decir nada de sustancia”.

Tanto Charles Chaplin como Cantinflas protagonizaron papeles de denuncia al abuso del poder y crítica política. Chaplin en “El gran dictador” hace parodia de la egolatría dictatorial de Adolfo Hitler, mientras que Cantinflas en sus personajes denunciaba la falta de servicios y atención a las necesidades de la población. La huella de su vida en la historia de México es indeleble. Su actuación es un referente en la comedia dentro y fuera de México, y su legado de dar alegría renace en cada generación.

Rúbrica. “Ojo al parche”. Sin haber hecho una sola campaña política, Cantinflas es el nombre que con más frecuencia ha sido escrito en las boletas electorales de nuestro país.

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