Después de varias semanas de alta concentración de medios sobre este tema ahora ha sucedido lo inverso. Debido, en buena parte, a la fatiga informativa, o quizás debido al arrastre de la guerra y a pocos cambios en el terreno de las hostilidades (considere que a Rusia le ha tomado más de un mes conquistar una pequeña ciudad con una posición estratégica en el Donbás), diera la impresión de que estas últimas semanas no parece haber tantas “noticias” o novedades. El resultado es que, según reportes, la cobertura global y el impacto en redes acerca de Ucrania ha disminuido hasta en un aproximado 95%. En la medida de lo posible, en este espacio estamos intentando buscar un balance, hablando tanto de este, como de otros asuntos relevantes. En esa línea, a cuatro meses del inicio de la intervención militar rusa, actualizamos los puntos principales:

1. El terreno de las hostilidades

. Rusia tiene conquistada hoy aproximadamente una quinta parte del territorio ucraniano, desde el noreste hacia el este y el sur. Si se mira un mapa, se notará que la ocupación rusa forma una especie de pinza. Una pinza que Moscú intentó cerrar primero, en su parte más amplia, buscando cercar a las tropas ucranianas. Al no conseguirlo, intentó cerrarla en su parte intermedia. Tampoco lo logró y, por tanto, se enfocó en cerrar esa pinza en su parte menor, la más cercana al vértice de la “V”. Ahí se encuentran poblados como Severodonestk y Lysychansk. Tras semanas y semanas de sangrientos combates, además de miles de muertes entre las tropas ucranianas y rusas, este objetivo táctico de Moscú está cerca de ser alcanzado. Con ello, Rusia estaría dominando la totalidad de la región de Luhansk, pudiéndose ahora concentrar hacia la conquista completa de Donetsk.

2. El momento actual de la guerra

. Esa situación refleja, como vemos, un avance apenas incremental, muy lento, que ha seguido exhibiendo muchas de las debilidades del ejército ruso, pero también sus fortalezas comparadas con el ucraniano, medidas probablemente en términos de tropas disponibles para ir librando estas batallas (a pesar de las incontables bajas) y, al menos por ahora, en términos de capacidad de artillería pesada. De ahí los clamores de Kiev para conseguir mayor y mejor armamento. En suma, podríamos decir que el ímpetu de la guerra hoy favorece a Rusia pues, de continuar las cosas como hasta ahora, no solo Moscú podría seguir tomando otras partes del territorio, sino que es difícil, en el momento actual, pensar en la reconquista de ese territorio por parte de Kiev.

3. La estrategia rusa

. En este punto de la guerra, como hemos explicado, la estrategia rusa consiste esencialmente en fragmentar y asfixiar a Ucrania lo más que le sea posible. De ese modo, en caso de gestarse un escenario de negociaciones, el Kremlin podría efectuar varias de las demandas que ha estado buscando en los últimos meses (aunque éstas se tengan que ajustar desde su forma original hacia algo más realista), probablemente sintetizadas en garantías de lo que el Kremlin asume como “seguridad para Rusia”; esto es, garantías de que Ucrania no formará parte de la OTAN y se desmilitarizará al menos parcialmente, y garantías de que Rusia podrá mantener una presencia permanente en el territorio ucraniano (como lo es Crimea y en partes del Donbás), y algún compromiso de concesiones por parte de la OTAN; esto además por supuesto, de la liberación de sanciones que hoy pesan sobre Moscú. Falta ver, por supuesto, si estas metas se consiguen. La situación actual está lejos de decidirse. Sin embargo, pareciera que, a fin de que Putin pueda presentar su “operación especial” ucraniana como una victoria ante su población, esas metas deben cumplirse cuando menos parcialmente.

4. La postura de Kiev.

Para entender cómo se ha ido construyendo la postura de Kiev, hay que considerar que: (a) a medida que han transcurrido las semanas y se han exhibido las atrocidades rusas, la opinión pública en Ucrania se ha ido atrincherando en sus posiciones: 82% de habitantes se opone a ceder siquiera una pulgada de su territorio a Rusia; esta tendencia se encuentra presente incluso en las zonas en donde la población étnica-rusa es abundante como lo es el Donbás, en donde siete de cada diez personas se opone a ceder territorio a Moscú (Instituto Internacional de Sociología de Kiev, 2022); (b) esto hace muy difícil para el gobierno ucraniano el sentarse a negociar con Rusia bajo los términos que busca Putin, y (c) adicionalmente, hay un fuerte debate entre miembros de la OTAN: varios de los países de Europa Central y del este, favorecen lo que llaman la “victoria total” de Kiev pues según afirman, Ucrania está luchando “por todo Occidente” y debe ser apoyada en todo lo que pida. Otros países como Francia, en cambio, con posturas más pragmáticas, consideran que urge detener las hostilidades y negociar con Putin. Hay que entender que cada uno de esos gobiernos tiene que lidiar con sus propias audiencias internas, sus propios electorados, y que los daños económicos de la guerra para todo el planeta están siendo brutales.

5. “La teoría de Kiev acerca de la victoria”

. Probablemente uno de los textos que mejor explican lo que está buscando lograr Kiev es el ensayo publicado en Foreign Affairs por el ministro exterior ucraniano Kuleba, con ese subtítulo. El resumen es este: Ucrania necesita vencer sí o sí, y vencer significa expulsar a la última tropa rusa del territorio ucraniano. Esto es posible, dice Kuleba. El ejército ucraniano ha demostrado capacidades inesperadas. Cuenta con la motivación, con el entrenamiento y la destreza. Lo que necesita ahora es el armamento adecuado. Agradece por supuesto los más recientes envíos de equipo pesado, pero indica que se necesita quizás unas diez veces más y mejor armamento para conseguir el objetivo. Contando con ello, Ucrania puede hacer lo que muchos países le piden: propinar tal lección a Putin, que no se le vuelva a ocurrir intentar una invasión a otros países de la región. Sumándose a esa argumentación, Zelensky se encuentra participando activamente en muy diversos foros en el mundo haciendo llamados a no olvidar lo que está sucediendo en Ucrania.

6. La realidad.

Analizando la situación en su estado actual, sin embargo, se necesita considerar que: (a) Rusia sigue avanzando, incrementalmente, pero avanzando; (b) también Ucrania ha conseguido reconquistar ciertas posiciones y ha lanzado contraofensivas importantes, pero por ahora, éstas se encuentran lejos de revertir, en lo general, la conquista rusa de una quinta parte del territorio; (c) adicionalmente, la economía rusa ha mostrado una impresionante resiliencia frente a las mayores sanciones jamás impuestas a cualquier país. Es verdad que las sanciones terminarán por impactar a esa economía de manera severa, pero para ello falta un tiempo que, en lo militar, resulta enormemente valioso; (d) esto significa que, incluso si el armamento que Kiev solicita llegase a Ucrania, estaríamos hablando de meses para que se “expulse” al ejército ruso—asumiendo que eso realmente fuese logrado por Kiev—si no es que años de un conflicto virtualmente congelado, y (e) esto implicará, para los diversos gobiernos en Occidente, asumir y absorber los múltiples costos que ello tendrá para sus propios países. Una posibilidad es, por supuesto, que Ucrania esté dando señales de no querer negociar en este momento preciso buscando revertir cuando menos una parte de la situación actual para, posiblemente, sí sentarse a negociar posteriormente desde una mejor posición. Habrá que verlo.

7. Los costos

. El primer y más importante costo de esta guerra es el humano. Varios medios están haciendo un intento por ir construyendo las cifras, las cuales en el caso de las muertes están ya en decenas de miles tanto de civiles como de militares. Está también el costo por el desplazamiento y refugio de millones de personas, los costos psicosociales a raíz de los eventos traumáticos que se están viviendo y compartiendo en medios y redes, el costo económico—que en el caso de la economía ucraniana por ahora está en un 50% y probablemente siga creciendo—y por supuesto, las repercusiones para el resto del globo: crisis energética, crisis alimentaria, más inflación y más escasez, entre muchos más.

8. El impacto a la seguridad

. Probablemente el costo mayor para el planeta se empieza apenas a asomar: el impacto negativo para la seguridad y la paz globales, impactos sintetizados en: (a) el aumento en presupuestos militares de decenas de países; (b) una carrera armamentista más profunda y más veloz no solo en Europa sino en toda clase de regiones que están “aprendiendo las lecciones” o “leyendo los mensajes”; (c) despliegues militares y de armamento incrementados también por todo el planeta, y sobre todo (d) la prevalencia de la convicción acerca de que el mundo es un sitio demasiado peligroso; de que hay muchos actores hoy entendiendo que “no se puede confiar en el sistema de derecho e instituciones internacionales” para garantizar la seguridad nacional; de que solo mediante más y mejor armamento se puede disuadir a esas potencias o países agresivos que hoy concluyen que romper las reglas que marcaron la convivencia de las naciones durante las últimas décadas, podría resultar viable y provechoso.

La guerra por supuesto, es fluida, y seguirá su curso. Por tanto, lo que vemos apenas a cuatro meses de iniciada, se seguirá moviendo. Estos son apenas, algunos destellos que, desde nuestra perspectiva, deberían llevarnos a una profunda reflexión acerca de las tendencias que señalo y acerca del planeta que queremos.


Twitter: @maurimm

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