¿Fue un accidente? ¿Un ataque? ¿Terrorismo? ¿Parte del conflicto entre Israel y Hezbollah? Y si no fue un ataque, ¿quién o quiénes son responsables? ¿Se trata de una brutal negligencia en el manejo de material “altamente explosivo”? Y si es así, ¿qué es lo que esto revelaría en un país que ya estaba sumido en una serie de crisis combinadas? Estas son algunas de las preguntas que muchos nos hacíamos el día de ayer cuando veíamos las terribles y muy tristes imágenes que circulaban. Algunas notas al respecto:

1. Lo primero por supuesto es lamentar la pérdida de vidas humanas, solidarizarnos con las víctimas, sus familiares y el pueblo libanés por la tragedia que vive, independientemente de cuál haya sido la causa de los eventos. Estamos ante hechos muy tristes que sea como fuere, debieron evitarse.

2. En cuanto a las causas de la explosión, es importante enfatizar que las investigaciones apenas se están iniciando y, por tanto, cualquier posibilidad permanece únicamente en el rubro de hipótesis con altas o bajas probabilidades de confirmarse. Revisemos algunas:

3. Un ataque o sabotaje israelí dirigido contra Hezbollah. Este fue uno de los rumores que más circuló en redes sociales el día de ayer y parte de algunos hechos que sí conocemos: a) Israel se encuentra en estado de conflicto permanente con Hezbollah, una milicia islámica chiíta fundada, armada y financiada por Irán. Además de haber luchado una guerra de guerrillas contra Israel tras su intervención en Líbano en los ochenta, Hezbollah peleó contra ese país en una guerra mayor en 2006, y ha protagonizado múltiples enfrentamientos con su ejército a lo largo de los años, b) Después de años de relativa calma, las tensiones entre Israel y Hezbollah se fueron incrementando con la participación de esta última en la guerra siria y los numerosos bombardeos israelíes en ese país, uno de cuyos objetivos ha sido precisamente evitar que Hezbollah resulte fortalecida por el desenlace de aquella guerra, c) Israel ha bombardeado posiciones de Hezbollah en Líbano en el pasado en numerosas ocasiones. En uno de los ataques recientes, agosto del 2019, el ejército israelí bombardeó instalaciones que, de acuerdo con su versión, alojaban un artefacto para “construir misiles masivamente”, d) Las tensiones entre estos dos actores han estado a flor de piel los últimos días por la muerte de un combatiente de Hezbollah a manos de la aviación israelí en uno de sus bombardeos en Siria, e) Hezbollah intentó devolver el golpe la semana pasada enviando a un comando para infiltrar territorio israelí, el cual fue repelido, f) El ejército israelí estima, por tanto, que las cuentas por el combatiente muerto no están aún saldadas y considera que Hezbollah planea una nueva operación en su contra.

4. Sabemos también que en Irán varias instalaciones nucleares y militares, además de varios buques, han sufrido explosiones y daños en actos de sabotaje que han sido atribuidos a Israel.

5. Todo lo anterior hizo a muchos especular al respecto y, tanto en Líbano como en otros sitios, hubo quienes casi automáticamente asignaron la responsabilidad a Israel por lo que llamaron “un ataque” contra Hezbollah a fin de destruir su armamento.

6. A estos rumores contribuyó un tuit que había colocado el primer ministro israelí en el que indicaba que el ejército israelí había acabado con la “célula” y había devuelto el golpe a sus “despachadores”. No obstante, hay varias cosas que aclarar.

7. El tuit de Netanyahu se refería a otros hechos. El domingo, una célula procedente de Siria pretendió cruzar la frontera de ese país con Israel cargando explosivos y armas, y el ejército israelí mató a los cuatro militantes que la formaban. Al principio se pensó que era un segundo intento de Hezbollah por lanzar una represalia contra Israel a causa de su combatiente muerto. Posteriormente, Israel determinó que se trataba no de Hezbollah sino de otra milicia aliada de Irán. Por tanto, responsabilizó al gobierno sirio de los hechos, y lanzó un nuevo bombardeo contra posiciones militares en Siria. Eso es lo que refiere el tuit de Netanyahu el cual, por cierto, fue colocado de manera previa a los lamentables hechos de Líbano.

8. Adicionalmente, hay que decir que, desde 2006, tanto Israel como Hezbollah han intentado mantenerse a raya, pero casi siempre limitando los golpes que se dan. Su interacción usualmente se da mediante lo que se conoce como tit-for-tat: Un golpe como respuesta a otro, pero de manera proporcional y contenida, a fin de no escalar las hostilidades. Ninguno de los dos actores está interesado en una guerra como la del 2006 (la cual, dado el arsenal que Hezbollah posee 14 años después, podría ser mucho, pero mucho más desastrosa que la de aquel año). No obstante, es importante señalar que, a pesar de no desear una guerra, el entorno descrito hace que una espiral pueda escalar fácilmente en cualquier momento. Por consiguiente, si de verdad las explosiones en Beirut hubiesen sido el producto de un ataque israelí, esto rompería el status quo que ha prevalecido desde 2006, y las hostilidades podrían activarse de manera muy veloz.

9. Hay que añadir más factores. Precisamente debido al entorno descrito, tanto las autoridades libanesas como la dirigencia de Hezbollah se han abstenido de responsabilizar a Israel. Fuentes de Hezbollah, de hecho, negaron abiertamente que Israel hubiese efectuado un ataque . No parece probable que, si Israel fuese el responsable, el gobierno libanés decidiera ocultarlo. Todo lo contrario. Lo más probable es que exhibiría los hechos ante la comunidad internacional haciendo a Netanyahu pagar un alto costo político por el elevado daño, sobre todo humano, que ese potencial ataque habría ocasionado. Los ataques contra connacionales civiles a manos de un actor externo se denuncian no se ocultan.

10. Hezbollah de su lado, es considerada la fuerza de resistencia, el único actor con capacidad material para disuadir a Israel. Por tanto, tampoco parece probable que, si Hezbollah supiera que ese país es responsable de los hechos, lo ocultaría. Hasta la fecha, cada vez que esta organización recibe ataques—incluso menores—o sufre bajas por los bombardeos israelíes, ha decidido devolver el golpe a fin de mantener ese estado de disuasión. En su visión, en el momento en que lo deje de hacer, se quebraría el frágil equilibrio mantenido desde el 2006. De manera que, si ese hubiese sido el caso, lo más probable es que nos enteraríamos. Hasta el momento, en cambio, las señales que esos actores han dado van en otro sentido.

11. Ahora bien, está también la hipótesis de un atentado terrorista en un país que ha sufrido de esta clase de violencia a lo largo de años. Hasta el momento nadie ha reivindicado los hechos. Y, aunque no debe descartase, el objetivo de un ataque terrorista, más allá del impacto humano y material generado, es provocar terror para canalizar a través de ese terror un mensaje, alguna reivindicación política, y así, alterar actitudes, opiniones, conductas y/o impactar en la toma de decisiones. Si no hay autores y no hay mensaje, será difícil pensar en terrorismo. De ello habrá que estar pendientes en los días que vienen.

12. El gobierno libanés parece estarse dirigiendo hacia otro tipo de hipótesis. Más que un accidente, negligencia. La explosión habría ocurrido en unas bodegas que alojaban más de 2,700 toneladas de nitrato de amonio, un material químico altamente explosivo que es empleado como fertilizante, pero también para fabricar armamento. Este material habría sido confiscado hace seis años y habría sido almacenado en esas bodegas durante todo este tiempo.

13. En ese caso, surgen varias preguntas que están siendo formuladas por analistas de la región: ¿A quién pertenecen esas bodegas? ¿Por qué ese material altamente explosivo permaneció almacenado durante seis años en esa zona de la ciudad, el puerto? ¿Quién sabía de esto? ¿En qué consistió exactamente la negligencia? ¿Hay corrupción? ¿Se llegará hasta el fondo?

14. Más aún, ¿esto está relacionado de alguna forma con otras bodegas que posee Hezbollah en la ciudad en las cuales almacena misiles, armamento o explosivos? ¿Hay más material igualmente peligroso en esos otros sitios?

15. Las respuestas a esas preguntas podrían, quizás, llevarnos a otro tipo de problemáticas puesto que, al margen de quién fue el responsable de lo ocurrido en las bodegas del puerto de Beirut, ahora será imposible evadir la existencia de esas otras bodegas que sí sabemos pertenecen a Hezbollah, las cuales están ubicadas en zonas pobladas. Y pocos quieren enfrentarse con esa organización que tiene una legitimidad considerable no solo manifiesta mediante elecciones ganadas, mediante su presencia en el parlamento y el gobierno, sino, como dije, a raíz de su estatus de resistencia, el único poder real capaz de disuadir a un rival como Israel.

16. Por último, resaltar que Líbano ya estaba viviendo tiempos muy complicados. El año pasado se generó un movimiento social con protestas masivas cuyas demandas siguen sin ser resueltas. La crisis financiera y económica que ya ardía desde entonces, solo se ha acentuado con la pandemia. El país ha tenido que sobrevivir a distintos momentos de crisis política a lo largo de décadas, y le ha costado enorme trabajo poder cimentar una muy relativa estabilidad. Por si eso fuera poco, Líbano es uno de los sitios que más refugiados ha tenido que absorber a raíz de la guerra siria. Las explosiones de ayer añaden ondas expansivas a cada uno de estos componentes.

Ojalá los hechos generen un espacio para la solidaridad internacional no solo con el propósito de asistir al Líbano en las arduas tareas que siguen, sino para contribuir con la paz y la estabilidad en toda la región.

Twitter: @maurimm

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