En el vasto y rico panorama académico mexicano, la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se erige como una institución emblemática que ha marcado hitos históricos, asimismo, ha desempeñado un papel fundamental, en el desarrollo jurídico y político de nuestro país. Desde su nacimiento bajo la Real y Pontificia Universidad de México en 1551 y hasta nuestros días, esta prestigiosa institución ha sido la responsable de forjar generaciones de juristas comprometidos con la justicia y el progreso social.

El reconocimiento nacional e internacional del que goza actualmente la Facultad de Derecho de la UNAM, se debe no sólo a su excelencia académica sino también, al compromiso, valentía, inteligencia y liderazgo de nuestro director el Dr. Raúl Contreras Bustamante, quien ha logrado que nuestra Facultad recuperara en estos últimos siete años el sitial institucional que nunca debió haber dejado; su compromiso con los valores democráticos y su permanente contribución al avance del derecho, la colocan de acuerdo con la consultora británica QS World University, como la número veintiséis de todo el planeta y la número uno en Hispanoamérica.

A lo largo de su historia, esta institución ha sido testigo y protagonista de momentos cruciales que han marcado en modo definitorio los rumbos del cambio y el desarrollo de nuestro país en muchos sentidos. Por ejemplo, la formal creación de la Licenciatura en Derecho en 1916, primer programa de estudios de su tipo en América Latina que sentó las bases para la formación de profesionales del derecho en toda la región. En ese sentido, su fortalecimiento representa un paso importante en la consolidación y expansión del conocimiento jurídico en México.

Otro hito histórico que merece destacarse, es la participación activa de la Facultad de Derecho en la elaboración de la Constitución Política de 1917. Durante aquellos años, estudiantes y profesores de la Facultad fueron protagonistas en los debates y discusiones que llevaron a la creación de una de las cartas fundamentales más avanzadas y progresistas de su época. Su contribución a la definición de los derechos y garantías individuales, así como a la consolidación de un sistema jurídico más justo y equitativo, fue fundamental como base para el desarrollo del país.

Asimismo, en el periodo comprendido durante las décadas de 1920 y 1930, se gestaron importantes movimientos estudiantiles y se consolidaron grupos académicos y políticos que habrían de tener un impacto significativo en la vida jurídica y política de México. Durante esta etapa, la Facultad fue un importante foro de discusión y análisis de los problemas que enfrentaba el país; y, así, se convirtió en un espacio de formación para líderes políticos y juristas destacados.

En los años posteriores, la Facultad de Derecho continuó su desarrollo y transformación de la mano con la complejidad social a la que debía responder. En ese sentido, la modernización de los planes de estudio y el fomento a la investigación jurídica impulsados en la década de 1960; sin duda, fueron elementos que, aunados a la creación de programas de posgrado y la apertura a la internacionalización, fortalecieron su prestigio académico y la convirtieron en un referente para el estudio y el análisis del derecho en el país.

En la actualidad, la Facultad de Derecho de la UNAM como cualquier otra en el mundo, enfrenta nuevos desafíos en un contexto hipermediatizado, con vertiginosos avances y en vías de desarrollar aún más las tecnologías en materia de información y comunicación en los años por venir. La revolución tecnológica y la irrupción de la era digital han transformado radicalmente el modo en el que comprendemos el derecho, la práctica jurídica y, por ende, la forma en que se abordan sus muy diversos problemas.

En tal virtud, la Facultad tiene el reto de adaptarse y preparar a sus estudiantes para los cambios que implica la digitalidad. La generación de conocimiento y la formación de especialistas en temas de vanguardia, serán fundamentales para abordar los retos jurídicos que se presenten en el futuro. Por eso mismo, es preciso mantener y consolidar la colaboración interdisciplinaria con otras facultades y centros de investigación dentro de la UNAM; y, por supuesto, fortalecer las alianzas con instituciones internacionales como las hasta ahora generadas para impulsar proyectos conjuntos de investigación en las materias vinculadas con la quinta revolución industrial.

A lo largo de sus años de existencia, la Facultad ha enfrentado desafíos y ha evolucionado para mantenerse a la vanguardia en la educación jurídica y la investigación. En tal sentido, ha sido un faro de conocimiento, un lugar donde se han gestado ideas y se han formado líderes que han dejado huella en la sociedad. Mirando hacia el futuro, la digitalidad y sus avances presentan nuevos retos, asimismo, importantes oportunidades para esta institución. Estas últimas, no me queda duda de que, como siempre, serán aprovechadas por la Facultad a través de cambios y adaptaciones que la mantendrán como un bastión del avance jurídico y político de México, en una era donde parafraseando a Samuel Moyn los derechos humanos son la última utopía.

Comisionado Ciudadano del INFO CDMX

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