Es importante señalar que la reforma constitucional 3de3 contra la violencia surge de la sociedad, particularmente, de las mujeres.

¡Sí se pudo!, fue lo que los colectivos de mujeres gritaron cuando quedó avalada la reforma constitucional conocida 3 de 3 contra la violencia, esa que incomoda a tantos en el poder porque ya no podrán ocupar cargos públicos por no pagar pensión alimentaria o por ser agresores de mujeres.

Como dijo Yndira Sandoval del colectivo Las Constituyentes Mx, esta reforma es resultado de la pluralidad y suma de voluntades, y es un logro de las mujeres y del feminismo.

"Es un logro de todas las mujeres en favor de las mujeres. Ya no estamos para más delataciones. La 3de3 llegó para quedarse y para cumplirse. Ningún agresor al poder. La 3de3 contra la violencia no tiene siglas, ni dedicatoria, pero sí destinatario", sostuvo.

La llamada Ley 3de3 contra la violencia, establece que los ciudadanos que cuenten con una sentencia firme por la comisión intencional de delitos contra la vida y la integridad corporal; contra la libertad y seguridad sexuales, el normal desarrollo psicosexual; por violencia familiar, violencia familiar equiparada o doméstica, violación a la intimidad sexual, no podrá ser registrada como candidata para cualquier cargo de elección popular, ni ser nombrada para empleo, cargo o comisión en el servicio público.

Y es por eso que al llegar al Senado la reforma hubo resistencia, al grado de que integrantes de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados envío al Senado modificaciones en materia de suspensión de derechos para ocupar cargo, empleo o comisión del servicio público, para que la norma no fuera retroactiva y que la suspensión no sea de por vida.

Modificaciones que desnudan la renuencia masculina a romper con el machismo y el patriarcado, porque si bien hay hombres que rompen patrones violentos, es por demás conocido que la gran mayoría de los agresores nunca dejan de ser violentos.

Coincido con la colectiva 50+1 cuando señala que con la ratificación de este tipo de reformas se fortalece la construcción de las bases de la paridad y la igualdad, así como la lucha contra la violencia, necesarias para el desarrollo justo y democrático de nuestro país, al margen de conflictos políticos y partidistas.

Me entusiasma está reforma porque por primera vez en la historia de nuestro país, ningún agresor sexual o deudor alimentario gobernará, legislará, y será participe de la toma de decisiones.

Es preciso decir que esta reforma no tiene dedicatoria ni es contra los hombres, es contra la violencia contra la mujer, es contra los agresores, porque el hecho de que los violentadores no lleguen a espacios públicos implica el avance en el respeto de los derechos de las mujeres.

Senadora de la República

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