A juzgar por lo que estamos viviendo, la elección del 2 de junio no sólo será la más grande de la historia, sino que también podría ser la más complicada y la más cuestionada. La estrategia deliberada de desinstitucionalización por parte de importantes actores políticos representa un gran riesgo para nuestra joven democracia y, por supuesto, también para la próxima elección. Desde el inicio de la actual administración, hemos visto cómo se implementó desde el poder una estrategia para debilitar a instituciones de la República que fueron creadas en las últimas décadas. Especial importancia reviste en la época actual, lo que está pasando en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Cuando estamos a menos de seis meses de la elección, el Tribunal sólo está funcionando con cinco integrantes debido a que el Senado se niega a poner a votación las dos ternas que propuso la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para nombrar a los dos que hacen falta y completar su integración. Por si no fuera suficiente, las divisiones al interior del órgano se hicieron públicas la semana pasada cuando tres de los cinco magistrados publicaron en redes una foto desayunando en un restaurante de lujo justo en el momento en que el presidente del TEPJF rendía su informe ante la SCJN. A nadie le viene más a modo la crisis que al presidente de la República, que hará hasta lo imposible por controlar al Tribunal.

Es muy preocupante que desde el gobierno y su partido se esté constantemente presionando y amenazando a las autoridades electorales. Ya le había tocado al Instituto Nacional Electoral (INE) y ahora van con todo para tratar de controlar al TEPJF. Nunca se había visto, que el mismísimo presidente de la República encabezara una campaña de descrédito y golpeteo permanente dirigida en contra de los órganos electorales en un momento en que tienen ante sí el compromiso de organizar la elección más grande en la historia de México. Tampoco se había visto en México una campaña desde el poder en contra de medios de comunicación y de comunicadores que no le son afines. No hay duda de que la elección y nuestra democracia están viviendo tiempos difíciles y de que lo que nos toca en un momento así a los ciudadanos es apoyar a las autoridades electorales.

El INE y el TEPJF han demostrado a lo largo de su historia su capacidad para sacar adelante procesos electorales complicados. Hoy, el reto que enfrentan es enorme, pero representa también una oportunidad de fortalecer su presencia institucional y social para así corresponder a la confianza ciudadana. Para que esto suceda, es fundamental que demuestren fortaleza e independencia y que pongan más allá de toda duda su imparcialidad.

Están ya en marcha las precampañas en todo el país. La elección del 2 de junio no será un proceso más y puede poner en riesgo mucho de lo que como sociedad hemos logrado para consolidar nuestra democracia. Es momento de confiar en el INE y en el TEPJF, de apoyarlos, de defenderlos. No podemos permitir que el gobierno se apodere de los órganos electorales, se pondría en riesgo toda la elección. Lo deseable es que todos: autoridad electoral, clase política y sociedad cuidemos la elección.

Abogado

@jglezmorfin

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.