El muy adelantado proceso electoral que estamos viviendo viene acompañado de cosas nuevas que serán muy importantes para la decisión que finalmente habremos de tomar los electores el 2 de junio del año próximo. Como sabemos, todo parece indicar que por primera vez nuestro país tendrá una presidenta. Con la importancia que ha cobrado la revolución que se está dando con las nuevas tecnologías de la comunicación, aunado al crecimiento exponencial de las redes sociales, la sociedad se ha vuelto más crítica de las propuestas planteadas por los partidos políticos y está más atenta a lo que dicen y hacen las candidatas que, se supone, deben abanderar esas propuestas. De esa manera, los tiempos actuales permiten a la ciudadanía más y mejores canales de comunicación para decidir democráticamente quienes serán sus gobernantes y sus representantes populares.

Podemos decir que, con plena libertad para elegir a quiénes serán nuestra presidenta y nuestros gobernadores y alcaldes y a quiénes queremos como representantes en las cámaras, los mexicanos tenemos dos responsabilidades básicas.

Por un lado, los partidos tienen la responsabilidad de presentar propuestas sólidas y claras a la ciudadanía, y candidatos capaces de ponerlas en práctica y, con una trayectoria que avale su idoneidad para el cargo. Y, por otra parte, los ciudadanos tenemos la responsabilidad de conocer esas propuestas, de compararlas y contrastarlas, de conocer el antes y ahora de lo que han hecho dichos partidos políticos, y, muy importante, conocer los antecedentes y la trayectoria de sus candidatos, saber con precisión qué hicieron y qué dejaron de hacer y a qué intereses responden, para así poder saber si serán capaces de cumplir con sus promesas.

Por otra parte, sin duda, y qué bueno que así sea, la mayor parte de la responsabilidad recae en el ciudadano; él es quien tiene que lidiar con la mercadotecnia electoral que despliegan unos y otros durante el periodo electoral. Pero precisamente la esencia de la democracia es que el ciudadano de a pie sea quien decida con su voto qué clase de gobierno quiere y heredará. Decidir no es sencillo, hay que estar bien informado.

Veo con satisfacción el hecho de que hoy los mexicanos tenemos acceso, como nunca, a una cantidad importante de información para decidir nuestro voto. Ello se debe, en buena medida, a la libertad de prensa y de expresión de que hoy gozamos los medios y los ciudadanos. Los espacios para simular realidades se han reducido considerablemente. Resulta imposible ocultar lo que han hecho o dejado de hacer los candidatos. También es satisfactorio constatar que, aunque faltan un poco más de ocho meses para la elección y, formalmente, aún no han dado inicio las campañas, ya se puede percibir una activa participación ciudadana enfocada a dar seguimiento a partidos y candidatos.

Hoy que afortunadamente contamos con una ciudadanía más y mejor informada, es deseable una mayor exigencia a partidos y aspirantes. Eventos multitudinarios, imágenes y mensajes sin contenido, no deben ser suficientes para convencer a un electorado que quiere un mejor futuro y que sabe que la clase política le ha quedado a deber. Tenemos que ser más exigentes que nunca.

Abogado

@jgezmorfin

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