Los avances médicos que se están dando en torno al Coronavirus (Covid-19), la pandemia que tiene al mundo entero sumido en una emergencia de salud y en una crisis económica, son vertiginosos. No a la velocidad que quisiéramos, pero sí a una nunca antes vista.

Es políticamente incorrecto decirlo, pero que los contagios hayan iniciado en países de primer mundo (China, Italia, España, Gran Bretaña y Estados Unidos) ha hecho que una cantidad enorme de especialistas, con muchos recursos, se encuentren investigando el tema. Qué diferencia si se compara con lo poco que ha avanzado la investigación en torno al Ébola, un virus que, desde hace 44 años, sólo se presenta en África Central y cuya letalidad es de 90%. El mundo científico tardó 43 años para tener una vacuna en etapa experimental: Ervebo.

En cambio, para el caso del Covid-19 hay más de 300 farmacéuticas e instituciones de salud trabajando en vacunas y/o tratamientos. Las más promisorias al día de hoy son:

1.- Remdesivir:

un antiviral producido por Gilead Sciences, originalmente pensado para combatir el Ébola. Su uso en estudios clínicos, post-infección, en humanos ha dado buenos resultados en China y en EU. La semana pasada, el New England Journal of Medicine reportó que 68% de pacientes en estado crítico mostró mejoría importante con esta medicina, pero el estudio fue de apenas 61 pacientes, por lo que se siguen haciendo pruebas y se espera tener resultados definitivos hacia finales de mayo.

2.-

Otro tratamiento, post infección, que promete, es el Pluristem PLX. Medios israelíes reportan la recuperación de seis pacientes que estaban en estado crítico. Este tiene que ver con plasma de pacientes recuperados que es inyectado a pacientes enfermos. Una técnica muy antigua que ahora están probando en varios hospitales, pero según The Jerusalem Post, con resultados de 100% en un reducido grupo de enfermos.

3.- Favilavir:

otra medicina que está produciendo Fujifilm desde 2014 y originalmente fue pensada para combatir la influenza. En Japón, China e Italia está bajo análisis y ya dándose a enfermos de Covid-19 para probar resultados; los estudios en Wuhan y Shenzhen, China, requieren de validación y mayor control con el uso de placebos, pero en 80 pacientes la tasa de recuperación fue de 91%.

4.- PittCoVacc:

una vacuna que está siendo producida por la Universidad de Pittsburgh y ha sido exitosa en ratones para neutralizar el Covid-19. No es una inyección. Es una especie de “curita” con cientos de agujas que son imperceptibles y que dejan anticuerpos de manera subcutánea. Está a la espera de autorización por parte del gobierno estadounidense para iniciar pruebas en humanos, lo que es delicado, pues se tiene que exponer a personas sanas al virus y ver si la vacuna responde adecuadamente.

5.-

Otra vacuna que ya está siendo probada en 45 personas es la mRNA-1273, elaborada por el US National Institute of Allergy and Infectious Disease. La novedad en este caso es que el virus no se inyecta a las personas. Lo que se inyectan son nano partículas que inducen, enseñan, al sistema natural de defensa del cuerpo a destruir al Covid-19.

Es de esperarse que en un par de meses existan más estudios clínicos que den claridad sobre cuál es la mejor forma de tratar a quienes se contagian de Covid-19. Una vez que esto exista, las restricciones serán relajadas y la economía podrá reactivarse. Así sucedió en México cuando, a las tres semanas del brote de H1N1 (2009) supimos que el Tamiflu producía buenos resultados. Pero con tres semanas de parálisis, el PIB cayó 1%. Respecto a la vacuna, que es lo ideal, es probable que necesitemos esperar más tiempo. Quizá a principios del año entrante existirá alguna. Lo que sería un tiempo récord.

La colaboración entre países y laboratorios ha sido esencial para estos avances. Es importante que eso continúe pues la fórmula correcta, ya sea en vacuna o medicina, se va a requerir en miles de millones de dosis, a efecto de que se distribuyan en todo el mundo. Qué países las van a tener primero es un serio debate que implica esfuerzos de inteligencia y seguridad nacional, pero es probable que lleguen, primero, a los habitantes de los países productores y, segundo, a aquellos que paguen más por éstas.

El fin de semana el doctor Anthony Fauci, quien encabeza los esfuerzos en EU contra el Covid-19, dijo a CNN que esperaban tener algún tipo de remedio para antes de la elección presidencial de noviembre próximo. Fue cauteloso, pero fue una buena señal. Esperemos. La ciencia y el incentivo económico pueden ser poderosos aliados.

Cambiando de tema

La Corte y el Covid-19: importante decisión que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (y seguramente algunos juzgados federales) va a regresar a laborar vía telepresencia. Su presidente, Arturo Zaldívar, fue claro al señalar que “salvar vidas” no está peleado con “retomar la función jurisdiccional”. Y es que, con tanto Decreto de Emergencia que se ha expedido, hay desde contradicciones entre dependencias federales –si las cerveceras pueden o no operar, o la excepción para que laboren proveedores de las mega obras de la 4T, a pesar de no estar en el catálogo de actividades esenciales-, hasta probables abusos como que la SCT, mediante un acuerdo, pretenda invadir facultades que la ley estableció para el regulador de las telecomunicaciones, el IFT, como regular la radiodifusión y los servicios de telecomunicaciones. Pero también hay indicios de abusos laborales de varias empresas contra trabajadores y proveedores. Así que, es buena noticia que regrese el Poder Judicial Federal a dirimir conflictos.

Twitter: @JTejado 

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