Un canal de YouTube sentó frente a frente a seis mujeres: tres pro aborto y tres pro vida. Durante 15 minutos hablaron de sus puntos de vista y frustraciones, pero, al final, llegaron a un punto común: se necesita un sistema de salud y una sociedad que apoye a las mujeres y la maternidad en todos sus contextos.

Este ejercicio fue una prueba de que posturas que parecen completamente contrarias pueden encontrar un puente. En esta ocasión, el puente se logró a través de un canal de YouTube, del internet. Sin esas condiciones, muy probablemente nunca se habría encontrado un punto común entre dos posturas de un tema tan polarizante.

El internet puede lograr esto. El internet y las redes sociales sirven como punto de encuentro: eliminan las barreras geográficas, sociales y tienen la capacidad de democratizar el conocimiento y la cultura.

Gracias al internet, tenemos a nuestra disposición conocimiento que antes parecía completamente inalcanzable. En 2010, la revista Science calculaba que 95% de toda la información existente en el planeta estaba digitalizada y accesible a través de internet. Con una búsqueda de Google podemos conocer y sensibilizarnos con distintas realidades.

Pero, si el internet logra esto, ¿por qué encontramos tanto odio y polarización en redes sociales?

Con todas sus ventajas, el internet puede ser también un caldo de cultivo para discursos dañinos y enfrentamientos agresivos. De acuerdo con expertos, el anonimato y la despersonalización tienen mucho que ver. Las personas pueden escudarse tras la pantalla para decir lo que no se atreverían a decir de frente: es mucho más sencillo dejar de ver al otro como persona cuando solo vemos un pequeño avatar en el celular.

La polarización en redes sociales es alarmante en cuanto a volumen: de acuerdo con datos de Statista y Meta, al año, Facebook elimina de su plataforma más de 10 millones de publicaciones que incluyen discurso de odio. Y esta medición no refleja todo el panorama, pues no existen datos precisos para este tipo de discursos en un espacio tan vasto como lo es el internet.

La proliferación del discurso de odio desembocó incluso en nuevos tipos de delitos y prácticas dañinas: desde el hackeo hasta el cyberbullying, por mencionar algunos. Un estudio de la revista Psychiatry Research reveló que los jóvenes que son víctimas de cyberbullying tienen 148% mayor probabilidad de desarrollar tendencias suicidas. Esa es la cara oscura del internet.

Este 17 de mayo se celebra el Día Mundial del Internet, una efeméride que tiene como propósito promover las ventajas y el buen uso de esta tecnología que, desde su nacimiento, cambió completamente la forma en la que trabajamos, estudiamos y nos relacionamos.

“La tecnología no es buena ni mala, pero no es neutra”, dice una frase célebre del profesor Melvin Kranzberg. El uso del internet puede ser tan benéfico como dañino, dependiendo de quien esté detrás de la pantalla.

Como internautas, tenemos responsabilidad de lo que posteamos y de cómo nos relacionamos en un mundo que, aunque es virtual, no es menos real. En palabras del Papa Francisco: no es la tecnología la que determina si la comunicación es auténtica o no, sino el corazón del hombre y su capacidad para usar bien los medios a su disposición.

Director de Comunicación de la Arquidiócesis Primada de México

Contacto: @jlabastida