Las medidas sanitarias y planes de contingencia que los hospitales han tomado para mitigar el contagio y propagación del COVID-19, han impactado gravemente al área de pediatría y medicina neonatal pues como daño colateral, se ha visto afectado el cuidado y la atención que reciben los neonatos ingresados a la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN).

Desde que comenzaron los planes de contingencia en el país, muchos padres de familia se han acercado a nosotros para compartirnos que se les ha negado la entrada a la UCIN o restringido a 15 minutos al día y solamente a la madre, siendo afectados además por el problema de escasez de equipo de protección para ellos -como otra limitante-. Sin embargo, estas normativas no están considerando las consecuencias emocionales y psicológicas que implica la separación de los padres y el neonato.

En México, al igual que en muchos países, se ha impulsado no solo por organizaciones de padres de prematuros como Con Amor Vencerás A.C., sino por los colegios de profesionales y organismos internacionales en materia de salud, el modelo del cuidado centrado en la familia el cual expone, con base en evidencia, la importancia del ambiente que rodea al bebé para su desarrollo. En este modelo, los padres tienen un papel primordial como cuidadores ya que, al ejercer este rol de manera adecuada, está demostrado que el bebé tendrá innumerables beneficios en cuanto su salud física y emocional a mediano y largo plazo.

En el caso específico de los recién nacidos prematuros u hospitalizados, la lactancia materna es de suma importancia, no sólo por la salud emocional del bebé, también porque está demostrado que esta práctica disminuye la depresión postparto en la madre y asegura una recuperación más rápida para el infante, por ende, que pase menos días internado, así como un efecto en su salud por el resto de su vida. Esta práctica también se ha visto limitada y hasta prohibida durante la crisis sanitaria.

Otro aspecto que no se está considerando en estas medidas y planes de contingencia es que los efectos del COVID-19 en la población pediátrica y neonatal es muy reducido, el virus que más preocupa permanentemente a los padres de recién nacidos prematuros y de alto riesgo, es el Virus Sincicial Respiratorio (VSR), el cual, cada año es responsable de la muerte de aproximadamente 60 mil niños menores de 5 años, en el mundo.

Este virus es sumamente contagioso y puede infectar a personas de todas las edades; sin embargo, las infecciones más graves se producen en las poblaciones infantiles más vulnerables como son los recién nacidos prematuros, bebés con cardiopatías congénitas (aquellos con enfermedades cardiacas), y bebés con enfermedades pulmonares.

En 2015 ocurrieron a nivel mundial entre 48 mil y 74 mil muertes debido a infecciones causadas por el VSR en menores de 5 años, mientras que en México se calcula que la tasa promedio anual de mortalidad es de 6.8 por ciento y nunca ha sido motivo para negar el acceso a los padres a tener contacto con sus hijos hospitalizados.

El VSR se contagia fácilmente por medio de secreciones nasofaríngeas –como el COVID -19, generalmente cuando una persona infectada estornuda y las gotas caen en los ojos, nariz o boca de alguien más, o bien, si esas secreciones caen en superficies u objetos y éstos son tocados con las manos de alguien que posteriormente lleve sus manos a su nariz, boca u ojos.

Es fundamental destacar que a diferencia del SARS-CoV-2 o COVID-19, el Virus Sincicial Respiratorio ya cuenta con una intervención preventiva segura que le brinda al infante una protección pulmonar para evitar que este padecimiento detone en un cuadro respiratorio grave con desenlace fatal en gran parte de los casos.

Se trata de un anticuerpo monoclonal que ya está disponible en instituciones privadas de salud y públicas como en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) pero que, no obstante, y desafortunadamente, no se aplica a pesar de ser una medida no sólo necesaria sino clave para proteger a los bebés prematuros o de alto riesgo.

En Con Amor Vencerás A.C. entendemos la situación y somos conscientes de la gravedad de las enfermedades respiratorias, y hacemos permanentemente campañas de concientización respecto a las mismas.

Es justo por esa razón que alzamos la voz para que las autoridades de las instituciones de salud y hospitales revisen con más detalle sus planes de contingencia con respecto a los recién nacidos hospitalizados y:

1. Se incluya dentro de sus medidas la aplicación de esta inmunización, incluso durante su permanencia en la UCIN, y obligatoriamente a su egreso;

2. Se actualicen las políticas de acceso a los padres para permanecer con sus hijos durante la hospitalización de los mismos y proporcionarles cuidados para cumplir con su derecho de acceso a la salud y otros derechos que les asisten y que actualmente se ven vulnerados.

En nuestra organización estamos siempre abiertos a la colaboración con las autoridades sanitarias para realizar sinergias que permitan salvar vidas –con calidad de vida-, más aún tratándose de bebés recién nacidos prematuros u hospitalizados al nacer.

Directora General y Socia Co-fundadora de la Asociación Con Amor Vencerás A.C.

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