En los próximos días se van a llevar a cabo elecciones en Bolivia, Argentina y Colombia, dicha situación no tendría mayor relevancia si no fuera por el hecho de que en estos momentos esos mismos países están presentando una situación política y social muy difícil.

En primer lugar está el caso de Bolivia donde el próximo 20 de octubre sus ciudadanos deben decidir si le otorgan o no al actual presidente Evo Morales su apoyo para un cuarto mandato. Y es que luego del desgaste propio de tantos años en el poder, escándalos de corrupción, un mal manejo de la crisis ambiental derivada de los incendios forestales y, sobre todo, el desconocimiento del resultado del referendo de 2016 que le negó la reelección hasta 2025, y la posterior manipulación del Tribunal Constitucional Plurinacional para revertir el resultado adverso que no aprobaba su reelección, su popularidad se ha visto seriamente disminuida, pese tener buenos indicadores económicos durante toda su gestión.

Son notorias las manifestaciones y escalada de conflictos en su contra, muchos de ellos liderados por la oposición asentada en Santa Cruz, donde han sido numerosas las muestras de inconformismo. Médicos, diversos sectores de la población e indígenas que reivindican sus demandas sectoriales rechazan su postulación a un cuarto mandato sucesivo.

Pese a tener un triunfo holgado en sus tres anteriores elecciones el panorama político parece haber cambiado, pues hoy la oposición se presenta más fuerte y con mayores posibilidades. De esa corriente es su principal contendor, el ex presidente Carlos Mesa, que viene creciendo en las encuestas y, si bien Evo Morales tiene a su favor una diferencia menor a diez puntos, cualquier cosa puede pasar. Lo que es cierto es que ninguno de los dos tendrá mayoría en la Asamblea Legislativa, lo que supone una difícil maniobrabilidad para el próximo gobierno.

Argentina por su parte, ira a las urnas el próximo 27 de octubre envuelta en una situación económica muy difícil, resultado de las decisiones del presidente Macri que no solo fracasó en su intento de frenar la inflación, sino que por el contrario en su gobierno los precios están viviendo una disparada histórica, tiene las tasas de interés más altas del mundo, hay un deterioro de las condiciones socioeconómicas de los sectores medios y bajos que ha llevado al país a tener niveles de pobreza por encima del 35%, similar a como los tenía en 2001.

Como si esta situación no fuera poco para su gobierno y futuro político, sufrió un duro revés en las pasadas primarias argentinas del 11 de agosto donde Alberto Fernández y su compañera de candidatura, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, lograron un triunfo rotundo. Pareciera ser que el kirchnerismo volverá al poder, más aun si tenemos en cuentas que diversos sectores políticos les están manifestando su respaldo como es el sindicalismo argentino que se había alejado de la expresidenta.

Las otras elecciones que se acercan son en Colombia en donde el próximo 27 de octubre se elegirán gobernadores para los 32 estados del país, diputados de las asambleas departamentales, alcaldes de 1,101 municipios, concejales municipales y ediles de las juntas administradoras locales del territorio nacional. En un entorno político caracterizado desde hace varios años por una fuerte polarización política entre sectores de derecha y de izquierda, acrecentada por Uribe y el partido Centro Democrático de donde es el actual presidente Iván Duque, quienes han sido acérrimos opositores al proceso de paz, se suma el reciente llamado a juicio del expresidente y hoy senador Álvaro Uribe ante la Corte Suprema de Justicia.

Y es que el exmandatario tiene un proceso abierto en su contra por presunto fraude procesal y soborno de testigos que, dependiendo de la decisión que tome la Corte, podría incluso ordenar la detención preventiva de Uribe. Dicha situación ha suscitado una mayor división entre los sectores y sociales políticos que se han enfrentado en diversas manifestaciones de apoyo y rechazo. No se puede desconocer que este enjuiciamiento a tan pocos días de unas elecciones de tanta importancia traerá efectos electorales para el gobierno que, por lo que ha venido siendo su gestión, está siendo calificado muy bajo en las encuestas.

Presentado este panorama, no cabe duda que el resultado de las elecciones de los países señalados en medio de tanta tensión social y política, a lo que se suma lo que están viviendo en estos momentos Ecuador y Perú, tendrán gran incidencia en la reconfiguración futura del mapa político de la región.

Investigador CIALC-UNAM

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