En estos días las redes sociales se han dado vuelo con el gobierno patito que tenemos: rifa del avión sin avión, campaña de vacunación sin vacunas, enfermo de Covid sin Covid, pista aérea sin aeropuerto, aviones comerciales sin pasajeros para la foto en Santa Lucía. Está muy bien el jolgorio ahora que el Ejecutivo, a pesar de sus bots y sus granjas, está perdiendo la batalla en las redes sociales que quiere censurar. Pero no debemos perder de vista otros hechos, que son muy graves.

Está más que demostrado el recurso de la mentira como política de Estado, la corrupción protegida desde el más alto nivel, la política criminal en materia de salud, el abandono de la población en manos del narco, el odio contra la clase media y sus efectos: 12 millones enviados a la pobreza. Es evidente el fracaso y la incapacidad del gobierno, la improvisación, la simulación y el engaño. El programa de vacunación es mera propaganda y su retraso significa más vidas perdidas.

Los hechos son muy graves, insisto, nunca vistos. Por ejemplo: en enero ocurrieron 32 mil 729 muertos por una pandemia mal gestionada desde el primer día. México se colocó en el tercer lugar mundial por número de muertos, según el subregistro oficial (del 40 por ciento); en segundo lugar, si aceptamos las estimaciones de los especialistas. Indiscutible, el primer lugar mundial en personal médico muerto en el combate al virus.

La tasa de mortalidad por la pandemia es la más alta del mundo: cuatro veces el promedio internacional, (8.5 por ciento contra 2.1 por ciento), por ello México ocupó por tercera vez el peor lugar (53 de 53) para vivir la pandemia, de acuerdo con una evaluación internacional de la agencia Bloomberg. En el mismo sentido, el Instituto Lowy de Australia lo ubicó como el segundo peor en tratar la pandemia. Lugar 97 de 98 naciones evaluadas.

Solamente en enero hubo 2 mil 379 homicidios dolosos, que se suman a los 71 mil 100 ocurridos en los anteriores 24 meses. La política de “abrazos, no balazos” incrementó la violencia y los dos primeros años del gobierno de López Obrador son los más sangrientos desde que se lleva registro.

En 2020 ocurrió la peor caída de la economía en casi 90 años: 8.5% del PIB. En 1932 se contrajo 15%. Y lo que es aún peor: la caída de la economía mexicana fue de más del doble que la de Estados Unidos. Se perdieron 3 millones de empleos formales (no sólo los registrados en el IMSS) y el 40 por ciento de los trabajadores vieron reducidos sus ingresos. Poco más de 12 millones permanecían sin empleo.

México perdió su lugar entre las 15 economías más grandes del mundo y, además, dejó de ser el principal socio comercial de Estados Unidos al ser desplazado por China. En 2 años, la inversión privada cayó 2.7 puntos del producto interno bruto al pasar de 17.4 a 14.6 y el consumo privado registró el peor desplome en 25 años.

El gobierno se gastó en 2020 todo el dinero que recibió de los fideicomisos que extinguió, 55 mil millones; toda la colocación de deuda, 42 mil millones, y toda la cobertura petrolera, 47 mil millones. Además, le quitó a las entidades paraestatales, 32 mil millones de pesos. Dijeron que el dinero era para comprar vacunas, pero la compra de vacunas no se incluyó en el presupuesto de 2021.

También en enero se informó que los recursos destinados a Pemex en 2020 ascendieron a 523 mil millones de pesos, cuatro veces el presupuesto dedicado a Salud, en plena pandemia. Pemex acumula pérdidas por un millón de millones de pesos. Su deuda sobrepasó los 100 mil millones de dólares.

En el aspecto social, también se confirmó que la desigualdad aumentó en el gobierno de López Obrador. De acuerdo con la Cepal, ese incremento fue gigantesco, de un 8 por ciento, algo desmesurado si se compara con la administración de Carlos Salinas de Gortari, cuando aumentó 0.4 por ciento y con eso, según López Obrador, se convirtió en “el padre de la desigualdad moderna”. Hoy México tiene un nuevo padre de su desigualdad.

Google News

TEMAS RELACIONADOS