Así es. El central de la Chivas, Briseño , puso un tema elemental que piensan en general todos los que han vivido del futbol mexicano cuando se habla de las Chivas y del América , y sin duda es lo que representa cada uno. De ahí la magia de este partido.

El Rebaño es una construcción nacional con contexto importante para nuestro deporte y justo fue tanta su grandeza, sus valores que el señor Azcárraga Vidaurreta tuvo que inventar al enemigo perfecto, el que luchara contra los buenos de la película, contra los puros mexicanos.

Y es por eso que más allá del tema de la grandeza de estos planteles, lo que significa uno es muy diferente al otro en todos los sentidos. Un valor de orgullo como muy pocos en todo el planeta, que además permita competir como lo hacen las Chivas.

Una forma extraordinaria de darle la vuelta al mal momento que atraviesan los equipos. La frase del Pollo Briseño caló y muy profundo en un sector de ese americanismo al que no le gusta reconocer la tabla de valores de nuestra Liga, los que siguen creyendo que ellos le dan de comer a los clubes y toda esa faramalla que les han vendido por años, sin darse cuenta de que siempre ha sido al revés, que la identidad y el poder de la histeria nació en club Guadalajara de forma natural, de forma orgánica.

Claro que tiene razón el Pollo, dijo lo que todo el futbol mexicano conoce, sabe y entiende a la perfección.

¡Bienvenidos, bienvenidos! Al día que queda claro por qué un equipo es mucho más grande que el otro: por la identidad.

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